jueves, 31 de mayo de 2012

Día 182: Jueves lento y suave. (31-Mayo-2012)

No nos vamos a engañar, mucho estres pues no, hasta me estoy dando el lujo es escribir sin terminar la jornada para terminar de completar las horas, que el reloj a eso de las 13 horas se ha pausado un poco y parece que no quiere avanzar muy mucho. 

Lo que había que hacer está hecho, un poco de excell, un poco de reservas y otro día finitquitado.

Ya seguimos con la aventura el Martes que le tocan estos días descansar al ingeniero.

Burrub burrun

miércoles, 30 de mayo de 2012

Día 181: Hoy me tocaba a mi. (30-Mayo-2012)

El próximo tren sólo circula has Loranca; lo mejor para la supuesta prisa que tengo. Pero aún es mejor la peste a colonia, maquillaje y demás potingues que lleva encima la de al lado y que me está levantando dolor de cabeza.

Ha sido otro día con sueño. Llegar y desayunar como es menester (por cierto, la de los potingues se ha quedado y a mi me va a dar un chungo). Seguimos con la mañana; repaso de que lo que hay que repasar, correo y finiquitado.

Revisar otras serie de temas y algún que otro detalle (quedan cinco minutos para el metro, ya no estamos rodando en tiempos)  que mejor pasar por alto, cerrar a por otra cosa, que va a hacer lío seguro.

Un poco de salita que hoy me ha tocado por el bien de todos y a desayunar.

Otro día de gran sueño por trasnochar y madrugar, esta vida que he elegido, es lo que tiene.

Para terminar bonito, se agradecen estos despertares en lo que no peleo solo, en esa en que el sol está luchando por salir al barrio mientras yo me acerco al metro.

martes, 29 de mayo de 2012

Día 180: Los Martes de libro. (29-Mayo-2012)

Martes, ese día en el que ya no queda ni una reserva de fuerzas, de caída libre y en picado sin ningún tipo de remedio.

Cansancio, mucho cansancio. Consecuencia horarios y malas costumbres.

Y dejo de quejarme y al lío.

Mañana de desayunos, teléfonos que se entienden y otros que no.

Ir cerrando las islas y a tantear cómo se pueden pasar los días entretenidos.

Hoy prometo que no cometo los mismos errores de ayer, o al menos no todos.

lunes, 28 de mayo de 2012

Día 179: Estos Lunes de sueño máximo (28-Mayo-2012)

Me siento orgulloso del día y de todo lo que he hecho aunque mañana quizá sea conveniente repasarlo un poquejo mañana por sí acaso.

Volver a los trabajos bonitos y entretenidos siempre viene bien, aunque sigan fallando una serie de detalles.

Ahora con prisas ajenas, rapidito para casa con la comida ya preparada.

Otro día más despacito y con menos sueño. Unos dicen que huele a pescado y el colega de al lado está salivando, en nada, ÑAM.

sábado, 26 de mayo de 2012

Día 178: No lo voy a negar. (25-Mayo-2012)

Eso mismo, hoy no voy a negar que hacer, lo que se dice hacer, pues no he hecho mucho.

Llegada sosegada previo aviso, una ligera despedida a un grande que ahora veré mucho menos pero sin duda que en mejores circunstancias, otro ratito y para arriba.

Campaña la pone de falta al palo, y Jesé en una de sus jugadas que llevo viendo todo el año, aunque eso parezca raro, la pone en la escuadra para firmar la remontada.

Llega la hora de trabajar, con los agradecimientos que se han de hacer ante un buen trabajo, aunque no todo el mundo sea capaz de reconocerlo, y a seguir entre haciendo poco y nada.

Guardando las distancias oportunas para no caer en el máximo aburrimiento y en el tedio. Merienda de paseo, y a esperar al fútbol entre nuevos honores, o no tanto, pero eso ya es cosa mía.

Del partido mejor no decimos nada, se acaba el día, se acaba la semana, esta semana que puedo decir que no ha sido tan mala. Y eso si que es culpa mía, por estar a mi bola y tener los cascos puestos para no escuchar nada que no deba escuchar.

Vuelta a mi turno, ya me toca madrugar. Y suena raro, pero tengo ganas.

viernes, 25 de mayo de 2012

Un accidente


Os voy a contar un cuento

Primer día de castigo.

No sale al patio, se queda en su pupitre, en clase.

Por la ventana hoy ha decidido entrar el Sol. Bueno, son sus decisiones y nuestro niño no es nadie para contradecirlas. Cuando le toque, él también disfrutará de sus rayos y, si decide no salir, pues bienvenida sea la lluvia. Al fin y al cabo, es sólo agua.

Debería ponerse a copiar una frase sin sentido unas cuantas veces, así son los castigos, pero primero prefiere abrir su bocata.

Ese que viene envuelto en albal, que unas veces está rico y otras veces es bueno, con sus diferencias claro.

Está abriendo su bocata. Esta vez lo puede empezar a saborear, no es el que le guste más en el mundo pero… es su pequeño momento diferente en el día que se pasa encerrado entre esas cuatro paredes.

De repente, un ruido rompe su calma. Se vienen gritos, escucha carreras.

-         “Rápido, rápido”.

Se asoma a la ventana, ve revuelo. El ruido pasa por delante de la puerta. Niños y profesores corriendo.

¿Qué habrá pasado?

-         “Un accidente”. Escucha a lo lejos.

-         “Estaban los niños jugando a la pelota y se les ha escapado el balón, con tanta mala puntería que ha dado a otro niño que pasaba por ahí, se le han roto las gafas y se le han clavado en la ceja”.

Un accidente, curioso cuanto menos. En los accidentes no hay culpables, sólo victimas.

Entonces, él se pregunta, ¿qué es él: culpable o víctima?

No será nuestro niño quien decida la respuesta. Eso no sería justo.

Por cierto, otro bocata que no se termina.

jueves, 24 de mayo de 2012

Verdades y mentiras


Os voy a contar un cuento

Quizá muchos otros niños hubieran intentado excusarse, que ese balón no es suyo, que él no le ha dado. A lo mejor defenderse sería buena opción, pero le duele demasiado como para ponerse a luchar.

Que vengan las consecuencias que le tengan que venir.

