domingo, 23 de junio de 2013

Una de esas afrentas que quedan por saldar.



A ver como ordeno las ideas que hace mucho que no escribo en público y no descarto estar desentrenado y no puedo asegurar que quede bien, buscaré que esté bien escrito, y el contenido, pues es una de esas cosas que se me pasan por la cabeza y me apetece compartir con mí mismo.

Ahora llega el momento de decir que estas palabras están inspiradas en el partido España – Nigeria que empieza en un rato.

Si alguien sigue leyendo y no piensa que ya está este con lo mismo de siempre, prosigo con las letras.

Todos tenemos (quiero poner todos aunque sólo lo puedo asegurar sobre mi) esos recuerdos deportivos que se convierten en atemporales, éxitos o fracasos. Incapaces de situar en el tiempo, en el día y el año adecuado pero que todo los detalles los recordamos como si fuese ayer (bueno, ayer no, que hubo reseteador y no puedo asegurar mi memoria, tontería escrita).

Haciendo resumen, podría hablar (o mejor dicho, escribir), del gol de Nayim a Seaman en la Recopa de Zaragoza, el gol de la Séptima de Pedja, la carrera de Raúl de la Octava, la volea de la Novena.

Pasando por las selecciones, mi generación ha sido niño con el codazo de Tassotti, con la remontada de Alfonso a Yugoslavia, el robo de Al-Gandour. Zidane, siempre Zidane, metiendo la falta que Raúl fallo de Penalti o acabando el contragolpe que Luis Aragonés no supo defender desde ese Hollywood de Colón, cuando estábamos poniendo la semilla.

Todo esto se pueden considerar recuerdos que han sido superados, que esos chavales que van de rojo y tanto tocan la pelota han superado. Las paradas de Iker y el penalti de Fábregas para borrar de un plumazo los cuartos, Italia y los penaltis, así en el mismo día, en un sótano, sin poder mirar. La obra de arte ante Rusia en ese territorio desconocido de las semifinales en ese bar que ahora sigue existiendo pero solo mantiene su nombre. Esa solitaria final. Eurocopa saldada.

Un mundial que empieza en la terraza con derrota, terraza que ve como se remonta y como poco a poco vamos pasando de rondas. Paraguay de piscina, Llorente en mi salón, Puyol en tuyo e Iniesta donde todo comenzó tras un fin de semana que se puede resumir como totalmente completo.

Volver a Eurocopa, ser favoritos y volver a ganar. Esa resaca con Italia después de esa noche de desentendidos, dejar fuera a Francia, ya sin Zidane tan cerca de esa playa que tanto bien hace. Ramos, su redención desde los 9 metros, y ganar y golear a Italia, lo habíamos vuelto a hacer.

Después de todo este rollo, a lo que  iba y ha motivado estas palabras.

Nigeria.
Lo recuerdo perfectamente, no me pidáis día ni hora, aunque era la hora de comer. Estaba yo por la Calle Fresno número uno. Comiendo en la cocina, el menú lentejas y huevos rellenos. Y lo que todos recordaréis o por lo menos yo sí. Uno de Nigeria por la banda, centro raso pero suave, fácil para un portero…. Zubi, gol de Nigeria.

Si es que nos queda algún trauma por superar, ahora, en un rato es el momento de dejarlo en el pasado, que sea escuchar Nigeria sea la obra de arte que el toque de los de rojo pueden crear esta noche.


Ale, ya he escrito unas letras, ni bien ni mal, sólo era una excusa para teclear.