¿Qué tal estas?. ¿Cómo va la cosa?. Esto es lo
que hubiera dicho al llamar.
Te escribo porque hace mucho tiempo, así como cuatro
años, que no hablamos. Lo siento. Se que estoy muy liado, pero debería haber
sacado un rato para contarte como van las cosas, como me está tratando la vida,
para preguntarte que tal por allí y para decirte cuando voy a verte. Lo siento
mucho de verdad.
Seguir recordando y copiando lo que escribí hace
cuatro años y repetí en los siguientes no sería justo, te mereces
mejores palabras, mejores recuerdos, aunque no se si los tengo. Lo siento.
Para empezar estas palabras me estoy dando
cuenta que hoy si es verdad que hace mucho tiempo que no escribo, ni a ti, ni a
mi ni a nadie. Hasta el punto que la
última entrada de este lugar es la que te escribí hace un año. Tengo que estar
mirando las letras anteriores para recordar como se hace esto.
Si tengo que encontrar un motivo seguro que lo
encuentro. La desgana, la falta de tiempo, simplemente no querer juntar más
palabras. Puede que prometiera no volver a hacerlo, la verdad es que no sé a
quien se lo prometí, sólo sé que lo estoy cumpliendo, aunque a quien se lo
prometí, que me perdone por romper mi palabra con estas palabras.
Pegaso está bien, tiene menos visitas de las que
debería, lo sé, pero no se si es culpa mía o no. Tampoco lo quiero pensar, la
verdad es que estoy bastante a gusto. Quizás paso demasiado tiempo por aquí,
las cosas laborales… más horas de las que debo que no se disfrutan.
Sigo sin encontrar ese lugar para la foto, la
verdad es que no sé donde ponerla. No tengo muchas novedades en casa desde hace
un año, ya estoy amoldado, está todo bajo control, me organizo bastante bien e
improviso bastante poco.
Las desconocidas, ese tema tan peliagudo, que en
boca y cabeza de tanta gente están. Ya te dije el año pasado que no me veía con
fuerzas, que no estaba para dar el cien por cien, y sin eso, no se puede
compartir la vida con nadie. He tenido momentos en que si me he visto capaz, en
que me he ilusionado y he tratado de pelear como sé por ello. Pero llámalo
llegar tarde, no hacer las cosas bien, no preguntar, no sé cien mil cosas
pueden ser, pero lo mejor es echarme la culpa mía y seguir buscando. Dicen que
los ex–alcohólicos no deben volver a los bares hasta que estén totalmente
limpios. Eso no yo no lo cumplo, me reencuentro y así pasa lo que pasa, que los
golpes son grandes. Es lo que tienen las ilusiones, que ilusionan; pero se
rompen y de momento siguen rotas. Veremos a ver si alguien quiere venir a arreglarme,
como siempre te he prometido, la llevaré allí para que lo conozca, para que te
conozca.
Ese elemento tan necesario esta año nos ha
enseñado una cosa. A disfrutar de otras manera, no ha sido tan divertido, pero
ha sido mucho mejor. Había que penar para llegar bien a Mayo. Y como hemos
disfrutado en Mayo. Lo bien que siente, lo necesario que es. Ganarlo todo sin
perder ese estilo, esa es la enseñanza, magia y esfuerzo. La una no funciona
sin la otra. Ha sido diferente y ha sido bueno, me equivoqué y no me ha
importado.
El cuerpo cada vez se queja más e intento
cuidarle, aunque físicamente aparento mejoría, ese mejor ver creo que está viniendo
por el mal camino, no lo sé, ya no aguanto tanto, ya me cuesta más recuperarme,
las noches no se hacen largas y los días no tienen horas suficientes.
No voy a escribir nada del ingeniero,
últimamente está copando demasiado tiempo y tengo que conseguir echarle de la
parte de mi vida que no le importa, pero voy a peor, gana horas que no le
corresponden. Tengo que recuperar esa capacidad, ese interruptor. Se agradece
que te reconozcan tu trabajo, pero he luchado y penado demasiada y llega algo
tarde, no sé lo que aguantará.
No puedo ir por allí, ya sabes los motivos.
Estas son las palabras que me han salido, estoy
desentrenado, no se si volveré a hacerlo igual de bien
Lo siento.