Él ha sido el último en golpear la pelota antes de que diera en el cristal. El hecho en sí de que él diga algo no va a evitar que sigan tirando pelotazos, es más, de haberlo dicho, habrían aumentado. Así es como funciona el mundo.

El mal vence, se multiplica y se lleva los premios y medallas, mientras que algunos son castigados, se quedan con los dolores y sin el bocata.

Por mucho que se haga, por mucho que se diga, una sola acción, una sola palabra errónea servirá para que todo lo bueno se olvide. Así es la vida de los justos, sin posibilidad de error.

Mientras que a quien sólo comete errores, y no de esos errores que en su definición aparecen como casuales, fruto de la ignorancia, no le pasa nada, no sabe qué es lo contrario, buen disimulo, buen partido.

Pero no, no va a decir nada. Culpa suya sí, pero ya le ha dejado de importar.

Él iba tranquilamente andando por el patio del colegio, sin ninguna ilusión ni motivación en especial, abriendo su bocata, sin saber de qué es… un grito, un aviso y el resto ya son culpas ajenas. Excusas de muchos sobre uno. Y el problema es que verdad sólo hay una y tiene que combatir contra infinitas mentiras.

Mentiras variadas, con diferentes punto de vista, mejor vestidas, más interesantes. La verdad es única y no puede adornarse.

Ya irá aprendiendo a asumir esto, a seguir peleando para nada y, con el tiempo, le dejará de importar.

Aún es demasiado joven, se le olvidarán los días de castigo.
Día 177: Pues ya se ha terminado. (24-Mayo-2012)

Madrugar, esa actividad que tengo tan abandonada. Volver a esa sensación de no saber si has dormido o no; no saber cuantas horas han sido, pero si saber que son pocas. Aún así, sentirse fuerte, por el momento que luego hay suficiente mañana.

Desayuno relajante, si lo mejor, pero ojo, que estaba tremendamente bueno.

Y a seguir haciendo cosas, de paseo por las islas. Las cosas se van acabando.

Comenzar gestiones de otros lugares y otros ambientes, algo así como más vacacional.

Mollete, ese desayuno que tampoco recordaba. Ya a la vuelta a pegarse con esas fórmulas y esos casos que son “Raro” y “otro raro”. Cuanto bien han hecho los torneos y a lo mejor esas clases de programación.

Y ya va tocando cerrar el día, en e que se ven buenas noticias, de esas que  alegran.

Ahora albóndigas, espero que fresas, seguro Sandía. Cambiar la siesta por el pro y para el palacio.

BALONCESTO

miércoles, 23 de mayo de 2012

Castigado


Os voy a contar un cuento

-         “¿Si?, ¿Diga?”

-         “Hola es la madre de ….. ”.

-         “Sí, ¿qué ha pasado?, ¿está mi hijo bien?”


Comienzan los nervios.

-         “No se preocupe señora, su hijo está bien. Pero tenemos que hablar con ustedes porque ha hecho algo que no debía. Estaba en el patio jugando con una pelota y ha roto un cristal. Eso ha sido poco comparado con lo que podía haber pasado, había un grupo de niños al lado y podía haber ocurrido una desgracia. Queríamos hablar con ustedes para decidir el castigo. Ahora su hijo ha ido a la enfermería porque dice que le duele la mano, pero claro, seguro que lo ha dicho para darnos pena, para irse del despacho y que no le siguiéramos regañando.”


-         “Este hijo mío, no gano para disgustos. Lo siento mucho… Por descontado que vamos, no tenga ninguna duda que tendrá un castigo ejemplar y cualquier decisión que tomen la aceptaremos.”





-         “¿Se puede saber qué has hecho?. ¿Por qué te pones a jugar donde no se puede?, ¿no has visto que había otros niños? Les podías haber hecho mucho daño. Dios mío, qué cruz de niño, siempre haciendo lo que quiere, siempre enredando y molestando. Siempre haciéndonos pasar una vergüenza enorme. Salte fuera de aquí y luego en casa hablamos, que esta vez te la has ganado pero bien. Y deja de poner excusas con la mano, que no tienes nada. No te quejes que no nos vas a ablandar con esas cosas. Si eres mayor para desobedecernos a nosotros y a los profesores, lo eres también para las consecuencias”


-         Vas a estar mucho tiempo castigado, y el dinero para las chuches, los juguetes y todo lo que te gusta va a servir para pagar el cristal. Fuera de mi vista.



Nuestro niño sale por la puerta y espera tranquilamente hasta que termina la reunión de sus padres con el director.
Día 176: No lo tengo muy claro. (23-Mayo-2012)

Pues eso, el título se refiere a cómo o qué escribir del día. No va a ser mucho que mañana madrugo.

Pero si diré que aunque algunas cosas se siguen repitiendo el día ha ido suave. De remiendos por un lado y el por el otro, pudiendo perder el tiempo sin perderlo.


Ahora mientras se va haciendo eso en tu turno me acuesto un rato y a la que salgas estoy otra vez dentro. Espero que vaya todo bien.

                                       

martes, 22 de mayo de 2012

Consecuencias


Os voy a contar un cuento

El ruido de los cristales evidentemente calla los gritos del recreo. Ni sonrisas, ni palabras, ni sollozos. Todo en calma, todo en silencio.

Ese silencio que no molesta pero que avecina incertidumbre, esa incertidumbre que no puede traer nada bueno.

¿Las miradas?  al culpable.

Su muñeca le duele cada vez más, mucho más. Abriendo el bocata no le habría pasado.

Se acerca uno de los cuidadores del patio, ese que tan atento estaba a cómo una panda de borricos hacían el cafre, agarra a nuestro niño, se lo lleva a uno de esos despachos que inculcan el temor juvenil.

-         ¿Qué ha pasado?

-       Ha roto el cristal con un balonazo.

-         Pero si sabes que no se puede jugar al balón en esa zona...

-         He visto como se giraba a dar a la pelota, y directa al cristal, menos mal que ha sido eso, porque justo al lado había un grupo de niños jugando y podía haber ocurrido una desgracia.


-         Pues esto es muy serio… no lo esperábamos de ti, pero no se puede quedar así. Vamos a llamar a tus padres no sólo por el cristal, que lo tendrán que pagar, sino para decidir tu castigo, porque lo que has hecho es muy grave.

