viernes, 11 de octubre de 2013

La soga

Os voy a contar un cuento 

[Qué bien y a la vez qué raro se me hace poner ese encabezado, demasiado tiempo. A ver como sale hoy esto de contar un cuento. Pondré algún que otro comentario entre corchetes para ir aclarando si es necesario. Al lío]

Una vez vuelta a la rutina, esa que dicen que en verano se pierde y que hasta mediados de Octubre, hasta el Pilar, no vuelve; igual que el frio. Eso dicen digo.

Y ya están los niños en clase y, por supuesto, ahí está nuestro niño también. Con ansias de seguir aprendiendo, exprimir cada día y que cada día le sorprenda, queriendo vivirlos, al fin y al cabo, con la ilusión de un niño.

Las vacaciones ya quedan lejos y es el momento de volver con ese otro tipo de ilusiones que te ofrece el invierno y la rutina.

Una de esas ilusiones que disfrutar es el torneo de soga. Para quien esté un poco perdido, el mecanismo es bastante sencillo: dos equipos, una cuerda (soga), niños tirando con la intención de arrastrar al otro equipo a campo propio. Quien lo consiga, gana.

La convocatoria es solemne. Llega el director a la clase, avisa que al final de semana los delegados tienen que apuntar al equipo con los titulares y suplentes y el horario en que se puede jugar. Cada ronda que se pase hay que hacer exactamente lo mismo cada semana.

Los niños se juntan con el delegado, eligen el día y quienes van a jugar.
Pasan las rondas, llegan al final. No hay problemas, todo coordinado, todo correcto.

Celebraciones varias.

[Y los que lleguéis hasta aquí diréis: “Pues vaya cuento, esto no era así. Ha salido todo perfecto, no hay reto ni enseñanza. No es el cuento que esperaba.” Si alguno está leyendo esto y no piensa eso, no me lo digáis, que uno tiene su pequeña parte de orgullo y no estamos en tiempos de perderlos, así que vamos con lo que de verdad es el cuento].

[Ahora voy a copiar y pegar el principio del cuento para que se pueda leer en conjunto. Diréis que no es necesario, que basta con subir un poco o con tener algo de memoria. A mí lo segundo me escasea y prefiero ponéroslo cómodo. Pondré una marca por si no queréis volver a leerlo. Sólo os tenéis que fiar de mí a la hora de seguir leyendo y que no haya cambiado ni una letra ni un punto ni una coma].

Una vez vuelta a la rutina, esa que dicen que en verano se pierde y que hasta mediados de Octubre, hasta el Pilar, no vuelve; igual que el frio. Eso dicen digo.

Y ya están los niños en clase y, por supuesto, ahí está nuestro niño también. Con ansias de seguir aprendiendo, exprimir cada día y que cada día le sorprenda, queriendo vivirlos, al fin y al cabo, con la ilusión de un niño.

Las vacaciones ya quedan lejos y es el momento de volver con ese otro tipo de ilusiones que te ofrece el invierno y la rutina.
Una de esas ilusiones que disfrutar es el torneo de soga. Para quien esté un poco perdido, el mecanismo es bastante sencillo: dos equipos, una cuerda (soga), niños tirando con la intención de arrastrar al otro equipo a campo propio. Quien lo consiga, gana.

La convocatoria es solemne. Llega el director a la clase, avisa que al final de semana los delegados tienen que apuntar al equipo con los titulares y suplentes y el horario en que se puede jugar. Cada ronda que se pase hay que hacer exactamente lo mismo cada semana.

Los niños se juntan con el delegado, eligen el día y quienes van a jugar.
Pasan las rondas, llegan al final. No hay problemas, todo coordinado, todo correcto.

Celebraciones varias.


________[Aquí empieza lo nuevo]

Reunidos están. Como en cada grupo. Hay unos niños que conocen el juego a la perfección, tienen experiencia y se conocen las trampas y las maneras de ganar. Otros niños tienen la ilusión de jugar y aprender. Los que no asisten, no quieren jugar y no pasa nada.

Se van a reunir, comienzan a ver quién puede y debe jugar. No se ponen de acuerdo, no hay discusiones pero tampoco punto en común.

"Entonces que decida el delegado".

Es lo justo. Las responsabilidades van con el cargo y la toma de decisiones también.

¿Dónde está?

"No se ha quedado, tenía otra cosa que hacer".

“Y ¿cómo lo hacemos...?”

Después de un poco de silencio, una voz se escucha. “Vamos a decidir el día que podemos jugar y apuntamos en una lista los nombres y vamos a entrenar que es más importante que estar discutiendo algo que no nos corresponde.”

Se acepta la moción. Se decide miércoles como día y el azar hace rellenar la hoja en un determinado orden que deja a los más experimentados al final.

Se van a entrenar. Todos aprenden de todos, unos llevan más tiempo jugando y se saben mover, otros tienen más fuerza y otros, mucha más inteligencia. Todos aprenden de todos, son un equipo que tira unido.

