A ver como ordeno las ideas que hace mucho que no escribo en
público y no descarto estar desentrenado y no puedo asegurar que quede bien,
buscaré que esté bien escrito, y el contenido, pues es una de esas cosas que se
me pasan por la cabeza y me apetece compartir con mí mismo.
Ahora llega el momento de decir que estas palabras están
inspiradas en el partido España – Nigeria que empieza en un rato.
Si alguien sigue leyendo y no piensa que ya está este con lo
mismo de siempre, prosigo con las letras.
Todos tenemos (quiero poner todos aunque sólo lo puedo
asegurar sobre mi) esos recuerdos deportivos que se convierten en atemporales,
éxitos o fracasos. Incapaces de situar en el tiempo, en el día y el año
adecuado pero que todo los detalles los recordamos como si fuese ayer (bueno,
ayer no, que hubo reseteador y no puedo asegurar mi memoria, tontería escrita).
Haciendo resumen, podría hablar (o mejor dicho, escribir),
del gol de Nayim a Seaman en la Recopa de Zaragoza, el gol de la Séptima de
Pedja, la carrera de Raúl de la Octava, la volea de la Novena.
Pasando por las selecciones, mi generación ha sido niño con
el codazo de Tassotti, con la remontada de Alfonso a Yugoslavia, el robo de
Al-Gandour. Zidane, siempre Zidane, metiendo la falta que Raúl fallo de Penalti
o acabando el contragolpe que Luis Aragonés no supo defender desde ese
Hollywood de Colón, cuando estábamos poniendo la semilla.
Todo esto se pueden considerar recuerdos que han sido
superados, que esos chavales que van de rojo y tanto tocan la pelota han
superado. Las paradas de Iker y el penalti de Fábregas para borrar de un
plumazo los cuartos, Italia y los penaltis, así en el mismo día, en un sótano,
sin poder mirar. La obra de arte ante Rusia en ese territorio desconocido de
las semifinales en ese bar que ahora sigue existiendo pero solo mantiene su
nombre. Esa solitaria final. Eurocopa saldada.
Un mundial que empieza en la terraza con derrota, terraza
que ve como se remonta y como poco a poco vamos pasando de rondas. Paraguay de
piscina, Llorente en mi salón, Puyol en tuyo e Iniesta donde todo comenzó tras un
fin de semana que se puede resumir como totalmente completo.
Volver a Eurocopa, ser favoritos y volver a ganar. Esa
resaca con Italia después de esa noche de desentendidos, dejar fuera a Francia,
ya sin Zidane tan cerca de esa playa que tanto bien hace. Ramos, su redención
desde los 9 metros, y ganar y golear a Italia, lo habíamos vuelto a hacer.
Después de todo este rollo, a lo que iba y ha motivado estas palabras.
Nigeria.
Lo recuerdo perfectamente, no me pidáis día ni hora, aunque
era la hora de comer. Estaba yo por la Calle Fresno número uno. Comiendo en la
cocina, el menú lentejas y huevos rellenos. Y lo que todos recordaréis o por lo
menos yo sí. Uno de Nigeria por la banda, centro raso pero suave, fácil para un
portero…. Zubi, gol de Nigeria.
Si es que nos queda algún trauma por superar, ahora, en un
rato es el momento de dejarlo en el pasado, que sea escuchar Nigeria sea la
obra de arte que el toque de los de rojo pueden crear esta noche.
Ale, ya he escrito unas letras, ni bien ni mal, sólo era una
excusa para teclear.