-       “……………..”

-         ¿No vas a decir nada?

-         “Me duele la mano, ¿puedo ir a que me la miren? Y mientras llamáis a mis padres y elegís el castigo.



Sale del despacho, se dirige hacia la enfermería. Posiblemente le venden la mano.

Ahora mismo no le importaría estar saboreando su bocata, aunque no le gustara.

A eso se le llaman consecuencias.

Dia 175: Martes, ¿como no? (22-Mayo-2012)

Me voy a dar el lujo de escribirlo antes de marcharme, a ver si se me olvida rápido y no tengo que rememorar nada.


2:30 horas tiradas a la basura nada más empezar.

Ciego, sordo y además gilipoyas.

Y seguir dando vueltas con la sensación de perder el tiempo.

Vamos, lo que viene siendo un Martes de libro


Muy bien, muy rico todo

lunes, 21 de mayo de 2012

Cuidado


Os voy a contar un cuento

Vamos a situarnos en el patio del colegio, por establecer un momento temporal, digamos que estamos en el recreo.

Ese momento en que unos niños corren, otros saltan, algunos gritan, quizá alguien llora, puede que uno o dos estén castigados y no disfruten.

Nuestro niño simplemente ha salido de clase, está andando hacia algún lugar, desenvolviendo su bocadillo.

Expectante ante su sorpresa diaria. Esa que le pondrá entre algo rico o algo bueno, y la gran diferencia que existe entre esos dos términos, pero eso es otro cuento.

-“CUIDADOOOO”.

Se oye desde lejos. Reacción instantánea, levanta la cabeza y ve como la pelota se dirige violentamente hacia el grupo que tiene al lado.

¿Quiénes son?. Da igual, incluso a lo mejor se merecen llevarse ese balonazo… Pero su instinto hace que su brazo se olvide del bocata, del papel albal y de la posible grata sorpresa, y que sea en su muñeca en la que rebote ese balón.

¿Héroe?

No.

La muñeca le duele, quizá no lo debería importar, pero le duele. Y esa pelota, no ha dado a quien tenía detrás pero ha ido a parar a uno de esos cristales, que de débiles, estallan cuando les dan un golpe.

Como diría la ley de la calle, “el último que la toca es el responsable”.


No sabe a quién ha salvado… pero si sabe que es culpable.

Que vengan a por él, no va a oponer ningún tipo de resistencia.
Día 174: NO, no era el día, no. (21-Mayo-2012)

Ya me extrañaba a mí no perder el tren. Total otro rato perdido dando vueltas, pues no pasa nada.

Paso de seguir.

Respira niño que aún te queda mucho día y mucha semana.

sábado, 19 de mayo de 2012

Buenafuente... se nos va....

Estoy leyendo, y me sorprende mucho, que a Buenafuente le quedan sólo dos programas y se despide "por falta de audiencia".

Se que no voy a ser objetivo, me ha quitado muchas horas de sueño en mi vida cambiándomelas por risas y sonrisas, y eso siempre me ha parecido justo.

Entrando en número puramente, no se si 2 millones de personas son muchas o pocas para un prime time de Domingo. Pero a lo mejor hay que pensar una cosa... ¿cuando ha empezado el programa?, con el final de la Liga de fútbol. Y por mucho que joda al personal, ya pueden poner el Gran Hermano el Domingo (que supongo que será la referencia y el rival a desbancar en eso del share) que si hay fútbol, en este país se ve el fútbol.

Yo lo compararía con Salvados, que no se la audiencia que tiene, pero que es un programa ya asentado, a lo mejor me equivoco, pero seguro que comparten mucha audiciencia.

A mi me jode quedarme sin "la risa y sus cosas del Domingo" y allá donde vaya, donde le hagan un hueco, a la hora que sea, ahí estaré; esperando a ver a Buenafuente, al clásico, al de siempre. Un programa que siempre ha sido así, porque se debe a la gente que siempre le hemos visto, seamos tres gatos como se que son Pablo y Carlos, junto a mí. O millones.

Más motivo para disfrutar estos dos domingos que nos quedan.

Solo


 Os voy a contar un cuento

-       “Solo, estoy solo, pasa”.

La pelota no llega, toca correr para atrás y mucho, muchísimo.

Y ya van demasiadas veces, el cuerpo empieza a estar cansado, la mente nublada.

Recuperación, carrera con ilusión.

-       “Solo, estoy solo, pasa”.

-       “GOOOOOOOOOOOLLLLLLL”.


Esa es la secuencia que se escucha en el patio.

Mejor dicho, no mintamos, la primera frase parece ser que sólo la ha escuchado nuestro niño, es él quien la estaba diciendo.

Es el final del partido, la clase de nuestro niño acaba de ganar la liga interna, esa competición cuyo orgullo o decepción acompaña a todas las clases a lo largo de los años.

Lo más parecido a los sueños que tienen todos los niños en esa edad en la que sólo importa jugar.

Pero eso, nuestro niño está reventado. Su cuerpo no da para más, muchas carreras encima y, dentro, muchos balones recuperados, trabajo sucio pero tremendamente necesario.

En las sombras.

Pero esa última carrera, era la buena.

El balón por el otro lado, todos los compañeros marcados. El que tiene el balón, con dos contrarios encima. La mejor solución para el equipo, pasar el balón.

Pero que palabra tan compleja y difícil de entender esa de "equipo".

El niño que tiene el balón se va con un rebote de uno de sus contrincantes y tira a puerta, un defensa se cruza, le rebota y la pelota engaña al portero, entrando llorando.

Gol, final del partido.

Y nuestro niño, solo. Con tantas carreras en el cuerpo. Casi mejor que no le hubieran pasado ese balón, seguro que la habría cagado. Su cuerpo con muchas carreras, su cabeza sin ser capaz de dar las órdenes.
Seguro que no habría sido capaz de controlar el balón, habría perdido la pelota. Al pegar a puerta, se habría cruzado un defensa para tapar tiro, o hubiera parado el portero la bola.

Quién sabe, a lo mejor entraba la pelota entre los tres palos.

