miércoles, 28 de noviembre de 2012


Día 299: Ingeniero a la palestra.

Otro de esos días en que no se cómo ha sido capaz el ingeniero de hacerlo. Se ha portado y mucho.

Larga discusión en inglés. Primera parte complicada por no querer entender y las malas formas; y no era día para malas formas. Pero la necesidad de consenso hace el resto.

Después terminar lo pendiente.

Tener que aplicar labor de ingeniero debido a que las cosas casi nunca son lo que parecen, las prisas nunca son buenas consejeras y la concordancia es mínima.

Mejor seguir con lo que se tiene claro y hacerlo, a ritmo, a mucho ritmo.

Mañana tocará darle mucho más duro. Hoy ya toca descansar; que lo necesito y mucho.

Releyendo y comparando:

Curioso cuanto menos



Día 298: Noviembre, Martes y 27

Lo escribe. Lo envía. Lo lee. Lo piensa. Lo descarta. El ingeniero debe seguir con las riendas del asunto.

Pobre de quien pierda este metro. Me extraña que no haya sido yo. Ya he esperado 6 minutos. Al siguiente sólo le quedan 18. Lo que viene siendo muy rico.

Es complicado contar el día de hoy. Al ingeniero no le gusta saber de fechas pero hoy si que se lo han recordado por todos los lados. Desde tener que rellenar documentación hasta el resto de detalles.

Además hoy duele, esta mañana se ha hecho daño sin forzarse y no se ha podido esforzar. Eso es un hecho; podría haber sido cualquier otro día pero ha sido hoy.

El día no estaba para acertijos; no estaba para trabajos complicados; para capacidades de malabares; ni para correos; ni para pensar; ni para rutas; ni para llamadas ni teléfonos ni nada por el estilo. Para lo que estaba no estará puesto en estas letras  pero hubiera sido un detalle. Y vendrá más adelante. Espero.

No quiero poner ninguna reflexión más, ni busco falsa compasión ni vano entendimiento; es más; prefiero justo lo contrario; regañeo y cabreo. Palabras ciertas y sinceras.

Es lo que tiene este día que pase lo que pase tiene ese aura que lo nubla todo y yo hoy me doy permiso para decir y hacer lo que me plazca puesto que el día ya se va a encargar de llevarlo por el mal camino.

Hubiera sido el idóneo, pero quizás no el más adecuado.

Al fin y al cabo, como este, sólo hay uno al año. Con tanta coincidencia de calendario será incluso hasta más complicado.

Culpa mía por creer que podía ser hoy, por forzarlo y pensarlo, por soñarlo. Eso es algo que nunca he aprendido o que olvido fácilmente.

Noviembre, Martes y 17.

Ese día

Releyendo y comparando.

Quizás Noviembre, puede que Martes pero no 27

martes, 27 de noviembre de 2012


Día 297: Y otro y otro y no se acaban oiga.

Da un gusto tener prisa y que al ir rápido para el metro, justo en ese momento en el que bajas las escaleras hacia el andén dos en la estación de Metro Sur de Fuenlabrada Central; ver que pone un minuto y que el próximo tren sólo circula hasta y sin mirar ese hasta donde dice el siguiente son 13 minutos.

En este caso el que voy dentro pone que va hasta Universidad Rey Juan Carlos, así que me viene de camino.

El regalito se ha medio solucionado junto unas cuantas proposiciones más, todas decentes eso sí, que estamos en horario laboral.

Un rato de chat interrumpidos por la autoridad e Iago Aspas mete uno.

Hoy  me he vuelto a reír de esa manera.

El resto lo dejamos para otro momento, espero.

Ahora a correr. 1….2….3….4….Perrea. Perrea

Releyendo y comparando:

Ya no las entiendo, será que sonrío menos.

Día 296:  Te dan lo que te quitan (23 de Noviembre de 2012)

No acostumbro a poner letras fuera del horario del ingeniero pero hoy el otro opina que quiere escribir algo bien. Con buena letra.

Y realmente son recuerdos y presentes que forjan al ingeniero que ahora está encaminado hacia Fuenlabrada, que ha llegado a Malasaña y ha tomado el andén 1.

Esta mañana el destino era otro, camino conocido de tantos años; bajada a la derecha. Hospital de Móstoles – Pradillo – Móstoles Central – Universidad Rey Juan Carlos – Alcorcón Central – Parque Oeste – Parque Lisboa – Puerta del Sur –--- San Nicasio – Leganés Central.

La salida del andén ha sido rara. Desubicado, como de bastante tiempo sin hacerla. Un pequeño fallo de memoria.

El paseo de siempre. Bares y tiendas que se mantienen. Las mismas cajas apiladas en la puerta del mercado. Semáforos que antes no estaban y que es complicado hacer caso. Llegada a la Universidad, una amable conserje que te da las invitaciones y vuelta al camino andado.

