jueves, 26 de julio de 2012

Verano


Os voy a contar un cuento

Verano. Para nuestro niño, de momento, es ese tiempo tan largo que va desde que se acaban las clases hasta que vuelven a empezar.

Ahora le parece largo, según vaya creciendo irá viendo que esos meses comienzan a acortarse, puede que lleguen a no existir, de repente volverán a aparecer y cuando ya sea mayor se reducirán a unos pocos días, desperdiciados la mayoría.

Pero aún es un niño que no pierde el tiempo con grandes males, que no se preocupa de los horarios, no conoce aún la noche más allá de los días que se olvidan mandarle a dormir. Todavía no concibe cómo se puede desaprovechar un día.

Es Verano. Época de calor, piscina, bañador, chanclas, pueblo y muchas costumbres de esas que se forjan en Verano.

Ese tiempo en que el despertador no suena tan temprano, que es su ansia por querer seguir conociendo mundo quien le despierta. Ocupar las mañanas recordando esas viejas series que ahora ya no echan en la televisión. Visitar el parque como en los días de fiesta y que este esté lleno, sea la hora que sea. No tener un horario fijo de comida, guardar las horas de la digestión y disfrutar de los refrescantes baños en la piscina. No importar tampoco la hora de la cena, olvidar la merienda para no perder horas de agua y tomar el fresco con el fin de llegar agotado a la cama para esperar un día nuevo, ese en el que se volverá a levantar con ganas de disfrutarlo.

Por el momento no confundirá los términos y no será capaz de distinguir entre Verano y Vacaciones. Si acaso por los sitios. Vacaciones será pasar el verano, sin necesidad de lugares, de viajes, de ocupar el tiempo. Ya le llegará el tiempo en que ansíe las vacaciones aunque no sea verano y que, de tanto querer aprovecharlas, no le satisfaga e incluso se las deje en el camino.

No perderá el tiempo, todo aquello que haga lo hará con la ilusión de un niño porque no tendrá que ser otra cosa, ni enseñarse al mundo de ninguna otra forma. No habrá libros de por medio, ni cantidades ingentes de apuntes, ni barras de bar, ni relojes que aconsejen que si no está en la calle mejor estar en la cama, ni siquiera estará su cabeza, ni tendrá que esperar ninguna palabra ni escribirla.

Simplemente eso, despertará con la ilusión de lo que es, un niño.

Ya vendrá el tiempo en que todo eso cambie, en que aparezcan los ladrones para quitársela o incluso sea el quien la pierda por demasiados motivos.

Pero ya vendrá ese tiempo, por el momento, duerme niño que mañana te espera otro día de vacaciones de verano.
Día 218: Y bien ganadas. (26-Julio-2012)

Está feo que me lo diga a mi mismo, así que para no hacer nada feo se lo diré al ingeniero, te has ganado estos días de juerga y descanso, pero si no te importa las va a disfrutar el muchacho.

Primero mancharse las manos con la impresora y optar por opción ingenieril a más no poder: Apagar y encender, reinicio de libro. Todo impresado.

Tirar de ritmo y ver que si, pero que no.

Buenas noticias llegan del móvil con una cosas de esas que llaman mensaje de texto. Enhorabuena ingeniera.

Y luego vuelve a ser que si, y te embalas y coges mucho ritmo, lo que te echen sale y vamos que si sale.

Nivelazo.

Ya lo escucho, ya lo veo, ya lo huelo. Mañana lo disfruto, despertador estoy deseando que suenes.
Día 217: Hablemos de trabajo  (25-Julio-2012)

Hoy el ordenador ha ido bastante más rápido, he podido leer la prensa.

El colega de la máquina ha rellenado los emanens, cosa que se agradece y tres coca-colas han sido suficientes para aguantar el día.

Correo, dibujito de los buenos e ir viendo que se puede encontrar el camino. Sólo falta mañana concretar y confirmar. Un poco de magia se suele llamar.

