Pues como todo gran evento, estos JJOO también se terminan,
aquí van mis comentarios, mi resumen o lo que sea. He escrito mucho menos de lo
que debía estos días, de estos juegos, de deporte, de historias de superación,
de todas esas decepciones y esas muchas alegrías.
Resumamos pues:
A modo de
resumen se podría escribir lo típico, volver a ver deportes que sólo aparecen
durante unos instantes en mi vida cada cuatros años, y eso que yo soy muy
consumista de deporte. Volver a hacerte experto en cosas que dentro de dos
semanas los goles me harán olvidar. Esta última frase sería una gran verdad y
una gran tristeza, pero eso lo dejamos para otro día, no entremos en debates.
A pesar de
tener que trabajar, estar dos fines de semana fuera de casa, sin intenciones de
televisión, creo que he visto todo lo que tenía que ver, todos los éxitos y algún que otro fracaso. Los
momentos para recordar, esos pedacitos de historia, tan banal y tan hipócrita,
como grandes. He hablado alguna que otra vez aquí del deporte y los momentos de
alegría. En unos JJOO aparece eso unido al desconocimiento, la superación de
tanta y tanta gente que pelean 4 años por sus sueños. Este hecho, todo aquel
que haya hecho deporte en su vida, perderá la parte de hipocresía y le vendrán
las emociones.
Comprobar como la paciencia tiene su recompensa, y si lo
vemos ahora, no han sido tan malos resultados. Han sido 17 medallas.
Empecemos por el principio pues:
Fútbol: Si toca ponerlo el primero, por una cuestión cronológica.
Un Jueves clandestino antes de que todo empezará, derrota contra Japón, muchos
palos, y una de las opciones de medalla, de las seguras, de las que tenían
puesta día y hora en el calendario; se esfuma. Cosas del fútbol. Recuerdo esos
palos mientras se escuchaba la música de fondo, con un vaso rojo en el mano con
un interior poco habitual. El torneo lo ha ganado México, la tercera en
discordia.
Primeros días de juegos, poco vistos, un poco de Baloncesto,
siempre fiel, creo recordar que algo de Balonmano también, pero en esos tiempos
no importaba, había otras cosas que hacer.
Vuelta con los deportes, recuerdo una primera semana
complicada, muy complicada, se hablan de una palabra que no voy a mencionar, el
gol de Iván Pérez, la bici de Luisle, el balonmano, las lesiones de hockey.
Medallas que no llegan. Impaciencia.
Se viene la piscina, cosa que no sigo en exceso, la gente
empieza a hablar de la leyenda de Phelps, si es muy bruto y muy bueno, pero si
tienes chorrocientas pruebas en las que poder competir, pues es más sencillo
acumular y acumular frente a los que tiene una sola prueba.
De la piscina viene la primera medalla, no la vi o no la
recuerdo. Una mujer, Mireia Belmonte.
Luego viene la piragua, un poco así sin que te vean verlo,
pero viene otra medalla.
Se pierde el tenis aunque tampoco se hace mucho caso,
estamos en el segundo fin de semana en el que sólo se le hace caso al
baloncesto, por respeto y esas cosas. Vuelve Mireia a las medallas, esta si la
veo.
Siempre gusta que tu país gane medallas, siempre gusta
verlo.
Sigamos con los deportes, Balonmano: El masculino, cruel,
tremendamente cruel, el éxito, la gloria y la derrota se diferencian un
segundo, ese balón que sale rebotado, llega a las manos de quien no debe, y
entra. Cruel, muy cruel. El femenino, las bellas guerreras, esas mujeres… En
las semis no se pudo hacer nada, los palos existen para repeler los balones, y
lo hicieron muchas veces. Pero tales bellezas no pueden acabar con lágrimas en
los ojos, las guerreras no podían terminar perdiendo. Dos prorrogas, sufrido,
como no podía ser de otra manera. Sencillamente espectacular, simplemente
merecido. Lágrimas de orgullo y justicia.
Waterpolo: Ese deporte de agua que todos practicamos en
verano queriendo emular a nuestros ídolos del césped, que te puedes tirar sin
que te hagas daño. Ese deporte en el que tenemos a verdaderos ejemplos de
superación y casta. Los chicos no dieron para más, una generación que se ha ido
agotando. Tremenda despedida la del último día a Iván Pérez. Las niñas, ahí las
niñas, porque hay que llamar así a un equipo de 22 años de media, y que casta,
que manera de meterse en la final. Ahí una enseñanza contra un rival que
físicamente está muy por encima. Para ganar en ocasiones hay que tener duras
derrotas, y para ser la primera participación olímpica, pues no está nada mal.
Por ir juntando un poco más deportes, recuerdo el hockey
hierba, que estas olimpiadas no lo he seguido mucho, pero el día clave, es
complicado jugársela contra el equipo anfitrión en un deporte que depende de
tanta subjetividad, y hasta ahí puedo leer. Recuerdo también el vóley playa, pero
se me hace tan lejos, buena fase inicial para desaparecer en cuartos, donde hay
que estar, la diferencia entre la gloria y el fracaso. El judo no sale como debería
(no podría decir si ha habido medallas o no en ese tatami, pero lo dudaría).
Y pasamos a lo de las patadas, Taekondo. Me ha molado eso de
dar patadas en toda la boca, y creo que el resultado ha sido más que notable.
Pero sobre todo eso, lo de las patadas en toda la boca. Curioso deporte,
emocionante y leal. Te pegan, le pegas, y no pasa nada. Noble, muy noble. Y con
medallas claro, que sino no lo había visto.