Comprar el periódico, porque siempre he sido de leer la prensa escrita en papel en el metro. Mismas estaciones, una más corta que el resto. Parada de lectura. Otra universidad y la peluquería espera.

Al contrario que Sansón con más fuerza que antes. Es lo que tienen las mañanas en el metro, que te sorprenden, te alegran y te hacen seguir peleando.

Llego a Fuenlabrada, destino del ingeniero, ya luego os cuenta él cómo se le ha dado.

Ya está el ingeniero por aquí, con esa mezcla con el otro que provocan estos días.

Ha habido alguno que se ha resistido pero se ha sacado, puesto bonico y enviado.

Espera lo que se puede llamar como un regalito de libro, sencillo, sencillo; mis cojones; pero eso ya el Lunes.

Lo que ha quedado de la tarde ha sido con la sonrisa puesta. Recuerdos casuales, premios y Baloncesto.

Ya sabía yo desde esta mañana que el día iba a tener buenos detalles. Asusta un poco que lo que pasa por la mente se haga realidad; pero en estos casos bienvenido sea el miedo; viviré asustado.

Verte. Verte ahí tan segura. Verte con esos ojos emocionados. Increíble. Me ha mirado raro toda la sala del berrido que y la celebración. Eres muy grande.

Después pasamos al Baloncesto, que ha sido tan sencillamente abrumador que ni me he dado cuenta de la paliza. Ahora ya sólo queda que Xabi Prieto meta gol.

Sin duda un gran día, de esos que gustan vivir. Las casualidades del metro, la amabilidad de la peluquería, la tarde de limón de los Reyunos, una tarde suave de trabajo, Baloncesto y tu merece premio.

Hoy no se me quita la sonrisa.

Releyendo y comparando:

Siempre bueno, mejor sin dolores

Día 295: Lo mío es hacer circuitos.

Y hoy han sido unos cuantos. Primero un poco de limpieza que había mucho papel suelto y mucho que tirar.

Ahora que se comparte sitio hay que ser ordenado o por lo menos intentarlo.

Otra llamada que no evita que los circuitos se sigan haciendo, las cosas salen a la primera, sólo hay que poner buena voluntad.

El móvil distrae un poco pero siempre para bien; un buen recuerdo para terminar la tarde.

Hoy el estomago se ha portado mejor.

Termino de escribir, hoy lo hago yo solo, ella está acompañada.

Seguro que dormiré como un bebé.

Releyendo y comparando.

Como forma de vida



Día 294: Hay que bajar el ritmo.

La tarde llega, entre dibujos, capacidades y algún que otro correo. Se va pasando la tarde.

Todo va cogiendo forma, mañana se puede acabar, pasado seguro, que hay que ir con cuidado.

No es tarde por las horas, sólo que es el descuento y el tema está apretado.

Es de vergüenza lo acontecido en Manchester, Mancicni es un completo inepto, muy por encima de mi odiado Mou.

Lo del tío del pito hoy con Cristiano no tiene nombre y me quiero quedar con los primeros veinte minutos y que con más puntería por parte de “El balón de oro” hubiera sido más sencillo.

Estamos en cuartos, con eso vale.

Los dibujos están hechos y un mail enviado que mañana tendrá consecuencias.

Yo he hecho todo lo posible para la gestión de sitios, a ver si sale.

No soy el único que escribe en el metro, sólo que ella es más guapa, seguro que lo hace mejor.

Releyendo y comparando.

Ya no me acuerdo de lo que es eso.



Día 293: Tan lento que no avanza.

Hoy no ha sido la cosa de girar. El que no tiraba era yo.

Se ha empezado bien, con llamada en espera y hasta alguna risa.

Pero el Martes pesa mucho y llegado un momento el tiempo se congela, no avanza, las manecillas se descoordinan y no van.

Paseo para merienda con llamara que no sirve para nada y una completa incapacidad para intentar hacer algo.

Mejor tirar de móvil y tratar de entender algo.

Este Martes ha podido conmigo; el choni de la música generosa me está haciendo brotar la mala leche que llevo encima; me voy a poner los cascos.

Releyendo y comparando.

Hoy no se habría hecho como por entonces si.

Día 292: Más lento que el caballo del malo

Me voy a proponer volver a escribir algo decente sobre los días que componen esta aventura. No sólo dejarlo en una frase, normalmente una queja, y así cumplir el expediente.

Intentaré que sea un buen propósito y no sólo la consecuencia de estrenar cuaderno y que se me hayan olvidado los cascos.

Mucho sueño y cansancio para empezar, consecuencia de la necesidad de recuperar horas. Pero no importa, hay lío que hacer y el móvil se encarga de dar los ánimos con buenos recuerdos y entretener mientras da vueltas de manera desesperante; muy desesperante.

Consulta técnica y salvación rápida, correos y correos y a seguir buscando lentamente.