Si esto lo hubiera escrito en el cuaderno, nada más salir, como hago siempre, vendrían otras frases, pero he variado un poco los planes y el camino en tren ha sido más corto, así que también hay que variar un poco la frase siguiente.

Lo dejamos en celebrar una buena tarde de montaditos, con su flash de limón y su no siesta, y al final se sigue escuchando la música, la brisa del mar trae ese olor a sal.

Sólo queda uno.
Día 216: Al rico Martes.  (24-Julio-2012)

No tengo mucho sitio; mejor.

De estas que empiezan a salir y salir siguen saliendo cosas.

Lo que está pendiente sigue estando.

Mañana otro día, hoy al fondo sigue escuchándose la música, la brisa del mar trae el olor a sal.

Sólo 2 más.
Día 215: Pues va a tocar y tocó.  (23-Julio-2012)

Lectura de prensa más que obligatoria, no querer empezar a hacer las cosas por si no van a ser necesarias.

Tirar de divertimento, con sus pintados y sus cosas, suena el teléfono,  explicación y a hacer lo que corresponde.

No poder hacer caso a nada, tomar un poquejo el sol y a seguir dándole.

Al fondo empieza a escucharse la música, la brisa del mar trae olor a sal.

Sólo 3 más.

sábado, 21 de julio de 2012

Día 214: Viernes tarde. Se nota el Verano.  (20-Julio-2012)

Se empieza a notar el verano en la afluencia de personal.

La verdad es que contrariamente a lo que promulga un Viernes tarde, hoy ha sido leve y rápido.

El estar liado sirve para eso, mucho correo y buenas distracciones.

Merienda distanciada pero reconfortante, por un lado de tristeza y por otro de alegría, pero hoy nos quedamos con lo bueno.

El resto es que España le está dando la del pulpo a Argentina. A ver si llego y seguimos.

Quizá debería publicar esto que está en el cuaderno. Mañana Sábado seguro.
Día 213: Pasando frío y mucho.  (19-Julio-2012)

De esta caigo fijo, mañana sudadera más contundente.

Rarezas para tirar de diversión por un rato.

“Tienes este”
“Si”
“Déjamelo”
“Ya está”
“OK. Gracias”

Y así toda la mañana, acaparando.

Viene algo menos divertido y toca buscar. O 10 minutos o mañana toda la tarde.

Vamos que estarán por Bales.

Te he respetado bastante.
Día 212: Mejor no calentarse pues.  (18-Julio-2012)

Esto de tenerse que inventar coas que hacer, mal negocio a la para que muy aburrido.

Aunque haya que mirar alguna que otra cosa y pensar para un correo.

Pues la cabeza no está, el aburrimiento no le da.

Llevo desde las 11:00 horas con Perico, estaría feo dormirme aunque lo necesita.
Día 211: Pasando el rato.  (17-Julio-2012)

Un poco de prensa, un poco de correo. Honores no habituales y temas que mejor dejar pasar.

Un estudio por hacer y hecho.

Más bonicos los dibujitos, otra vez con el brazo pintado.

Mañana a ver que se me ocurre.

Como es tónica general esta semana, es llegar las 14:30 horas y el reloj que no avanza.

Seguimos trabajando en ello.

lunes, 16 de julio de 2012

Día 210: Tengo sueño.  (16-Julio-2012)

Atención señorees viajeros, metro de Madrid informa:  Con motivo de las obras de mantenimiento y adecuación de las instalaciones, se suspende el servicio en línea 12 entre las estaciones de Móstoles central y Alcorcón central; y entre las estaciones de Arroyoculebro y Los Espartales desde el 17 de Julio hasta principios de septiembre. Dispondrán de un servicio de autobuses sin coste adicional entre las estaciones cuyo recorrido pueden consultar en los paneles informativos de las estaciones de metro. Disculpen las molestias. Muchas gracias.

Ya he hecho mi buena acción del día, la de información.

Voy  sin sueño.