Pero no, los focos no son para nuestro niño, él es de sala de máquinas, de los que corren durante todo el partido y, para cuando hay que ir a por las medallas, está demasiado lejos y demasiado cansado.

No lo escucha o no lo avisa, se va a los vestuarios, esa ducha que es su único regalo.
Día 173: Viernes tarde. Ni largo ni corto. (18-Mayo-2012)

Normalmente escribo esto en el cuaderno, después, cuando llego a casa lo paso al ordenador. Hoy toca directamente ordenador, no me he llevado ni el cuaderno, ni la mochila, ni nada; bocata en mano y ya, como todos esos Viernes en que las intenciones son escribir en sábado por la tarde, o se opta por escribir antes de salir. Y no, hoy no había optado por el antes de salir, y aquí estoy en sábado antes de dormir.

El día ha empezado llegando un poco pronto, será un buen ejemplo para el día, la verdad es que he llegado con el gran temor de que no hubiera servido para nada, pero no, eso no ha pasado, parece que se ha hecho bien y ha gustado, me tiene que valer.

Pero siempre hay que, bueno, mejor dicho, siempre se puede dar una segunda vuelta, y mejor empezar a rascar. Aunque con la sensación de que no, que lo de hoy si que no sirve para nada, tener 10 gramos necesitando un kilo.

Bueno, hay que hacerlo y punto.

Meriendas y esas cosas, y empieza el Baloncesto, tiempo de playoff, tiempo de partidos de todo o nada. Hoy ha sido todo aunque me he estado quejando mucho de que pintaba a nada, pero las reflexiones baloncestísticas no tienen cabida aquí, esto es para otra cosa, aunque los gritos si hayan sido allí.

Un ratito de cena agradable, que me niego a que sea el último. Terminar de cerrar las cosas, y apagar el ordenador cerrando otra semana.

Esta semana que he intentado por todos los medios evitar el Domingo pasado, evitar la semana entera, no se si lo habré conseguido.

Como siempre he tratado de hacerlo lo mejor que sé, aunque implique mucha careta y dejar eso del orgullo y la dignidad para otro momento.

El Lunes empieza otra semana, que hoy se acaba esta.

He dicho una frase, que debo mantener: "Olvida todo lo que quieras, pero no te olvides de volver"

viernes, 18 de mayo de 2012

Seguir...


Os voy a contar un cuento

Está nuestro niño en una de esas tardes que el televisor cubre todas y cada una de las horas. A su lado, con él, en el otro sofá, su sabio abuelo.

Ese al que tanto quiere. Ese del que tanto aprende.

La impaciencia de nuestro niño hace que sea imposible ver un solo canal, va volando de uno a otro, sin atender mucho a lo que ve, pero tampoco entendiéndolo del todo.

Deja de un lado los canales que se dedican a los gritos, aún no tiene edad para eso.

En el primero que se para hay una carrera de bicis (casualmente deporte diréis, me parecen buenos ejemplos para el cuento).

Una de esas carreras extenuantes. Llevan corriendo desde mucho antes de que nuestro niño se levantara y su abuelo ya está empezando a dormir la siesta.

Muchas horas llevan, con eso estábamos. Se acaba la carrera y los ciclistas, en vez de bajarse de la bicicleta, siguen pedaleando mientras se acaba la retransmisión.

¿No estarán ya cansados?, se pregunta mientras su abuelo se hace el dormido observándolo.

Cambia de canal. Hay boxeo.

Quizá demasiado violento para su edad, noble deporte. Son sólo puñetazos.

Lo que ahora no entiende es que después de un buen rato a mamporro limpio, uno cae a la lona. El vencedor tiene cara de preocupado, mientras que el vencido, en el suelo, sigue soltando golpes. Cosas del inconsciente.

Todo termina con una película que con el tiempo saboreará profundamente, pero ahora se queda sólo con un detalle.

El personaje corriendo, durante mucho tiempo. Alguien se acerca y le pregunta, "¿por qué corres?". "No lo sé simplemente corro". Hasta que llega un momento que para y dice "estoy cansado de correr".

Demasiada información para una mente tan joven. Su abuelo toma el mando.

-                   “Nieto, lo que has visto es gente que muchos dirán que han perdido el Norte, que han perdido el objetivo. Puede que sea así, y por una parte es cierto. Siguen haciendo lo que llevan tanto tiempo haciendo, a pesar de que se termina la competición, porque están acostumbrados a no ganar y han perdido esa necesidad, simplemente, se han acostumbrado a pelear.
No es algo que lleve una gran recompensa pero, cuando se te olvida el objetivo, puedes poner el medio para conseguirlo como el fin”.

-                   “Abuelo, no lo entiendo. ¿Y el que se ha cansado?”.


-                   "Es un ejercicio muy cansado. No te preocupes, eres joven y seguro que no te hace falta entenderlo en tu vida, no caerás en ello, tendrás siempre un objetivo".

Su abuelo tiene siempre sabias palabras, aunque ni si quiera él acierta siempre.
Día 172: Si. No. Depende. (17-Mayo-2012)

Carrerita de las buenas pero subido en el metro estoy, ahora que me lleve volando hasta la nube, del paseo me encargo yo.

El título es curioso, pero nada raro que imaginar; es el resumen del trabajo y el correo de hoy. Unas si, otras no y otras depende.

Es lo que tienen las vueltas por la patria que hay sitios que si y otras que no.

Hoy después de los momentos tensos; tiempo para hacer de todo, esas cosas que sirven para liberar la mente.

Se acaba el día, se tira de colores y a ver que sale mañana.

jueves, 17 de mayo de 2012

El barrio duerme


Os voy a contar un cuento

El barrio duerme, dejémosle descansar.

Es demasiado temprano para levantarse pero demasiado tarde para estar aún despierto.

En el cielo, la Luna. En los balcones del barrio, luces apagadas. Dicen que se ha quedado buena noche.

Aún quedan resquicios en el parque de lo que será su futura vida, también por los columpios, el tobogán y el resto de zonas que poco a poco su generación está dejando de usar en favor de otros entretenimientos, más modernos pero menos colectivos. Pero él aún es joven, aún ve estas horas de madrugada desde su ventana.

Noches de esas que dicen de calor, el verano está dando avisos pero ya no se fía ni del hombre del tiempo.