Se acaba el día, mañana será otro.

La real va ganando 3 – 0 y aún no han nombrado a Xabi Prieto.

Releyendo y comparando:

Buenos propósitos

Día 291: Este se me pasó

Este día no está en el cuaderno, día de cambios, día de irse de ruralismo. Así que la memoria lo único que me dice es que me pagan para salir a mi hora, ni un segundo más tarde.

Releyendo y comprando:

Las prisas y sus cosas de los viernes

Día 290: A mandar

Y mandando. Enviado con un ligero receso por causas ajenas a la organización e internas a la sin razón.

Después de participar en uno de esos bonicos trabajos tan divertidos.

Memorable canción con la que inicia el aleatorio al marchar: “So Payaso”

Releyendo y comparando:

Esas cosas han variado ligeramente

Día 289: Cuatro pitos y a balancear.

Entrada con ruido y sin más. Un ruido que pronto cesa, ese es el aguante.

Y a hacer lo que viene siendo una tarea de libro con todas sus consecuencias y curiosidades.

Momentos de desesperación por causas ajenas y ahora a ver si llego a ver los cuartos.

Tiempo de espera global en el metro 7 minutos, lo que viene siendo un día normal.

Releyendo y comparando:

No hay tiempo para dudas, o es mejor no escuchar las supuestas respuestas.

Día 288: Vuelta al balanceo

Mañana de hacer muchas cosas, de ir enviando y enviando. Con gestiones de las que gustan en paralelo. Un poco de charla inglesa y a balancear otra vez. Muy rico todo.

Mañana seguimos; mínimamente. Toca cambiarme de cuaderno.

Releyendo y comparando:

Tiempo a que no te veo

Día 287: Vísteme despacio que tengo prisa

Parece que el hielo comienza a estar presente en los coches. Esa primera capa que debiera indicar que la noche ha sido fría. Yo tengo sueño, no podría hablar de un frío climático, sería necesario meterse en un concepto que aquí no tiene cabida, y además es temprano.

El cuerpo ya tiene dentro esa carrera para coger el metro sin quejas y eso que esta semana no me he portado tan bien.

Voy a ir dejando el previo mañanero, que no queda mucho sitio en este cuaderno que sigo apurando.

Pues la mitad no vale; y además preguntando te enteras de que habrá más. Mejor no pensar que hubiera pasado si no lo preguntas.

Se va haciendo, es denso pero ya está casi, mañana otro rato y apañao.

Releyendo y comparando:

Pelear por lo contrario, aunque las letras sea vacías, hay que pensar que se irán llenando

Día 286: Y otro correito.

La verdad es que la mañana ha sido suave, tranquila, mucha gente de fiesta y tiempo para trabajar.

Aunque hay unos cuantos correos que mirar y borrar.

Se termina y se pone bonico.

Y el Lunes será otro día. Completo el primer cuaderno. Tendré que buscar otro.

Releyendo y comparando:

O todo lo contrario te quita hasta las ganas de escribir.

Día 285: A ritmo

Preceptivos envíos, cafeína en vena y a por otra cosa que hay para dar y regalar.

Con ruido de fondo.

Más teléfono, mismas explicaciones.

Se acaba el día y mañana la semana que no todos tenemos fiesta.

Releyendo y comparando:

La derrota siempre cansa



Día 284: Esas mañanas.

Esas mañanas con tanto que hacer y haciendo todo y nada.

Y mañana otra vez seguro, para no perder el ritmo

Releyendo y comparando:

El ritmo de la mayor parte de los días, cambios, la mayoría innecesarios.



Día 283: Agradecimientos

Vuelvo a escribir temprano, antes de iniciar la jornada que sigue como fin relatar las aventuras de este ingeniero para dedicar encarecidamente el día  a la señora del jeep gris cuya matricula no he podido ver. Y que trataría de recordar por casi atropellarme en medio del PASO DE PEATONES de la calle Nápoles. Casi consigues parar en seco a este ingeniero.

Cambio el color porque no me voy a poner a buscar otra cosa. Apagado el ordenador se acabaron las prisas, las cosas que hacer, el ver como no se llega y aún así se llega tarde.

Ahora toca comer, dormir, pro y Copa de Europa. Siempre me ha parecido justo.

Releyendo y comparando:

El tiempo siempre se ha medido de la misma manera: TARDE.

Día 282: A ritmo

Sueño, cansancio, da igual. Hay que darle ritmo y un poco bastante; sobre todo si faltan tantas cosas.

Releyendo y comparando:

El pan nuestro de cada día

Día 281: tampoco nos vamos a estresar

Si no quiere funcionar no seré yo quien se oponga; y menos hoy. Mañana rápida y tranquila. Ahora a celebrar.

Releyendo y comparando

Las espaldas ya están muy mojadas

Día 280: Coñazo, sin más.