Hacer unas tablitas, comprobar un mandado, tirar de mollete y aunque me parezca un canteo mejor seguir escuchando música.

No me he dormido, he cumplido.

domingo, 15 de julio de 2012

Del 7 al 14 de Julio


Os voy a contar un cuento

-       “Despierta nieto, que ya es hora”.

Nuestro niño no lo entiende muy bien, tiene sueño, mucho sueño. Es Verano, está en el pueblo de Vacaciones, y llega un día que hay que despertarse temprano.

Nadie le aviso anoche, como cuando se sabe que al día siguiente hay que madrugar y como es un niño se tiene que ir antes a la cama, porque da igual la importancia de lo que esté haciendo, lo más importante es descansar. Y el obedece.

Pero anoche nadie le dijo nada, no recuerda que sea un día especial, de esos en los que las cosas importantes requieren llegar a algún sitio que está lejos, o preparar  muchas cosas que llevan su tiempo.

-       “Tengo sueño abuela”.

-       “Ven conmigo, vamos levántate que no llegamos, que tu abuelo ya está en el salón y ha puesto la tele”

¿La tele?, ¿a estas horas?, si aún no son ni las 8, a estas horas no hay dibujos animados.

Pero, sus abuelos no le van a despertar para nada malo.

Realmente, no entiende lo que está viendo en la tele. Un montón de gente en unas calles que tienen vallas de madera como si fuera un circuito. La mayor parte vestida de blanco y un periódico en la mano.

Tres cánticos que no acierta a entender, le piden algo a no se quien, y suena la palabra encierro. Alguien enciende un cohete, abre una puerta y de ella salen unos toros a la carrera. Algunos mozos se apartan pero otros, inconscientes ellos, esperan a la manada buscando un hueco para ponerse delante del toro.

-       “Mira hijo que carrera más bonita de ese, como se ha puesto en oda la cara del toro”.

-       “Y ese otro…”.

-       “Ay ay ay que le pilla”.

Sigue sin entender nada, se termina el encierro.

-       “Hijo, ¿quieres verlo mañana otra vez?”.

Su cabeza dice no, su cuerpo dice que tampoco. Se gira para contestar a sus abuelos, les mira fijamente.

-       “Si”.

Ha visto como estaban sus caras, la ilusión que tenían, las esperanzas de un SI. El compartir algo con su nieto.

Mañana se volverá a levantar, y pasado y al otro. Así desde el día 7 de Julio hasta el 14.

El año siguiente lo volverá a pasar con sus abuelos, y volverá a pedirles que le llamen para ver con ellos el encierro.

La edad irá haciendo mella en unos y otros, y no lo verán juntos, pero se seguirán levantando.

Cambiará la dulzura del despertar de su abuela por el histriónico sonido del despertador pero se seguirá levantando, y en la distancia sabrá que ellos están haciendo lo mismo. Hablarán por la noche y se preguntarán unos a otros si lo han visto, y la respuesta afirmativa hará que la sonrisa traspase la línea telefónica.

Las obligaciones, en el peor de los años, le obligaran a no verlo. Y creerá que la está olvidando un poco.

Al año siguiente, pasados dos del último que vieron juntos, sonará el despertador.

A nuestro niño le costará levantarse, sus obligaciones y horarios se han hecho adultos, pero no tendrá nada que ver con eso su falta de fuerzas. No han venido a despertarle, ha sido el despertador, y lo que le cuesta es saber que se va a levantar, no por ver el encierro, sino por recordarla.


Mañana no suena el despertador, hoy se ha entonado el pobre de mí.


sábado, 14 de julio de 2012

Día 209: Esos Viernes aburridos.  (13-Julio-2012)

Pues eso mismo, tarde de aburrimiento de muchas cosas.

Realmente me gustaría escribir más cosas, pero ya hasta las ganas de palabras se están extinguiendo.

jueves, 12 de julio de 2012

Día 208: Recordando costumbres.  (12-Julio-2012)

Parece que nos vamos haciendo al sitio, a mirar cosas. España ha ganado en los penalties, hablamos de la sub-19; chavales que aún no han perdido la ilusión.