Al fondo, sólo una luz compite con la Luna. Alguien se está ganando el pan.

Buen ejemplo que algún día quizá seguirá.

Pero su mirada no se centra en ese local, ese que visita todos los días en busca de sus dos barras, en el que le reciben con una sonrisa y puede que pasado el tiempo le traten de señor, aunque en algunos días aún se sienta joven.

A lo mejor debería centrarse en ello, pero es un niño que aún cree que los sueños posibles y, por eso, su mirada va directa a la Luna.

Conversa con ella a pesar de saber su naturaleza mentirosa y la cara que le oculta. Puede que de ella reciba mentiras, lo que él le cuenta se queda en los secretos de la madrugada.

De momento no tiene temas importantes vistos fuera de la atmósfera de un niño, pero va cogiendo el gusto al insomnio, irá aprendiendo de él.

No espera muchas respuestas, eso es cierto. Pone a la Luna como oídos que le escuchan por no pensar que la locura ya se ha instaurado en su vida, ese momento ya le llegará.

Hoy le ha contado que mucha de la gente que le alaba por su alegría, le pregunta que si no duerme bien o está cansado, y que él ha tenido que contestar que sí.

La Luna no le da respuesta, sólo que a él le da la sensación que brilla un poco más fuerte.

Prefiere pensar que son sus palabras las que hacen eso, esa compañía hasta altas horas de la madrugada.

Mira al parque, su parque, ese sitio de juegos. No es el único que está mirando al cielo.

Dejémosle que aún mantenga sus ilusiones, aún es un niño.

Que el barrio siga durmiendo y que él siga su mismo ejemplo.

Día 171: Tardes rápidas (16-Mayo-2012)

Para empezar una grata sorpresa que no me esperaba pero que sirve para empezar con buen pié.

Canarias sí, pero no. Mejor ponerse con otra coseja que siempre hay algo que hacer.

A darse un paseo por la geografía española a ver ande si y ande no.

Descubrir alguna cosa interesante para agilizar el trabajo (o para hacer más, según se quierea ver).

Meriendas, conversaciones y a ir un poco rápido que hay prisa.

Ya que estamos, vamos a hacerlo bonito. Todo enviado.

Cuando esté pasándolo al ordenador lo podré contestar pero no lo haré; ahora procede decir “A ver que me encuentro”

Ahora ya puedo decir, “lo que me esperaba”

martes, 15 de mayo de 2012

Cuestión de cabeza


Os voy a contar un cuento.

Escaleras para arriba.

Se le ha olvidado coger la mochila, elemento indispensable y necesario para irse al cole.

Baja las escaleras.

Tiene que coger el bocata y el zumo para el recreo.

Última revisión, que ya ha aprendido a no fiarse de su memoria para recordar las cosas importantes que debe llevar.

Abre la mochila y, efectivamente, la mochila está, con todos sus objetos inservibles:

-         Ese paraguas muy útil que siempre le acompaña pero nunca abre. No por vagancia, sino por el hecho en sí de que llevarlo o no llevarlo no evita que se moje.


-         El típico trozo de papel que algún día tuvo alguna función pero que ahora simplemente está y nunca se tira.


-         La tapa de ese boli que algún día perdió su sombrero y nunca se volvieron a encontrar.


No nos vamos a meter en el bolsillo pequeño, baúl de los recuerdos que no entraría en este folio ni en muchos otros, y no es plan de cansar.

Lo importante es que, del cuaderno y el estuche con los bolis, ni rastro.

Coge el bocata y el zumo, sube las escaleras en busca de sus objetos perdidos.

Efectivamente están encima de la mesa, no tiene pérdida, guardar y cerrar la mochila, bajar escaleras, ya se puede ir.

-       “¿Has cogido el bocata?”

El cree que sí, pero mejor mirarlo. Abre la mochila, observa todos los objetos, están los inservibles y los importantes, pero lo que es el zumo y el bocata para el recreo, pues no están.

Flashazo en su cabeza, lo ha dejado arriba, encima de la mesa. Ha pensado "Ahora lo guardo" y, evidentemente, no lo ha guardado.

Subir las escaleras.

Coger el bocata y el zumo guardarlo. Ya seguro que lo lleva todo. Baja las escaleras. Se va a clase.

-       “¿Me has traído el libro que te pedí?”. Pregunta un compañero al verle.

Mierda, se le ha olvidado. Aún le queda tiempo, corre a casa, sube las escaleras, coge el libro, baja las escaleras, corre al colegio, llega a tiempo.

La mochila la había dejado ya en clase, no vayamos a dar opciones a más olvidos.

Hoy la conclusión es sencilla, suave, fuera de los grandes y complicados temas que últimamente salen. Simple y llanamente, lo que ha aprendido nuestro niño es que:

Quien no tiene cabeza, tiene piernas.
Día 170: Una de esas tardes que me jodería perder.  (14-Mayo-2012)

Hoy con el boli de escribir bonito y bien.

Cierto es que ha sido una tarde que ha pasado rápido. Sencilla, tranquila, de trabajo y esas cosas.


La llegada supone un correo que no se entiende mucho pero que tres horas después se soluciona.

Las islas vuelven y creo que hoy va bien la media.

Lo dicho, una tarde con su café y su merienda; incluso hasta con paseo por los sótanos aunque parece que no estamos autorizados.

Ahora duele un poco bastante la cabeza. A lo mejor el aire, que hoy si ha estado encendido, tiene algo que ver. También puede ser la mala noche de poco sueño y las horas tempranas.

Pero en definitiva, una buena tarde de trabajo y de todo lo demás, de las que echaba de menos y no quiero que vuelva a pasar tanto tiempo.

Esas que son necesarias.

domingo, 13 de mayo de 2012

Cerrando la liga


Pues hoy se ha acabado la liga.

Eso para muchos, el fútbol para mí se acabó ese Miércoles, ese día, que el alemán de nombre impronunciable metía el penalti que dejaba fuera de la final de la Champions al Real Madrid. Esto es así, y punto.

Ni siquiera ese Miércoles tan raro que ganamos la Liga, sin celebraciones, sin ganas y sin ilusiones. Los grandes objetivos provocan grandes vacíos, y esa es la sensación futbolística que tengo ahora, un gran vacío.