Para cuando puedes hacer con lo que estabas ya la cabeza pasa del tema.

24 horas de descanso.

Releyendo y comparando.

Siempre fue bueno descansar

Día 279: Muy rico

Por no dejarme el paraguas he perdido el metro. Creo que no es rentable. 11 minutos sólo hasta Rey Juan Carlos.

La tarde ha sido como para fliparlo.

Haciendo el trabajo, rehaciendo, pasando, con ganas de decir muchas cosas, callando las más que las menos.

Aún quedan 10 minutos, menudo coñazo.

Releyendo y comparando

Tanto tiempo con el disfraz puesto.

Día 278: Otra tarde más

Menos mal que pone Rey Juan Carlos porque no estoy yo con ganas de esperar 15 minutos al metro, que voy con prisa.

La tarde ahí ha estado. Se sacan cosas, se hacen historias y mañana más.

A ver si sale Xabi Prieto y un golito de Óscar estaría bien.

Releyendo y comparando:

Nunca ha servido para nada, nunca.

Día 277: Y vamos para Bingo.

Llegar, recoger el regalito y no parar.

Se supone que para esto es para lo que sirvo o me pagan.

Resto de detalles a agradecer o no los dejamos para otro momento.

Ordenador apagado. Es lo justo.

Releyendo y comparando:

Jajajaja, siempre ha sido así

Día 276: Origen parecido, distinto destino.

Pues para esto me pagan. Se acaba una cosa, se come el bocata, se empieza otra.

Se busca, se encuentra, se manda.

Y mientras tanto, Begic marcándose un partidazo.

Releyendo y comparando:

Se siguen haciendo y haciendo

Día 275: Esos cambios.

Como se suele decir en estos días; para lo poco que he dormido no está mal.

Haciendo cosas sin prisa pero sin pausa. Con cuidado, sin ciertos honores.

Mañana vuelta a mi lugar, pero eso mañana.

Releyendo y comparando.

Pues como siempre

Día 274:  De mucho no sirve.

Unas cuantas palabras que no sirven para nada. Terminar el trabajo y coger otro. La tarde ha ido lenta, sin atractivos.

Elemento de comunicación instalado y tratar de seguir la conversación. El pensamiento seguirá adelante.

Hasta dentro de un rato.


Releyendo y comparando.

pues eso, así no.

domingo, 25 de noviembre de 2012

13 puntos y Magia


Madrugue como es menester en Australia allá por Marzo.

La primera victoria vino en Malasia.

China y Barhein empezaron a mostrar que iba a ser una año muy competido.

En casa, en el Gran Premio de España, en Cataluña el pódium volvió a aparecer al igual que en la bella Mónaco.

Pasando por Canadá llegamos a Valencia. Ese Gran premio de Valencia, la playa al fondo, los motores cerca. Ese Gran Premio de Valencia a la espera de San Juan.

Buena racha entre Gran Bretaña y Alemania. Parecía posible. La regularidad importaba.

Hungría y las malas prisas saliendo en Bélgica. Se arregla en Italia, llegan los madrugones de Asia.

El Alemán comienza su dominio. Donde su coche si le puede llevar, la Magia no se rinde.

No se uno de esos 8 millones de Austin, aunque la radio y las tecnologías me informe.


En ese deporte en que los números, los datos son perfectos. Esos números, esos datos, dicen que el coche rojo número cinco (no puedo llamarlo Ferrari) hoy no debería tener ninguna posibilidad en el campeonato.

Campeonato que el conductor (que no piloto) alemán se debería haber llegado de calle hace mucho tiempo.

Temporada en que los Sábados son una decepción constante, muy lejos de la leyenda del caballino rampante.

Pero llegan los Domingos. Esos domingos de madrugones, de resacas complicadas, de comidas familiares o de viajes inesperados.

Y ahí, en ese justo momento, en ese Domingo. Magia. El coche rojo número 5 a las manos de un asturiano, en ese deporte en que la máquina es tan importante, nos enseña que detrás hay unas manos que se niegan a aceptar que ellas no pueden pilotar al coche campeón.

Con el objetivamente séptimo coche de la parrilla, segundo en el mundial. A trece puntos. Dicen que sin opciones. Esta tarde a las 19 horas hablamos.

Dicen que es imposible, es complicado creer en la Magia, pero yo si creo, nos lo lleva demostrando mucho tiempo.



sábado, 24 de noviembre de 2012

Esos días


Día x:  Te dan lo que te quitan (23 de Noviembre de 2012)

No acostumbro a poner letras fuera del horario del ingeniero pero hoy el otro opina que quiere escribir algo bien. Con buena letra.

Y realmente son recuerdos y presentes que forjan al ingeniero que ahora está encaminado hacia Fuenlabrada, que ha llegado a Malasaña y ha tomado el andén 1.