Terminar de pintar, hacer las gestiones de entrega,  tener que recordarlas y a otra cosa.

Eso que seguirá mañana, porque lo que es hoy.

Cambiar de sitio, ese sitio.

miércoles, 11 de julio de 2012

Día 207: Ingeniero te va a tocar.  (11-Julio-2012)

Y mucho.
Día 206: Me voy a aprender la frasecita.  (10-Julio-2012)

Bueno, realmente ya me la sé, es lo que tiene escucharla millones de veces, que aunque no quieras.

Ese es un dato, el otro podríamos ver la diferente reacción de los sectores ante el movimiento de la puerta, es curioso cuanto menos.

Diferencias entre los que saben disimular y los que no, o a lo mejor hay que plantearlo como los que pueden disimular o los que no.

La cosa es que he dejado a España 9 arriba.

Esto lo publicaré a día pasado, cuestión de horarios y esas cosas.

Hoy con el aire acondicionado mejor, veremos mañana.

En cuanto al curro hoy he tenido cuidado para no pintarme los brazos pero los bolis los he utilizado mucho.

Mañana seguimos. A ver que nuevas cosas pasan en esta aventura.

He empezado a escribir a falta de 12 minutos y aún quedan 5 para que llegue el metro.

martes, 10 de julio de 2012

Día 205: Planta Primera día 1.  (9-Julio-2012)

A partir de mañana cuento las cosas.

Hoy es por mantener las costumbres y no dejarlo en blanco.

Ánimo.

viernes, 6 de julio de 2012

Día 204: Último viernes de relajo.  (6-Julio-2012)

No asustarse con el título, habla de mudanzas a zonas nobles con menos discreción.

Los trabajos divertidos son eso, bastante agradables de hacer, de pintar, y a pesar del empanamiento y gracias a los apoyos, pues ha salido.

Hoy ha sido día de trabajo amable. Adecuado para cerrar la etapa de la quinta planta.

A ver el Lunes como pintan las cosas, por el momento me voy a olvidar de ellas.

Mi brazo seguro que se sigue pintando.

jueves, 5 de julio de 2012

Día 203. Ays que me emociono  (5-Julio-2012)

Abrir el correo y encontrar lo esperado, incluso algo menos.

Se puede seguir con la capital, tirar de tijera y dejarlo pensado a falta de alguna vuelta final.

No importa cual sea pero que sea, que viene bien, a ver si me acuerdo.

Un bombón de celebración y a seguir con l as gestiones.

Se avecinan cambios, concretamente de sitio.

Aprovechémoslo mañana

El banco del parque


Os voy a contar un cuento

Llegan unos abuelos, entrañables ellos, al parque y ¿dónde van?, directos a su banco, ese donde miran la vida del parque, comentan sus experiencias y pasan el tiempo, ese que ya se les acumula. Sentados, en ese banco que siempre ha estado ahí.

Cuando acaba su turno, la mañana comienza a terminarse, toman su lugar personas algo más jóvenes. Madres que vigilan el jugar de sus hijos, desde la lejanía o la cercanía, atendiéndoles a ellos o como simple paripé para hablar con sus amigas, contarles sus hazañas y sentirse mejor que ellas.
Pero ahí están, en el banco del parque, observando o lo que ellas quieran.

De vez en cuando se acercan los niños, piden su bocata, reciben alguna regañina, quizás tienen que esperar un rato para escuchar lo buenos que son y lo bien que hacen las cosas respecto al resto mientras ven como sus madres levitan sobre el suelo.

En ocasiones, también se sientan ellos a descansar, a reposar del juego. Puede que, en otras ocasiones, lo utilicen como portería para sus partidos de fútbol, obstáculo para sus carreras de chapa o simple lugar donde dejar los trastos.

Y con ese trajín está el banco toda la tarde, sin inmutarse, sin quejarse. Impasible, en su sitio.