Supongo que el tiempo me dirá que el Real Madrid ganó la trigésimo segunda liga al mejor Barça de la historia, al Barça de Pep Guardiola y Messi. Que se ganó con los mejores números de la historia, con una cantidad de goles abrumadora y una diferencia brutal, pero…. pero… ese Miércoles no me salía celebrar nada, dolía demasiado.

No hoy no estoy viendo la celebración, ni de celebración, creo que es culpa mía, pero bueno, que estamos con el fútbol.

Como estoy diciendo ante la pregunta de si no estoy viendo el espectáculo del Bernabéu, no, está liga todavía no me llena.

Pasemos al análisis puro y duro de los equipos y momentos que me apetezca.

Empezamos por el Real Madrid.

Este equipo que ha metido tantos goles. La liga la gana el mejor equipo y punto. Eso ha pasado, en liga, ha sido el mejor equipo y lo ha demostrado en el Nou Camp, allí si que se gano la liga, ese día si que fue de disfrute.

Una barbaridad de goles, con un pequeño problema. Yo lo resumiría con: “Arbeloa para Kedhira”. Cosas de Mou, ese gran entrenador y esa persona que casi consigue destruir todo lo que me ha enseñado mi abuelo que es el Real Madrid.

A lo mejor pico a mucha gente, pero a quien le valga esa actitud, pues para ellos. A mí no me vale. Y más aún cuando esa cabezonería, ese miedo, ese creerse Dios y tener la verdad absoluta ha hecho que se acabe para mí hoy el fútbol y no el Sábado que viene.

Pero bueno, siempre he defendido que quien gana es el Real Madrid, que está por encima de jugadores, presidentes y entrenadores.

Seguimos con el análisis, no hablaré del Barça, porque no seré objetivo. El Valencia pues ahí está a tanta diferencia que cualquiera diría que es tercero… Ese es otro detalle de los que pueden matar la liga. La misma diferencia entre el segundo y el tercero, que entre el tercero y el descenso… pues a eso vamos, y por mucho que gane el Real Madrid, no gusta tanto.

Pasando por el Málaga, ese equipo que ilusionó con el dinero, se temió por las prisas, pero que ha dejado hacer a un gran entrenador y ahí está cuarto con honores.

Con el Levante voy a utilizar la parte graciosa de este escrito, y es que ahora que está en Europa, hay muchos jugadores a sus medida: Gatusso, Del Piero… entran en su quinta. Mérito enorme a un equipo que no me cae especialmente simpático.

El atlético, ay ese atlético, que en Marzo daba por perdida la vida y acaba levantado otra copa. Pues eso, el atlético y Radamel. Debe ser la camiseta.

Debacle del Sevilla, y me alegro. Del Nido no se merece nada, y no se como Michel quiere poner ese borrón en su expediente.

Vamos con los descensos.

Llevo mucho tiempo diciendo que el Zaragoza no bajaba, puede que sea un canteo, pero yo me alegro. Es un equipo al que tengo especial cariño, suyo es mi primer gran recuerdo futbolístico. Me alegro de que se quede en primera.

El rayo, ese Rayo. Hoy ha estado a punto de romper la máxima de que el fútbol puede con todo. Que cerca lo han tenido, pero también me alegro por ellos,  puede que sean un equipo necesario, y además, han jugado o intentando jugar al fútbol. Y por cierto, no podía ser otro, eterno Tamudo.

El Granada me la trae al fresco, debería haber bajado. Sobre todo porque significaría que el Villareal, ese ejemplo de club, seguiría en primera.

Lo del Villareal es de esos casos raros de equipo con jugadores que se empieza a desplomar. Senna, Borja, Rossi, Nilmar; no están preparados para pelear por el descenso… sus cotas son más altas. Y claro, las lesiones hacen mucho, mucho daño. Y que el bueno este año ha jugado con el Málaga. La conclusión, a ver con quién juego yo el año que viene al pro, con qué equipo doy las lecciones.


Del Sporting, pues es un equipo que siempre me ha caído bien, pero lo siento, ese personaje que ha sido el entrenador se merece descender y todo lo demás. Impresentable.


Pues eso, se acaba el fútbol, si es que no se había acabado ya. Se van esas dos (o cuatro) horas semanales de permiso. De olvidarse de todo, de centrarse en sólo fútbol, lo que llamo opio. Eso que da igual lo que pase, dos horas en las que hay partido.

Como alguien dijo alguna vez, “el fútbol no es cuestión de vida o muerte, es algo mucho más importante”.

Y me la pela quien no lo quiera entender, y me cabrea sobremanera quien no lo quiere respetar.

Penúltima mención a la jornada de hoy, y sólo se me ocurre una palabra. RADIO

Si, esa Radio que te acompaña, esa familia que no le importa que pases de ella, que cuando la necesites, ahí está para decirte tonterías. Tomándose a risas esto que es tan serio.

Me dejo muchas cosas seguro. Momentos compartidos, lugares visitados. Goles de Raúl y magias de Silva. La Premier de hoy, pero estamos hablando sólo de liga.

Fútbol, que te acabaste con un mal recuerdo alemán hace tiempo, que no he sido capaz de celebrar en condiciones, nos vemos en la Eurocopa.

Hala Madrid.

sábado, 12 de mayo de 2012

 Día 169: Tarde tremendamente entretenida. (11-Mayo-2012)

No lo voy a negar, ayer se me paso escribirlo, lo iba a hacer antes de salir, pero se me olvidó, como tantas cosas, es lo que tiene una tarde tan entretenida.

Empecemos por el principio, empecemos por lo bueno, aunque sea una despedida, todo un placer, un lujo y un honor, y con un poco de chocolate. Buenos detalles que se agradecen en tiempos oscuros.

El resto de la tarde se basa en paseos y conversaciones. Y diréis, lo de currar, para cuándo.

Pues hubiera estado bien, pero primero estas más de tres horas sin red, ni internet ni nada, sólo paseos.

Después se apaga el aire acondicionado, y hasta respirar se hace complicado.

Buen ejemplo… no sabes de donde se sacan las fuerzas para intentarlo, y las circunstancias dicen lo contrario.