Esta mañana el destino era otro, camino conocido de tantos años; bajada a la derecha. Hospital de Móstoles – Pradillo – Móstoles Central – Universidad Rey Juan Carlos – Alcorcón Central – Parque Oeste – Parque Lisboa – Puerta del Sur –--- San Nicasio – Leganés Central.

La salida del andén ha sido rara. Desubicado, como de bastante tiempo sin hacerla. Un pequeño fallo de memoria.

El paseo de siempre. Bares y tiendas que se mantienen. Las mismas cajas apiladas en la puerta del mercado. Semáforos que antes no estaban y que es complicado hacer caso. Llegada a la Universidad, una amable conserje que te da las invitaciones y vuelta al camino andado.

Comprar el periódico, porque siempre he sido de leer la prensa escrita en papel en el metro. Mismas estaciones, una más corta que el resto. Parada de lectura. Otra universidad y la peluquería espera.

Al contrario que Sansón con más fuerza que antes. Es lo que tienen las mañanas en el metro, que te sorprenden, te alegran y te hacen seguir peleando.

Llego a Fuenlabrada, destino del ingeniero, ya luego os cuenta él cómo se le ha dado.

Ya está el ingeniero por aquí, con esa mezcla con el otro que provocan estos días.

Ha habido alguno que se ha resistido pero se ha sacado, puesto bonico y enviado.

Espera lo que se puede llamar como un regalito de libro, sencillo, sencillo; mis cojones; pero eso ya el Lunes.

Lo que ha quedado de la tarde ha sido con la sonrisa puesta. Recuerdos casuales, premios y Baloncesto.

Ya sabía yo desde esta mañana que el día iba a tener buenos detalles. Asusta un poco que lo que pasa por la mente se haga realidad; pero en estos casos bienvenido sea el miedo; viviré asustado.

Verte. Verte ahí tan segura. Verte con esos ojos emocionados. Increíble. Me ha mirado raro toda la sala del berrido que y la celebración. Eres muy grande.

Después pasamos al Baloncesto, que ha sido tan sencillamente abrumador que ni me he dado cuenta de la paliza. Ahora ya sólo queda que Xabi Prieto meta gol.

Sin duda un gran día, de esos que gustan vivir. Las casualidades del metro, la amabilidad de la peluquería, la tarde de limón de los Reyunos, una tarde suave de trabajo, Baloncesto y tu merece premio.

Hoy no se me quita la sonrisa.


viernes, 23 de noviembre de 2012

Sin competencia, sin competir


Os voy a contar un cuento

Hay torneo de canicas en el parque.

Ese momento del año que nuestro niño tanto espera. Esa ilusión por jugar, por competir, algunos dirán que por ganar o perder, él lo ve más con la parte de divertirse.

Comienza el torneo, hay mucho niño nuevo, a lo mejor ligeramente inexperto. Las malas fechas, los horarios malos… quizá la falta de ilusión hace que muchos de los grandes jugadores no estén esta tarde en el parque.

Nuestro niño, como campeón del torneo anterior, debe participar. Defender su título, no es más que una medalla que lleva y pone en juego.

Las partidas se suceden, nuestro niño quiere pensar en que la organización ha buscado un cuadro sencillo para que los buenos jugadores se enfrenten en los momentos finales, en busca de esas partidas llenas de emoción. La épica de la competición.

Siguen pasando las partidas, sigue ganando rivales. Sus buenas canicas, esas que saca en los momentos clave, siguen a buen recaudo en su bolsillo.

Acaba la tarde, no ha necesitado esfuerzo, no ha tenido que meter la mano en el bolsillo…

-       Y nuevamente campeón del torneo de canicas del parque, como en la edición anterior. Un fuerte aplauso.

No aparece nadie, se ve como nuestro niño se está alejando poco a poco del parque, acercándose  a su casa.

La medalla está en la mesa de los trofeos, con una nota al lado.

“Cuando de verdad me gane está medalla, vendré a recogerla. Cuando tenga mérito la batalla, lucharé por ella. Ganar lo de esta tarde no se merece ninguna medalla”

Sueños


Os voy a contar un cuento

El otro día, la señorita propuso un ejercicio en clase a los alumnos que podríamos considerar como curioso. A lo mejor en algunos casos complejos, pero que seguro iba a traer consigo alguna que otra sorpresa.

Ahora está corrigiendo esos ejercicios.

Recuerda las palabras con las que se dirigió a la clase:

-     “No pasa nada si no os acordáis, os lo podéis inventar, al fin y al cabo eso es lo que os estoy pidiendo, una historia irreal fruto de vuestra imaginación”.


Pidió una versión buena y una mala a ser posible. Con una le valía pero prefería la comparación entre esos dos polos opuestos.

Sabe que se va a encontrar con mucha fantasía, algún que otro monstruo, seguro alguna gesta deportiva aparece. Si realmente es veraz aparecerá mucha incongruencia y no corre el peligro de que aparezca nada húmedo, son demasiado jóvenes para esas cosas. Ya crecerán.

