jueves, 18 de noviembre de 2021

Hola Abuela



 

Hola Abuela


¿Qué tal estas?. ¿Cómo va la cosa?. Esto es lo que hubiera dicho al llamar.


Te escribo porque hace mucho tiempo, así como nueve años, que no hablamos. Lo siento. Se que estoy muy liado, pero debería haber sacado un rato para contarte como van las cosas, como me está tratando la vida, para preguntarte que tal por allí y para decirte cuando voy a verte. Lo siento mucho de verdad.


Seguir recordando y copiando lo que escribí hace ocho años  y repetí en los siguientes no sería justo, te mereces mejores palabras, mejores recuerdos, aunque no se si los tengo. Lo siento.



Ya estoy delante del folio en blanco, aunque no te voy a mentir, muy en blanco  no está. Los párrafos de inicio y final de otras veces, que siempre se repiten, ya están puestos.



Y ahora ya empiezo, encendiendo ese ordenador que a pesar de llevar meses y meses en un nuevo cajón, ha sido darle al botón y arrancar como lo solía hacer, le suena un poro el ventilador, ya no va tan rápido, pero se ha encendido. Todos nos hacemos mayores, pero el sigue respondiendo. Posiblemente cuando termine de hablar contigo, lo vuelva a meter en ese cajón por tiempo indefinido. Como bien sabes, y tal y como muestran las fechas de los documentos, ya no escribo.


Al releer he visto que no fueron muchas palabras, casi ninguna buena, y que me despedía diciéndote que me habían costado, que no tenía ganas. Creo que me reafirmo, este llenar letras, como todo, me está costando mucho y no encuentro esas ganas para hacerlo con una pizca de ilusión, como con todo. Y me jode, bueno, la verdad, no sé si me jode o no. O no se muchas cosas, ya es todo muy mecánico, se pasan los minutos sin más, no tiene nada mucho sentido.


No sé que estrategia tomar, si la de por meses, por etapas, por datos relevantes. Mi memoria cada vez está peor, y tampoco sé si en este año ha habido muchos acontecimientos reseñables. En vivo y en directo pocos, muy pocos. Entre restricciones ajenas y propias, entre miedos y malos entendimientos, entre esas cosas que ocurren y te hacen saltar todo por los aires, pero que nunca es el momento de contarlas, y es mejor que se queden así.


Ha habido mucho online, hay que gente a la que aprecio que sigue montando su vida, formando su familia y que tratan de compartirlo, y es de agradecer. Y me alegro mucho por ellos.


Seguir el camino es el buen camino. Quiero suponer eso. Aunque se observe de lejos.


Mientras lleno el folio, realmente estoy tratando de hacer memoria de cosas. Desde las nevadas y los kilos y kilos de nieve. Todos los nacimientos. Las mudanzas a diestro y siniestro. El no verano. Volver al palacio. Los intentos de normalidad. 


Ya ves, un miniparrafo para resumirlo todo. Me está costando mucho. Casi todos los días hay algún momento de agua, sin sentido, esas lagrimas que se escapan sin saber el motivo. Y que dan tanto igual.


Podría hablar del ingeniero, de lo abandonado que se siente, y si, abandonado. Ha luchado para nada, ha seguido siendo fiel para nada. Se tenía que haber callado la boca y haber seguido con lo mismo. Aún no es el momento y ni tiene ganas de recuperarlo. Es lo que tiene cuando el siente esos sentimientos, que por desconocidos, no los entiende, y es algo que no puede solucionar. Pero justo es eso, que la decisión de la solución es de otros, y por supuesto, y quizás como debe ser, sin haberse parado a pensar en los motivos que le hicieron volver. Esos que ya no importan, esos que ya no están.


El deporte, acabo de terminar de ver el documental de Pau Gasol. Ha sido un año de televisión, con juegos olímpicos es Verano y a deshoras, con despertador y diferido. Tan diferentes a los que recordaba, y efectivamente, no ganaron esa  medalla que merecían, otro chasco más  a sumar a lista de cosas ilusionantes (propias o ajenas) que no han salido como hubiera querido. Pero al menos, un mínimo reconocimiento si se merecen, que te diga algo de ello. Mientras, con o sin ganas, seguiré andando, aunque no sirva para nada.


He visto mucho, muchísimo, y por ahí está registrado. Muchas horas de no hacer nada.


Se ha olvidado, o ha seguido por otro camino. Ya no soy útil. Como las otras, que cambian de sentido.


Se me ha acabado esa fuerza de voluntad, esa que antes se proponía algo, y daba igual cualquier tentación u obstáculo, simplemente seguía adelante. Eso ya no existe, a la silueta me remito.


Lo siento


Y creo que podría seguir mucho tiempo así, pero no sería lo adecuado, o si, o no. Quien sabe, a quien le importa, a nadie. La manera es muy sencilla, ya veras como queda solo entre tu y yo, perdido por la amplia red de olvidos.


Lo siento


Diría que mira que lo intento, pero estaría mintiendo.



Lo siento.



Sabes que cuando la encuentre la llevaré a verte. Lo estoy intentando aunque no sé como. Es tan complicado, aún ni yo lo tengo claro.


Hace tiempo que no voy, ya sabes los motivos, no se cuando podré.



Lo siento.



Sabes que estas letras son solo para ti abuela, por eso de que solo hablamos una vez al año. Nunca escribo para que me lean, solo por lo que necesito, a veces he explicado alguna de ellas, ni lo releo. Pero estas son solo para ti, me da igual el resto, tu me conoces abuela, y te sigo echando de menos. Dale recuerdos al señor Martín, allí donde el creía que estaríais.