viernes, 30 de marzo de 2012

En busca de temas


Estoy a ver si sale un tema para un cuento, que hace tiempo que no escribo uno. Una semana a lo mejor; que tampoco es mucho, pero cuando coges ritmo, pues se nota. Pero no se, de momento no sale nada, mejor no forzar la inspiración.

Mira, ya hay un tema. Cosas que se hace forzadas que aunque gusten, no llevan ilusión. Tendría que ponerme a recordar si esto ya está escrito.

A lo mejor la memoria se merece otros cuentos. Tanto en su faceta refranera de “quien no tiene cabeza, tiene piernas” como en otra vertiente que iría más o menos por la conveniencia, o no, de tener memoria. Los momentos para tenerla y los momentos que no. Y claro, los malos tragos que te hace pasar; bien sea por exceso o por defecto. Creo que aquí hay filón.

Sin duda las sensaciones del extranjero van a volver a  aparecer y quizá salga algo decente que contar.

Debería dedicar un tiempo a escribir sobre la inmensidad del bar, hablar con el reflejo de la luna y contarle historias al sol cuando se esté acostando en el agua, para obligarle a salir al día siguiente o bien para preguntarle como lo hace.

Entrando en temas menos profundos, se que falta alguna enseñanza de la recogida de lápices; habrá que remediarlo.

Pensando en esto pienso que estoy planteándome temas para que, después, cuando me ponga a ello, haga y escriba de cualquier otra cosa. La improvisación no se piensa ni se deja pensar. Este tema si sabría como empezarlo ahora mismo. Nuestro niño empezaría pensando en una cosa que tiene que hacer y como hacerla, con todos sus detalles, para acabar haciéndolo de otra forma que ni se le había pasado por la cabeza.

Quiero seguir con algún cuento que rompí, porque hay cosas que se tiene que arreglar.

Unos buenos temas y todos los que quedan por llegar.
Día 146: Digno colofón a la semana. Enhorabuena ingeniero, te has ganado las vacaciones. (30-Marrzo-2012)

Otra mañana tempranera, es lo que tiene cunado pillas un horario por costumbre.

Hoy se recupera el sitio habitual y parece que todo va más rápido.

Para empezar un correo temprano, tiene que haber fallos, tanta velocidad implica un alto porcentaje de posibles errores.

A desayunar, pintar en Naranja y vamos a ir pasando a Canarias. Echémosle una foto.

VA a ser un buen trabajo, una cronología buena. Es lo que tiene pensar así en plan suave, tranquilos, con mucha clase.

Despedida y cierra del día a la altura de las circunstancias y el despertador ya está apagado.

Me parece justo

Creer, aunque sea otro


Os voy a contar un cuento

La bola está llegándole.

Una mano amiga rival impide el momento. Alguien, siguiendo su instinto, quizá el de muchas tardes en el parque compartidas, ha desoído todas las indicaciones y ha recordado otras tantas. Su corazón le ha dicho "Cúbrele".

Nuestro niño no lanza, su equipo pierde el partido, es su culpa, él sonríe. Se acerca a su rival, antiguo compañero.

“Gracias”.

Le ha ganado el partido. Le ha recordado que, por mucho tiempo que haya pasado, algún recuerdo le queda.

No necesitaba ganar, sólo quería jugar y sentirse partícipe. Que alguien creyera que podía ser él.

Mientras que todos escuchaban la frialdad de su cabeza, a uno su corazón le dijo que él era el peligro, que era importante.

No necesitaba ni ganar ni perder, sólo volver a sentirse partícipe y que alguien confiara en él, en lo que fue y es. Y ha sido un rival, un antiguo compañero, alguien que entiende lo que es el respeto.

Su rival se acerca a nuestro niño de nuevo:

“La próxima no la fallas”.

“No lo dudes”.

No hay más palabras, su equipo ha perdido. El lunes él volverá a entrenar y a sufrir las consecuencias de las derrotas: carreras, dolor, esfuerzo y sacrificio. Le parece justo. Con una ilusión especial y una sonrisa con la que espera que vuelva a sonar el despertador.

Ha aprendido que no le faltaba ilusión, esa la tenía ahí aunque fuese escondida en la mochila. Puede combatir contra todo eso solo. Llegado el momento, sólo hace falta un gesto, una palabra, una mano que corta un balón para recordar lo bueno y querer seguir haciéndolo.

Mantendrá siempre sus costumbres, le hagan bien o mal, con ilusión. Porque simplemente así tiene que ser, sólo hacía falta que se lo recordaran.