Cuando la tarde comienza a anochecer, el ambiente comienza a cambiar. La furtividad y la pasión se juntan a partes iguales sobre el parque.

Los amores prohibidos, las situaciones de alta tensión y mucho calentón son ahora los que se posan encima del banco.

Él, impasible, se mantiene en su sitio. No da consejos, no toma nota, no se queja, no pregunta, no va a decir nada. El placer está sobre él, pero no son sus sentimientos los que importan en este momento. Simplemente, sigue en su sitio.

Cuando el amor se acaba, porque el amor también se acaba, la intemperie de la noche toma su lugar.

Soledad.

De vez en cuando le interrumpen al banco con su habitual amada las personas solitarias.

Unas sólo llegan, se sientan y se van. Algunas de casa en la maleta lo consideran adecuado para apostar su huesos sobre él y descansar cuerpo, mente y vida.

Otras veces, en el pasar de las horas nocturnas, sobre todo en días señalados, la juventud, la chavalada se junta alrededor de él. El resto son hielos, risas, en ocasiones gritos, otras quizás llantos, líquidos espirituosos y normalmente pies en asiento y asiento sobre las espaldas.

Escombros que quedan encima y alguien, quizá sólo el tiempo, se dedicará a recoger y limpiar.

En ocasiones, cuando el Sol comienza a decirle a su amada la Luna que se vaya a dormir, que ya se encarga él de la luz de los días.

En esa hora, la de los desgraciados o las buenas personas, quizá alguno de esos rezagados de la noche, los que vuelven sin compañía, quizás busquen un poco de sol y abrigo antes de llegar al calor del hogar.

Y también él estará allí, impasible en su sitio.

Un día, el banco estará destrozado de tanto uso y habrá que cambiarlo y ese día, todo aquel y aquella que se acercó a utilizar ese banco, en ese parque, sea cual sea la circunstancia y la intención, se irá a otro y no sentirá ningún remordimiento. No existirá la nostalgia.

Sólo hará falta otro sitio donde hablar, criticar, dejar los trastos, follar, dormir, emborracharse o pasar la borrachera.

Nadie se acordará.
Día 202: mi música, mis cosas, las del ingeniero.  (4-Julio-2012)

Metro perdido, bien, muy rico.

Y mira que entrando pintaba decente, con buenas y finales noticias y esas cosas.

Sentarse, recoger las cosas del sitio y a mirar historias.

Pocas palabras, milagros los justos y esa sensación de mucho para nada.

Mejor que suene la música que hay que detectar errores y tirar de trabajo farragoso (no lo he dicho yo).

Merendar en el sitio, casi mear también en él pero me parecería feo  marcar así el territorio.

El ingeniero se encarga del resto.

El siempre ha sido el mejor

Ya viene el metro.

miércoles, 4 de julio de 2012

Juguetes y sombras


Os voy a contar un cuento.

Hora de jugar en clase. 

Ese momento en que todos los niños se disponen a disfrutar de los juguetes.

Hay todo tipo de juguetes, quedan fuera los balones, las pelotas, los rastrillos y las palas. Todo aquello que implica calle y parque no está contemplado, ahora toca jugar bajo el techo.

Los niños y las niñas salen corriendo desaforadamente, no hay ley, no hay reglas. Dan igual las indicaciones de la profesora, no existe el sentido común. 

Y más aún en esos días en los que se han renovado los juguetes, esos en los que hay alguno nuevo que todos desean. ¿Se van a divertir con ellos?, ¿realmente les apetece ese juguete?. Qué más da, lo importante es que no lo tenga otro, lo importante es decir al resto de sus compañeros de clase (que no tiene por qué considerarse como amigos) que son ellos, y no otros, ellos, los que tienen ese juguete. 

Aunque, hasta ese momento, ni se hayan planteado el querer jugar, aunque sus frases previas sean de negación, de otras intenciones en el juego, ¿qué más da una palabra dada si es sólo propia y no coincide con la ajena?.