He aquí algunos ejemplos.

Ejercicio de descripción de un sueño y una pesadilla:

Sueño:

Pues estoy en el campo de fútbol de mi equipo favorito y soy el delantero centro, y meto el gol que le da a mi equipo el título en el último minuto de chilena. Todo el mundo me felicita y me levanto muy feliz.

Sueño:

Soy una princesa con una larga melena rubia, tengo todos los juguetes que quiero y todo el mundo me hace caso, si quiero algo sólo con pedirlo ya me lo dan. Soy la persona más afortunada del mundo.

Sueño:

Entro en una tienda de golosinas y puedo coger todas las que quiera, me las como y me las sigo comiendo y nadie me dice nada.

Pesadilla:

Estoy en una habitación muy oscura, no hay ninguna luz y hay muchos monstruos que me rodean y me quieren comer.

Pesadilla:

Estoy corriendo y corriendo porque algo que me da mucho miedo me persigue. De repente, llega un momento que me caigo y no puedo levantarme, por más que lo intento no soy capaz.

Pesadilla:

Voy en un coche y, por más que trato de frenarlo y frenarlo, no se para, no funciona ninguno de los controles. No para de avanzar y soy incapaz de pararlo.


Sueños y pesadillas tan infantiles que le llegan ligeramente a decepcionar. Pero no puede pedir otra cosa, son niños, con relaciones de ideas simples, alejadas de la complejidad con la que edad perturba a la vida.


Pero llega a un escrito que le resulta realmente inquietante.


Sueño

Una sonrisa

Pesadilla

Una sonrisa


Sueño y pesadilla, depende del punto de vista.

Le ha dejado pensativa a la profesora, le gustaría pedir una explicación, pero nadie nunca ha firmado estas líneas.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Ponerse medallas


Os voy a contar un cuento


-       Llegué

Exclama el primero de los niños a los cuatro vientos, henchido de orgullo y satisfacción, sabiéndose que es el mejor.

Nuestro niño llega bastante más tarde, unos cuantos puestos por detrás de lo que debería. No se para a mirar más, no quiere esa medalla, se marcha

-       Mira, mira he ganado, ¿no te vas a quedar a que me den la medalla?. ¿Qué pasa?, ¿tienes envidia?, ¿soy mejor que tu y no lo quieres admitir?. Hay que saber perder.

Se sigue marchando, prefiere no escuchar.

-       Claro, como no gana, no se queda. Y eso que va de justo y de que él siempre hace las cosas bien, que no le importa perder, que lo que vale es participar.


Se para, avanza lentamente hacia el niño que le habla.

-       Enhorabuena, disfruta de tu medalla.

Sigue con su camino.



Existe una carrera de obstáculos en el barrio que consiste en ir superando pruebas, hay varios caminos y, en cada uno de ellos, el primero que supera la prueba, deja libre el camino para que pasen el resto.

Ha habido un niño, el que mira desde lo más alto, que no ha superado ninguna de esas pruebas, simplemente ha esperado a que muchos otros resolvieran todos los problemas para salir corriendo mientras se abría el camino.

Ese niño hoy mira desde muy arriba al resto. Que lo disfrute.

El parque le pondrá en sus sitio, posiblemente se lleve a muchos en el camino, pero un día devolverá esa medalla.

Nadie lo verá como venganza, sólo eso que llaman justicia.

Mientras tanto, se puede seguir poniendo medallas. Nadie se ha quedado a ver cómo se la entregaban.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Hola abuela (segunda parte)


Hola Abuela

¿Qué tal estas?. ¿Cómo va la cosa?. Esto es lo que hubiera dicho al llamar.

Te escribo porque hace mucho tiempo, así como dos años, que no hablamos. Lo siento. Se que estoy muy liado, pero debería haber sacado un rato para contarte como van las cosas, como me está tratando la vida, para preguntarte que tal por allí y para decirte cuando voy a verte. Lo siento mucho de verdad.

Seguir recordando y copiando lo que escribí hace un año no sería justo, te mereces mejores palabras, mejores recuerdos, aunque no se si los tengo. Lo siento.

Lo primero que debería hacer es pedirte perdón. “No pasa nada hijo”, me dirías, pero yo lo tengo que hacer. Estoy escribiendo antes, las cosas estas que nunca quisiste entender de los ordenadores me permite escribir hoy (Jueves día 15) y que lo puedas leer el domingo. Voy a estar de viaje, como aquella vez, y no quería que se me quedaran en el tintero las palabras.

Este fin de semana lo voy a pasar con buena gente, debería volver a lo que siempre me decías que tuviera cuidado donde voy, con el coche y con lo que tomo. No te preocupes, lo tendré.  Se donde voy, con quienes y lo que voy a tomar.