Se acaba otra semana, que es mejor dejar atrás sin pensarlo mucho más.

viernes, 11 de mayo de 2012

Luego te lo explico. Verdades


Os voy a contar un cuento.

La profesora ha preferido recoger los escritos antes de que lo entreguen a la responsable de la creatividad.

Sí, es cierto, no se fía de la capacidad de la mayoría de sus alumnos y prefiere revisar tanto el contenido como el continente (que no Carrefour), no vaya a ser que el colegio quede mal.  No vaya a ser que alguno de los niños y niñas que componen la clase escriban algo que no se deba decir o no lo escriban bien.

Cierto es que no va a tener muchos trabajo. De los casi treinta niños y niñas que hay en clase, no llega a diez el número de folios que tiene que revisar.

Que tampoco dice mucho por parte los alumnos, ni aún siquiera teniendo una recompensa han conseguido motivarse. Vale que el tema de motivante (siempre a ojos de nuestro niño, que es de quien van las historias) no es que fuese mucho, pero bueno, por lo menos era algo diferente.

Pero nada, ocho escritos que repasa, que revisa.

Antes de que venga la profesora a la que hay que entregarle las hojas llenas de letras juntas, con espacios en blanco y signos de puntuación, se acerca a nuestro niño.

-       “Ahora cuando venga la señora, tú no digas nada en la clase”.

Evidentemente, nuestro niño no sabe los motivos ni las razones ni las circunstancias de tales palabras, pero callará.

-       “Luego te lo explico”.

Llega la encargada de recoger los ejercicios de creatividad. Se presenta el director del colegio, las cuestiones de estado requieren su parafernalia. Empieza a hablar pues:

-          “Hola a todos. Como ya sabéis…[bla bla bla]. Y entonces hemos elegido a los siete mejores para participar en el concurso, para evitar trabajo al comité que decida, que estarán ocupados [bla bla bla]”.

Eso era, siete escritos. ¿Será el suyo el que no está entre los seleccionados entre los mejores?

Realmente, le da igual.

Se acaba la parafernalia, se acerca su profesora.

-          “Estaba bien escrito, era el único que realmente describía un día cotidiano, algo real que hubiera pasado. Sin duda, de los que teníamos, era el mejor que había”.

Nuestro niño ni se molesta en seguir preguntando.

            -       “Vale, no me diga nada más”.

Sabe perfectamente que su escrito incumplía uno de los grandes problemas de este tipo de concursos creativos capados.

Decía la verdad.

jueves, 10 de mayo de 2012

Ese momento en el que piensas en


Os voy a contar un cuento

Ahora toca la parte de cómo se llega a escribir esa creatividad, cómo se termina de escribir, cuáles son sus consecuencias y sus enseñanzas.

Llega nuestro niño a casa después del colegio. Es el día en el cual les han propuesto el ejercicio de creatividad.

-       “¿Qué tal en el cole?”. Pregunta de rigor.
-       “Bien”. No hay que responder mucho más.
-       “¿Te han mandado deberes?”
-       “Si, tengo que escribir una historia cotidiana”.
-       ¿Qué bien no?
-       “Si, si, ahora la haré”.

Se ve la gran ilusión que reside entre el escritor y el gran interés de quien pregunta.

Nuestro niño se pone a escribir. Realmente puede tirar de muchas historias, en cada día de su vida puede contar algo, de hecho así lo hace.  Pero hoy le toca un ejercicio de creatividad un poco descafeinado.

Se pone a escribir. Espera que eso que llaman inspiración esté presente. O quizá alguna de las musas que a veces le acompaña momentáneamente para sacar algo decente. ¿Quién sabe?, a ver qué le sale.

Al final, tras estar un rato mirando al papel, al lápiz, otro rato al papel, un momento hacia el techo, mejor ponerse a hacer esos dibujitos sin sentido en el folio, que de momento viene siendo lo más creativo que su cabeza encuentra para su este ejercicio.

Por un momento, piensa en dejarlo, en no escribir. Es justo ahora cuando le viene una idea a la cabeza, que no tiene nada que ver con lo que tiene que escribir, pero sí en cómo lo está haciendo, en qué está haciendo, para poder escribirlo.

Tiene ganas de dejarlo, de abandonarlo. Entonces es que lo está haciendo bien. Cuando emprendes cualquier tipo de ejercicio, de actividad, de juego, en algún momento piensas en no hacerlo y es justo en ese momento en el que sabes que lo vas a conseguir. Si todo saliera a pedir de boca, así, a lo sencillo, no tendría ningún mérito hacerlo, algo hay que pelear.

Entonces se pone a escribir y no encuentra mejor tema cotidiano que la verdad. Contar cómo de cotidiano ha sido su día. Mejor contar el de hoy que lo tiene fresco, así no se le olvida nada.

Y sobre eso escribe.
Día 168: Tarde calentita. (10-Mayo-2012)

Podría dejarlo así, en el calor que hace, hablando de temperatura en ese momento que le dan a apagar a la supuesta climatización y se abren las ventanas.

Ese momento ha coincidido con el de dar a enviar. Buen ejemplo de trasvase de poderes.

Antes el calor lo ha contenido el filtro autoimpuesto, todo un logro para un día sin música.

Sin duda el más largo y el que más tiempo me ha llevado, tenia que se de trabajo. Sin inspiración de por medio, aunque el ingeniero opine lo contrario.

No es que haya cambios, pero hoy me he propuesto no hablar de errores, trabajar sin más, escuchar y ver sólo lo que debo y para lo demás están los filtros.

Merienda rápida, en el sitio y en silencio.

Y el resto ya son planificaciones.

Ahora a ver si el metro vuela, que del resto ya me encargo yo.

Una reflexión, para terminar. Y es que si fuera de abandonar, ya habría cogido la poca dignidad que queda y cerraría el libro.

Pero no preocuparse, nunca fui de tirarme del barco.

Esa es la reflexión y lo bien que viene Malasaña y las prisas para  no seguir escribiendo.

Aunque el metro se pare en medio del túnel.

RÁPIDO CARAJO.