A la mañana siguiente, le dan la hoja al delegado y le dicen que tiene que poner a tres reservas y que quieren jugar los miércoles.

Sus palabras son: "Yo lo llevo, pero no entiendo por qué lo tengo que hacer yo si podíais haber ido vosotros ayer y haber decidido, ¿que estuvisteis haciendo entonces? Para eso ni os molestéis, que ya lo hago yo todo. Si os juntáis para nada..."

Reacciones de niños. Siempre curiosas.

Y continúa "Total, esto no tiene futuro y yo me estoy encargando del equipo de fútbol y los miércoles también juegan ellos. Yo lo llevo pero elegís entre vosotros. A mí no me lieis".
Los niños asumen que tienen que ir rotando para suplir el papel del delegado y acuerdan también ir rotando para jugar cada miércoles. Así aprenden todos.

Pasan las semanas. Ganan las partidas. Se acerca la gran final.

"Oye, que me ha preguntado el director por la lista y el día para la final. Que aún no se la hemos llevado. Si os ibais a encargar vosotros no me metáis luego en historias y me dejéis mal. 

Así que dádmela que se la llevo".

Unos momentos de silencio. Se la entregan.

"Pero ¿cómo que es el miércoles? Que sabéis que no puedo y tengo que ir, y además están de reservas éste y aquel. Y sin ellos no podemos ganar".

"Todos podemos ganar. Estamos al mismo nivel y además sólo puede ser el miércoles. Otro día va a faltar equipo".

"Os tendréis que apañar porque se va a jugar el martes y la lista la decido yo".

Y ahora se plantean dos finales que vamos a dejar a la espera.

Ambas empiezan con la misma premisa y no es otra que la final es el Martes.

El primero de esos finales consiste en lo siguiente:

Llega el día de la final, el martes. Son necesarios 7 de esos niños para poder completar el equipo, pero 2 de ellos no pueden ir a jugar, como ya habían avisado, como habían acordado al principio de toda esta larga temporada.

El director está presente. Tras esperar y esperar, toma la decisión que en este caso se debe de tomar. Un equipo no cumple las reglas prometidas y firmadas, dan igual los motivos, pierde el partido.

No hay otra, da igual quién no haya cumplido, el barco se hunde unido, con o sin capitán al frente.

Las reacciones ante este hecho, las dejo en la imaginación de cada uno. Especialmente las del delegado. Nuestro niño y sus compañeros de equipo sí saben por dónde irían los tiros, y se tendrían que apartar.

El segundo de esos finales consiste en lo siguiente:

Llega el día de la final, el martes. A pesar de llevar toda la temporada jugando los miércoles, según lo habían acordado todos los asistentes, ha sido en martes.

A pesar de no poder, de tener otras ocupaciones, los niños del equipo las dejan a un lado para poder ir a esa final por la que llevan peleando toda la temporada.

Aunque realmente en sus caras se nota que para ellos no es una final, no tienen esa ilusión y esos nervios que caracterizan a un momento importante, a ese momento en el que te estás jugando algo, que te ilusiona y que te apetece conseguir.

Se podría decir que su actitud es como otro día más en la oficina, llegan, cumplen con su labor, que es ganar el partido. Recogen sus bártulos y se van por donde han venido.

En la entrega de premios, el director llama al delegado para que recoja el premio que ha ganado su equipo.

El discurso también os lo dejo en la imaginación de cada uno, nuestro niño y sus compañeros saben por dónde irían los tiros, y no necesitan sus medallas. Ellos han cumplido.


Podría haber un tercer final que sería una versión del primero. En el que, a pesar de ser sólo 5 niños, les dejaran participar, y en un juego lleno de épica ganaran, que hubiera apariciones estelares y momentos de dramáticas lesiones, pero eso sin duda, no sería uno de estos cuentos, no sería nada de lo que trata aquí. La fantasía para otros que la necesiten.




[Y recordad, esto son sólo cuentos].


sábado, 5 de octubre de 2013

Real Madrid 83 – 79 Barcelona



Hemos salido a jugar y a ganar con el baloncesto como argumento. Con un tiro exterior soberbio, una circulación perfecta y con un Bourusis inconmensurable.

Y en esas estas, con la unidad de acoso y derribo, es decir, con el Chacho y Jayce en el campo. Cuando Carroll hace su corte por abajo para salir hacia el triple y un jugador al que me repugna nombrar y no lo voy a hacer, saca primero a empujones al atacante del campo, no contento con eso, con otro empujón (el cuerpo empuja, no sólo hay que sacar los brazos para que lo sea) le tira contra las vallas publicitarias (que menos mal que son blandas) y no contento con eso, va y se encara contra el rival al que ha podido lesionar gravemente.

No defiendo el empujón de Carroll, no hay que perder las formas y menos aún en un deporte como el Baloncesto, pero su leve empujón, que el que lo ha recibido ha simulado como un disparo, aprovechando también para golpear la cabeza de Jayce en la caída, le ha supuesto una expulsión, cuanto menos, cuestionable.