Ahora tengo que seguir contándote como van las cosas. Si creyera en algo te debería decir que desde donde estas lo verías, pero nunca hemos sido de esos.

Sabes que él ha estado por aquí, y ha sido muy duro, muy complicado. Se ha rendido y yo eso no lo he podido superar, no se si seré capaz de hacerlo.  Ahora dice que va bien, que poco a poco. Como hemos quedado, nunca hemos sido de creernos cosas que no vemos. Lo siento, no lo he sabido hacer mejor. Ha sido muy doloroso.

Te tengo que pedir perdón porque el Sábado no estaré escuchando tu nombre, no te puedo prometer si me voy a acordar de que era la misa y parar un segundo a pensar en ello. Pero te prometo sonrisas, esas que cada vez tengo más abandonadas. Lo siento.

Estoy aprendiendo a escribir poco a poco. Me están ayudando, espero que estas palabras te gusten y te pido perdón por lo que esté mal, esto hoy no está supervisado.

Hace un año te decía que el ingeniero llevaba tres meses ilusionado con su nuevo trabajo, que estaba aprendiendo cosas y conociendo a gente con y por la que merecía el esfuerzo de madrugar y dormir poco. Tengo que pedirte perdón porque esa ilusión hace mucho tiempo que se marchó o que la obligaron a irse. Ahora siendo experto, simplemente cumplo con mi trabajo, supongo que estarás orgullosa de mi, eso seguro que me lo dirías. Como siempre me dijiste, hagas lo que hagas, hazlo bien. Y eso intento, pero ya me he olvidado de sonreír. Lo siento.

He vuelto por la playa pero no ha sido lo mismo. Llevaba mucho Madrid encima y faltaba todo lo que allí estaba. Lo he vuelto a intentar pero ya estoy oxidado, el que se fue allí, ese que era tan Javi y tan poco Camarma ha perdido la partida, ya no sale a pasear ni a correr por la playa, ni todo lo que ello conlleva. Lo siento.

Últimamente me he vuelto un poco más deportista. Voy bastante al gimnasio, sobre todo a la piscina. Me he aficionado a juntarme con gente mayor y hago mucho ejercicio. Quizá me haga sentirme un poco más cerca. Pero sobre todo, me sirve para, durante dos horas, no pensar en nada. Aunque acabo todos los días relajándome en el spa. Que muy deportivo no es, pero es cómodo.

Las mujeres, como te dije hace un año. Siempre pasan por mi vida. He cometido alguna que otra cagada de la que me arrepiento. No me he enterado de alguna que otra en el momento que debería haberlo hecho y he llegado tarde. He rechazado sin saber, y he bebido demasiado para olvidar.

Como ves el mundo se ha vuelto un poco loco y está bastante indignado, pero no voy a entrar en más discusiones.

Hace mucho que no duermo en condiciones, podría empezar a decirte las razones pero quedaría muy largo y tampoco es plan de que nos escuche todo el mundo.

Que yo sólo quería decirte que aunque no me veas bien, y quizás no lo esté, seguiré peleando, aunque no sepa el motivo.

Hoy he comido albóndigas, estaban bastante ricas, pero les faltaba algo.

Ya no voy por Cabanillas, y lo siento.


domingo, 11 de noviembre de 2012

La mira


Os voy a contar un cuento

La mira, la puede notar tan cerca; o quizá quiere sentirlo así. Creer que puede tener el honor y el placer de disfrutar de ella.

La vuelve a mirar. En sus ojos se dibujan esas sensaciones que, al observarlos detenidamente, te dan la impresión de que cualquier cosa se puede conseguir; que nada lo podría impedir.

Otra mirada antes de partir.  Está tan cerca, se ve tan lejos.

Se marcha. La seguridad se torna en incertidumbre, en querer y no poder, en poder y no saber, en saber y no entender.

La mira, con la ilusión de un niño,  y se marcha.

La mira a lo lejos, a tanta distancia que ya casi la tiene que recordar.

Nuestro niño vuelve a casa, su memoria empieza a funcionar.

Han pasado alguna que otra por sus manos y por su vida. En ocasiones con esa ilusión parecida con la que miraba antes de llegar a casa, mientras se alejaba. Otras por pura insistencia y esfuerzo, aunque después no fuera para tanto.

Seguro que recuerda alguna que no necesitaba pero que el juego convirtió en real. Y no hay que descartar a las que nunca debió tocar.

Muchas de ellas forman parte de su corto pasado. Unas se rompieron, otras se perdieron. Las más están en el olvido, algunas no servían y las menos aún se mantienen para esos momentos tan necesarios.

No podría encontrar ninguna con la que al menos haya pasado un gran momento y no puede evitar que le salga esa leve sonrisa.

Algunas le han hecho daño; otras le han hecho alguna herida. Incluso le han dejado esas cicatrices que con el paso del tiempo sanan y curan pero que se mantienen presentes en los días fríos.