Radiografías (II)


Prosigiendo:

Del mierda de frío, asco de lluvia y joder que calor; del niña sírvete otra copa, del jefe ¿cuánto te debo?; de a esta ronda invito yo; del maldito dinero; del paripé; de los humildes y los sobrados; del orgullo; de los grandes estadios vacíos; de Telecinco; de Intereconomía; del tiempo perdido; de esta España que duele; de la música; del ¿qué ha pasado?, si va a ser bueno me quedo; del agachar la cabeza; del hacerse mayor;  de lo gratis; de lo que cuesta tanto;  de si sonríes te estas divirtiendo, evitémoslo; de lo fácil y lo complicado; del ya te lo advertí; de los visionarios; de las quejas; de las buenas personas; de las costumbres, las buenas, las malas y las mías; de la capa, la espada y el sombrero; de escribir; del rápido que vamos con tiempo; del despacio que tengo prisa;  de los éxitos deportivos; de los fracasos humanos; de los te miento porque te quiero;  de los móviles de última generación; de las videoconsolas; de los parques vacíos; de las canastas rotas; del un error lo tiene cualquiera; del no te equivoques; del no te preocupes, yo me encargó, se me olvido; de la falta de memoria; de los desmemoriados; de los detalles; de los detallistas; de los observadores; del ¿quién ha ganado?, para animarlo; del ¿quién ha perdido?, para abuchearlo; del ¿ha sido mi equipo?; de las  medallas impuestas y las merecidas;  de las redes sociales; de la intimidad; de la más tierna infancia perdida; de las rarezas; de las mañanas, las tardes y las noches;  de los vencedores; de los vencidos; de los merecidos; del calentamiento global.

Me levanto, aplaudo y me voy a trabajar.

Mundo, no preocuparse que ya está to´ dicho y to´ hecho.

Radiografías


Vivimos instaurados en la cultura del ¿quién lo dice?, y no el ¿qué dice?; si no es de los míos no me vale; si la verdad me perjudica, diré que es mentira  y quien lo dice es un mentiroso; de escurrir el bulto; de eso no puede hacerlo otro; de centremos nuestros esfuerzos en los errores del resto; si es mejor que yo, le critico por algo, en vez de intentar igualarlo; del sólo vale si te la has follado; del aislemos y riámonos del que no nos sigue el juego; del me aburro en el trabajo; del hablo mucho pero digo poco; del mi opinión no cuenta si contradice a otros; de la risa colectiva; del está mal, está mal, está mal, ¿y tú solución?, está mal, está mal, está mal; del me quejo si se quejan junto a mi otros; del todo vale si es por mi beneficio; de las personas que dicen ser humanos; de las máquinas con sentimientos;  del opio; del único error como fracaso frente al cúmulo del resto; de los nombres equivocados; de los descuidos olvidados; del no me he dado cuenta; del cariño regalado; del ¿cómo que no tienes tiempo?; del no hacer nada para tener todo; de las que no creen en los caballeros; de las promesas por cumplir; de las noches largas y las mañanas escasas; del ¿de qué se habla?, que me opongo; del si tienes voz, que sea como la mía, sino me da igual tu voto.

Una sociedad tan crítica que ha perdido la noción de que está formada por todos y cada uno de nosotros, y ha ampliado el rango a un todo y quizá está apuntando muy alto.

Una pelea, que ni se gana ni se pierde; porque realmente no estamos enfrentados, sólo tenemos opiniones diferentes.

Y el resto, es perder el tiempo.

He dicho

(voy cogiendo el paraguas )

Ejercicio de creatividad


Os voy a contar un cuento

Ejercicio de “Creatividad”

Autor: Nuestro niño.                                               Fecha: Cualquier día vale.


Hoy en clase ha venido una señorita diferente que nos ha pedido que escribamos una historia cotidiana. Nos ha dicho que no nos lo tomásemos como si fuesen deberes, que no es obligatorio. Pero que una de ellas sería seleccionada para un concurso de relatos que estaban organizando en todos los colegios y que, el colegio que ganase, tendría no sé cual premio.

No he sido capaz de enterarme del premio, estaba tratando de pensar que significaba cotidiano y muchas otras palabras de las que decía esa nueva señorita que no entendía.

Para intentar que todos los hagamos, nuestra señorita nos ha dicho que pondrá un positivo a todo el que lo haga (sin más, por escribir un folio) y quien fuese seleccionado se llevaría dos.

Cuando nos ha empezado a explicar lo que había que hacer, nos ha dicho que era un ejercicio de creatividad en el que podíamos escribir lo que quisiéramos sobre los que nos pasa en un día.

Nos ha puesto como ejemplo su día: “Me levantado a las 8 de la mañana, he desayunado zumo de naranja con galletas dinosaurios y he venido a este colegio para proponeros este trabajo”.

Evidentemente no ha seguido mucho con la historia, es temprano y tampoco da tiempo a hacer tantas cosas es tan pocas horas.

Aunque a mí esa historia no me ha parecido muy creativa, he seguido escuchando y he sacado el cuaderno para escribir lo que pedían, para que no se me olvidara ningún detalle que pudiera ser interesante.

Nos ha empezado a explicar que el relato tenía que tener una serie de requisitos, teníamos que utilizar siguientes palabras: día, noche, desayuno, jugar, parque, pelota.

También que no podía tener palabras malsonantes y sin faltas de ortografía (normal digo yo). Que la historia era libre, pero que mejor contásemos lo que nos gustaba hacer cuando salíamos de clase, con qué nos gustaba jugar, dónde, con quién. Y muchas otras pautas que he dejado de escribir en mi cuaderno, porque me he puesto a pensar en el significado de creatividad.

A mí me gusta escribir y lo hago porque me apetece, sin ponerme límites y tratando de hacerlo bien, por eso me ha gustado la idea de hacer un escrito creativo. Y me he puesto a seguir sus pautas, los límites que me han puesto, porque se me ocurrían muchas historias cotidianas (que, por cierto, significa habitual, que se hace con frecuencia, vamos; en mi opinión poco creativas por sí solas) que simplemente por sí solas se salían de los límites de su creatividad.

Y al final se me ha ocurrido alguna historia que contar, pero es que acabo de llenar más de un folio intentando explicar lo que me han dicho en clase, y no puedo salirme de las normas.

No soy tan creativo, o no como ellos esperaban que lo fuese. Este texto no va a ganar, y casi lo prefiero.