Tras ese lance, se ha visto otro partido, en el que el Baloncesto ha quedado en un segundo plano, y ahí hemos sufrido hasta que se ha terminado el segundo cuarto.

Después, ya en el tercero, Rudy ha tomado los mandos. No hablo de anotación, sino de esos intangibles que tanto me gusta nombrar y el partido, aunque tirando a feo, se ha ido levantando. Casualmente, Rudy ha cometido su supuesta cuarta falta. Ya hubiera sido de traca la eliminación con la técnica que le ha caído al banquillo (regla que yo, al menos, desconocía).

Y mientras, pues el Chacho, el MVP, a su rollo de jugar al Baloncesto. Bourusis muy bien en ambas zonas. Casualmente tres de los pívots del Barça se han ido por faltas y esa defensa que ha significado el cerrar el partido.

Como detalle, Mirotic, el cual no se puede decir que haya hecho un partido superlativo, se ha cascado 20 puntos.

En definitiva, a jugar al Baloncesto el Real Madrid es mejor. A lo otro, ha sabido sufrir, y que queréis que os diga, yo con esas artes no quiero ganar.

Hala Madrid


Campeones de Supercopa.

Levante 2 – 3 Real Madrid



Hemos vuelto a salir con Arbeloa, Coentrao, Kedhira y Benzemá. Y eso, aunque seas el Real Madrid, es dar mucha ventaja al rival.

Esta era la última oportunidad de que mi paciencia no se agotara con el entrenador, y por tanto, se ha agotado. Y se va a librar de una crítica peor porque no he visto al 100% la primera parte (coincidía con la final de la supercopa, mini punto para los monos de los horarios), pero tiene pinta, por lo poco que he visto, que ha sido un desastre absoluto.

NO JUGAMOS A NADA.

Y la segunda parte, pues nos meten gol. Dejamos a Kedhira y Karim en el campo y quitamos a Isco, ¿Aplaudo ya a nuestro entrenador?.

Menos mal que siempre nos quedará poner a Marcelo, que es un insulto que sea Coentrao titular. Un jugador que se ha querido ir, que hace lo que le sale de la punta del rabo y que sigue no sólo jugando, sino que siendo titular. Y Nacho por ahí en la grada y Marcelo en el banquillo.

Y después tenemos a los chavales. Ambos, tanto Jesé como Morata llevan pidiendo una oportunidad en los diez escasos minutos que les dejan jugar en cada partido.

Hoy entre ellos han fabricado el empate. Cuando estaba todo perdido, está gente ha mamado que el Real Madrid nunca se rinde, que después de un gol hay que buscar el siguiente y que mientras queda un segundo, el partido se puede ganar.

Y como no, lo ha ganado Cristiano Ronaldo.

He perdido la paciencia, pero siempre mantendré mi fe.


Hala Madrid

jueves, 3 de octubre de 2013

Real Madrid 4 - 0 Copenhage


Acercarse a un partido de Champions del Real Madrid con el pensamiento de que te queda muy poca confianza en el cuerpo técnico y ver que vuelven a estar en el once Kedhira y Benzema no ayuda a recuperar dicha confianza.

Nunca he considerado a ninguno de los dos como titulares del Real Madrid pero voy a tratar de argumentar los motivos de mi decepción.

La pretemporada el ansiado Carlo nos presento un equipo titular en el que convivían Ozil (que ya no está  por razones que nunca entenderé) Isco, Modric. Y después estaba Casemiro a la espera de Illarra y ese puesto es el de Xabi Alonso. Nunca se esperaba a Kedhira...

Y ese es el problema. Que en verano eso gustaba mucho, Carvajal a un lado y Marcelo a otro. Arriba se había tomado la mala decisión de quedarse con Karim pero era grande la motivación de los muchos minutos que iban a tener Morata y Jese.

Y eso. Que ayer otra vez Kedhira en el campo.

Menos mas que si estaban Carvajal, ayer discreto pero estando en su sitio en ataque. Y Marcelo, ay Marcelo lo que agradece el madridismo en general tu presencia en la banda y Cristiano (al que liberas de muchas cosas y se puede dedicar al 100% a lo suyo de ganar partidos) en particular lo agradece mas.

Ayer el caos de Di María salió a relucir, y como escuche después. No es la mejor noticia que sea el mejor por su anarquía, pero después te hace la rabona y sigue corriendo hasta el descuento y parece que te importa menos su anarquía.

Me faltan ya solo 4 detalles:

1) A que parece que Varane lleva jugando toda la temporada y años y años en la defensa del Real Madrid. Pues es un chaval que ayer debutaba en esta temporada y que esta en la veintena.

2) Morata titular. Benzema no puede seguir teniendo y fallando ocasiones. Eso no vale para el 9 del Real Madrid, o por lo menos eso decían del 9 que ahora esta en Nápoles.

3) Ozil saliéndose en el Arsenal.

4) Las tres ultimas jugadas son el ejemplo claro de por qué Iker debe ser siempre el portero del Real Madrid. Aunque tenia muy mala cara (normal)
Hala Madrid