Pero ni por uno ni otro motivo se arrepiente.

Vuelve a pasar por delante, la mira, la vuelve a mirar, la quiere.

Las prisas y demás inconvenientes no le permitieron ni le permiten saciar su deseo, calmar su ansia, evitar que piense que con mirar no basta. Llenar su vida.

Pasan los días, no la olvida.

Hoy se ha decidido, avanza firme, no está en su lugar habitual, pero él no se da cuenta. Hoy no es día de mirar, toca actuar. No piensa si le está o no esperando, si se lo espera.

-       Perdona
-       Si
-       ¿Me puede dar esa peonza que hay en el escaparate?
-       Lo siento, se la ha llevado otro niño

Tarde, muy tarde, otra vez tarde.

Lección aprendida, no asumida.

No pierde la fe, toda esa que puede tener un niño. Encontrarla por el camino, ser mejor y ganarse ese rato que tanto quiere.

Que siga con esa ilusión, al fin y al cabo sigue siendo un niño, no le desilusionemos con la realidad todavía, para eso aún queda mucho tiempo.

Que siga girando y bailando como el lo haría.

Lo imposible


Buena, sin más

El problema de ir a ver una película que durante unas semanas ha creado tanta expectación es que esperas encontrarte una de las mejores películas que vas a ver en tu vida, y está no lo es.

Ahí ya cualquier tipo de análisis pierde bastante, porque ese estado de “decepción” te hace pensarla de otro manera, como una especie de fraude, en el que la película, por cierto, no tiene nada que ver.

Antes de hablar de la película y sus detalles artísticos, hablar un detalle técnico. Que a muchos, concretamente a todos con los que hoy he ido al cine a verla, ha pasado inadvertido o se han acostumbrado pero, que a mí me ha molestado bastante y en ocasiones me ha hecho desatender y salirme de la película. Hoy, en la sala 20 del Kinepolis de Madrid, las voces dobladas tenía una reverb excesiva y tremendamente retardada, especialmente sangrada en las voces susurradas, que a mí, personalmente, me ha molestado en exceso. Si, lo se, soy muy freak del sonido.

Entrando en la película, la historia de por si es una de esas historias para hacer una película sobre ella, superación, angustia y final feliz.

Como bien me han dicho tiene momentos muy peliculeros que quizás desmerecen un poco la historia, pero al fin y al cabo, es una película, y algo de eso tiene que tener.

Ciertamente el momento tsunami te llega a agobiar mucho, en exceso, hasta el punto de dejar las palomitas y que cueste que la coca-cola cuele.

A nivel técnico, y dejando el detalle del sonido ya comentado, es una gran película. Está realmente conseguida la recreación de la catástrofe y las panorámicas son bestiales. Desconozco si son imágenes de archivo, pero son horriblemente (por el contenido) espectaculares.

La actuación, Naomi Watts a muy buen nivel compartido con su hijo Lucas. El resto del elenco pierde protagonismo y no hay comparación posible. Opino que, por memoria cinematográfica, Edwan McGregor no es la mejor elección.

Conclusión, una buena película que es superada por las expectativas que han puesto en ella. Un gran apartado visual, una gran diferencia interpretativa y espero que un fallo de sonido de la sala.

Eso si, para “disfrutarla” es necesario una sala de cine, no es película de sofá y manta.

martes, 6 de noviembre de 2012

Aroma añejo, de vieja Copa de Europa.


Hoy vuelve la Champions al Bernabéu, casa de la Copa de Europa. Aroma de gran partido. En tiempos esto de los partidos europeos era mérito único y exclusivo campeones. La globalización y el dinero ha hecho que sea algo que pasa cada dos semanas un Martes o un Miércoles.

Este año para el caso de mi Real Madrid si lo voy a seguir llamando Copa de Europa. El grupo ha querido juntar al campeón de la Premier con el de la Bundesliga y la Eredivise, aderezados con en campeón de liga española. 

Aroma añejo.

Esta Copa de Europa solo ha tenido un partido en el Bernabéu que recordó al Real Madrid, al estadio y espero que al resto de personas que han de tomar decisiones que la Copa de Europa se respeta desde el principio al final y que sobre todo, las remontadas se consiguen con grandes jugadores en el campo. Sin escatimar esfuerzos ni encorsetar el talento.

Hoy no se trata de ninguna remontada. Se trata de decirle a este viejo continente esto es el Bernabéu esto es el Real Madrid.

Intuyo con lo que vamos a salir y no me gusta. Pero yo si admito una cosa. Ha habido muchos nombres que han ayudado a forjarla pero la leyenda es el Real Madrid.

Ese que respeta la Copa de Europa. Juega de blanco en el Bernabéu. Y pasea su orgullo y su escudo con grandeza.


Hala Madrid