Y ahí va la manada desbocada, arrasa con los juguetes, dicen que disfrutan, ponen buena cara. ¿Era lo que querían?, no, pero ¿desde cuándo eso es lo importante?.

Y ahora estaréis preguntándoos, vosotros, lectores: ¿En estos cuentos no se contaban las andanzas de un niño?.

Pues sí, ese niño que no ha salido en desbandada hacia los juguetes, que nunca le ha importado el ¿con qué?, sino el ¿con quién?. Que juega por el mero hecho de jugar, como ha hecho siempre, como siempre hará.

Se acaba la hora de los juegos. El resto de niños se van a sus cosas, nuestro niño recoge sus juguetes, ve como los del resto, esos tan bonitos y tan apetecibles, muestran las represalias del mal uso.

Recoge sus juguetes, recoge el resto, arregla todo aquello que haya que arreglar, los deja en su sitio.

Mañana el resto de los niños los encontrará en su sitio, en perfecto estado, volverán a jugar con lo que quieran y no se harán más preguntas.

Cierra la puerta, apaga las luces, se hacen las sombras, su mejor sitio.

martes, 3 de julio de 2012

Día 201:  tiene que ser esta canción.  (3-Julio-2012)

La aleatoriedad la ha puesto en mis oído al venir y la repita caprichosamente a la vuelta, todo sea parte del recorrido tan raro (si pongo la otra parte se podría malinterpretar).

Ya en el metro.

Otra simpática canción, de esta no digo nada.

No es que esté rellenando y retrasando el día porque haya sido como ayer.

Pintaba pero no.

He estado entretenido y se agradece a quien corresponda.

En estando las cosas en su sitio se puede trabajar.
Día 200: Eran otros tiempos.  (2-Julio-2012)

Llego a los 200.

Eran otros tiempos, los echo de menos y no se que hacer, como solucionarlo.

Hablaría de trabajo pero para eso tendría que haber hecho algo

Lego


Os voy a contar un cuento

Llega nuestro niño a casa de un amigo. Le han regalado por su cumpleaños uno de esos grandiosos castillos de Lego.

Primero vamos a describir la caja.

Grande, enorme, sólo las piezas ocupan mucho, debe ser algo increíble el resultado.

También vienen los planos por un lado y, por el otro, las instrucciones.

Dentro de la caja, muchas bolsas de piezas, excesivas se podría decir, cuánta bolsa de plástico desaprovechada.

Nadie entiende por qué tienen que perder tanto tiempo abriendo las bolsas y juntando las piezas.

Con lo sencillo que sería una sola bolsa, abrirla y ponerse a montarlo.

Una vez perdido tanto tiempo, con todas las piezas juntas y revueltas en el suelo, van a por el plano.

Extrañamente está separado en varios libritos y en cada uno se consigue un módulo pequeño, que al final del último de todos los libros, se junta cada módulo para poder hacer el castillo.

Ésta es la situación: todas las piezas en el suelo, mucho tiempo perdido en la tarde para abrir las bolsas y juntar las piezas, ya no queda tanta tarde para que vayan viniendo las madres a recoger a sus hijos.

No van a terminar de construir el castillo, comienzan los nervios, los gritos y las disputas por las piezas iguales…. No va a dar tiempo.

Un castillo tan grande, un gran objetivo.

Quizá se les podría haber ocurrido que las bolsas tenían un sentido, que no era para perder el tiempo.

Quizá si hubieran pensado….

Uno de ellos coge el otro libro, ese que alguna persona hizo con algún motivo, pero que es tan despreciado.

Coge las instrucciones y lee:

“En cada bolsa están las piezas para los diferentes módulos del castillo por separado”

Un gran objetivo requiere de pequeños pasos, de un esfuerzo diario, de empezar por los cimientos e ir avanzando.

De si hay instrucciones, dejar la inspiración para otro momento.

A lo mejor nuestro niño debería aprender eso, le iría muy bien, conseguiría muchas más cosas… pero…. pero…