Y a lo mejor es el momento de hacer esa reflexión, vemos los
deportes en los que tenemos opciones de ganar una medalla, y para acompañar esa
reflexión, debería lanzar la pregunta de si algún español, así, a bote pronto
es capaz de decirme quien ha sido bronce en fútbol. Esa es la diferencia, la
triste diferencia que empieza la semana que viene.
Nos tenemos que pasar otra vez al agua. A nuestro mayo
medallista, nuestro hombre historia. David Cal. Persona que aparece cada cuatro
años, gana su medalla y se va a trabajar otros cuatros años sin que nadie
pregunte por él. Han sido dos cuartos dolorosos, porque ser cuarto es una
putada, y otra medalla más. Otro éxito pues.
Y la vela, ese deporte que no es tan desconocido y que
tantas medallas nos da. Denostado por la TV (yo no he podido ver en directo el
oro de windsurf), y la verdad que es algo que te engancha como el Elliot,
porque mola como pelean, la cantidad de giros y esas cosas. La verdad es que
también está bien.
Por seguir recordando medallas, la luchadora y las sirenas.
Curioso contraste. Las sirenas, hacer lo que hacen, como lo hacen, y casi sin
respirar. Me parece un mérito enorme y algo que nunca llegaré a concebir como
se puede hacer. Mi más sincero reconocimiento.
También debo hacer mención especial a la gimnasia rítmica,
esas mujeres. Y para que me lo entendáis os recomiendo el informe Robinson de
lágrimas por Londres, entonces, sólo ver salir a Carolina Rodríguez, te saldrán
las lágrimas. Ejemplo de superación.
Hablaría de atletismo, ese gran fracaso para nuestro
deporte, por cosas que no entenderemos. Las federaciones y su mamoneo. Hablar
de Bolt, pues sí, podría, es otra de las leyendas, como Mo Farah. Pero mi
máximo respeto reside en todos esos desconocidos que acaban vigésimos en su
prueba, que nadie habla de ellos, que no salen en ningún lado, que también
llevan cuatro años, o toda una vida, peleando para batirse a sí mismos, mejorar
su marca, o simplemente acabar la prueba.
No meto en atletismo el triatlón, porque son otra raza, muy superior. Mis
respetos.
Debo hacer mención al hecho en sí de verlo. TVE se lo ha
currado mucho (algún fallito en la decisión de la parrilla), y la que han
montado en la web ha sido memorable. Y también como detalle, los comentaristas
molan mucho, lo viven como cualquiera en nuestra casa, lejos del aburrido fútbol.
Y para el final dejo el baloncesto. Ese torneo que he visto
entero, que he seguido, el que creo que a nivel deportivo alcanza su mayor cota
en unos juegos olímpicos, deporte que he practicado durante mucho tiempo y que
ahora una generación de amigos que juegan como auténticos dioses lo han llevado
a cotas que no sabemos si volveremos a ver.
Empezamos ganando los tres primeros partidos, renqueantes,
pero había que ganarlos. Navarro lesionado, Marc muy tocado, Rudy sin ritmo…
Pero un equipo detrás. Partido contra Rusia, perdido. Llegan las suspicacias.
Siguiente partido Brasil, ¿ganar o perder?. Se perdió, y ya está. Estos tíos
han hecho algo muy grande. Nos han hecho soñar con un imposible, y ponérnoslo
tan cerquita, que lo hemos podido tocar (me estoy adelantando).
Partido contra Francia, ese partido que hay que ganar si o si. Cuartos de
final. Cuestión se saber ganar y perder, mejor no centrarse más, los franceses
con todo el jaleo que hemos tenido este año con ellos, han visto la final desde
casa.
Las semifinales. Menudos dos primeros cuartos para olvidar.
Pero si algo tiene este EQUIPO (si lo pongo con mayúsculas) es que a parte de
estar dotados física y téticamente, tienes unos HUEVOS enormes. Cuando el
talento no llega hay que poner algo más, y esa es la diferencia entre los
equipos y las leyendas. Y estos son leyenda.
Y la final. Estar donde se quería estar. Cuatro años soñando
con esa tarde, queriendo a ese rival, para demostrarles que a esto de la
canasta tienen rival.
Lo dije en Pekín y lo escribo ahora. Me negaba a decir que
el mejor partido de baloncesto que yo he visto de nuestra selección fuese una
derrota. El de hoy ha sido mejor, y vuelve a ser una derrota.
La imagen del final, esas caras de derrota, dignifican a
esta generación. Querían ganar y lo han podido hacer, y perder no está en sus
genes, no se pueden alegrar de una medalla de plata. La plata, en torneos, se
pierde. Y hemos acabado perdiendo, con honores, pero en derrota. Y esta
generación sabe que ha sido su última oportunidad, sus palabras mostraban
despedida.
Honor para ellos.
Gracias para el Baloncesto.
Sergio Scariolo. Víctor Sada. Víctor Claver. Fernando San
Emeterio. Sergio Llull. Sergio Rodríguez. Serge Ibaka. Marc Gasol. José Manuel
Calderón. Rudy Fernández. DON Juan Carlos Navarro. PAU GASOL. Felipe Reyes.
Nos habéis hecho soñar, y eso es algo que no se puede pagar
con dinero (ahora que es tan importante en estos tiempos de crisis).
No se si me habré dejado algo, si algún protagonista se me
habrá pasado. Vuelvo a poner la radio,
la COPE, si soy fiel a unas personas. Para ver y que me cuenten la ceremonia de
clausura.
Se acaban los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Mucha gente
se alegrará de que dejemos ya el maldito deporte. Yo sólo puedo decir que me he
estado alegrando durante estas dos semanas. Y en estando como estamos, eso es
lo más complicado, el deporte sirve para eso.