No es cuestión de ganar o perder, sino que alguien, además de ti, crea que puedes ser tú el que tenga el balón para decidirlo.

jueves, 29 de marzo de 2012

Dentro huele a banquillo


Queda partido, una jugada, 1 abajo.

En el banquillo contrario la consigna es clara. Flotar al 27, no le van a dar el balón a él, no van a confiar, aún no ha jugado.

Sus rivales salen al campo derrotados. Si hacen caso a su cabeza, digo entrenador, perderán el partido, su corazón les pide defender a quien lo merece. Pero, ¿cómo no hacer caso?

En el suyo se prepara la jugada.

“Tú te separas para abrir el campo y el resto hacemos cuernos”. Esa, su jugada, la que él sabe, pero aunque esté en la cancha, ahora está más lejos que en el último lugar del banquillo.

Hagan juego, bola en mano. Un pase, ahí no puede ser, defensa, ahí tampoco, otro defensa, se acaba el tiempo. Sólo una opción, para los momentos críticos si es opción, si él falla, ya hay culpable, sino, era su deber. Bola abierta al campo.

Llega, le está llegando, piensa en el tacto, en ese roce de placer con sus manos, esa sensación perfecta, una unión necesaria. El resto va a ser un movimiento mecánico, la bola, si llega, está dentro.

Seguro que gana el partido.


Ahora le debería llegar el balón, agarrarlo con fuerza, dejar volar al primer defensa y un tiro sencillo a tabla, dentro, 1 arriba. Partido ganado, risas, alegría y satisfacción, volver a la cancha como en las películas. Pero esto sigue siendo realidad, no guión escrito para que el que cree merecerlo gane, eso es otro cuento.
Día 145: Provechoso y satisfecho. Ingeniero, muy bien.   (29-Marrzo-2012)

Otro día que cuesta mucho despertar, el despertador es fiel pero muy cruel, no admite ningún tipo de consideración, y menos de minutos, evidentemente.

La llegada ha sido buena y temprana, la espera de los cuatro minutos de rigor, más gente, pero no se puede considerar mucha.

En la puerta, muy poca gente con banderas, cuatro concretamente, y sin decir nada, ni siquiera los buenos días. A lo largo de la mañana algún silbato ha sonado y ese sonido de pólvora que a este “esquirol” tanto le gusta.

Tranquilidad en definitiva (pasando por Leganés)

En lo que al curro se refiere, las cosas de ir rápido que ayer se quedaron a medias, hoy suave, con cuidado, tirando de mucha clase, han salido bien y rápido.

Sólo separa de la finalización hacer el mismo proceso 180 veces y un dibujo.

Pero antes hay 46 cosas  pendientes que mirar, comprobar y poner bien. Vamos que otro tema repetitivo que el correo ha confirmado que es válido, pero además hay que dejarlo bonito.

También se acaba.

La ayuda hace que sólo sean 30 repeticiones y un dibujo. Más bonico que ha quedado, no sólo ha participado el ingeniero pues.

Vamos a ir terminando el día preparando un correo que mejor que sea hoy en vez de mañana.

A última hora, ya rozando límites, aparece Canarias, que va a convertir el día de mañana en divertido.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Salida confianza


Os voy a contar un cuento

Suena el despertador, otro Domingo más, costumbres arraigadas.

En tiempos era una fecha especial, no cuenta con muchas batallas que contar su joven cuerpo, pero si hay honor en esta guerra, ha sido en esa cancha.

Llega, pone buena cara, el rival no está en cancha contraria.

“No nos la líes que te conocemos”.

Sonrisa irónica, le gustaría decir ojala, o un simple y clásico, haré lo que pueda o lo que me dejéis. Pero no, sonríe y calla.

Suenan 3 minutos, su sitio le espera, cruza a cancha contraria, banquillo.

El compromiso de sus compañeros sólo deja a 5 en pista, así demuestran el interés de la semana con su importante equipo; y él, en el banquillo. Ya no mira eso, su sitio está tan lejos.

Un grito fuera de lo común, bronca, golpes, rompe esa canción a la que se está acostumbrando, no sabe ni como van ni lo que queda.

“Tú”, así es el respeto.  “tienes que salir”, como si fuera una desgracia.

Numerosas instrucciones, nervios de entrenador, prisas y nuestro niño aún ni se ha puesto a buscar su camiseta, esa que lleva en la mochila desde hace tanto.

Está saboreando el momento, no vaya a ser el último, no quiere olvidar ningún detalle, como ya hizo.

Esta ya en pista, no queda tanto tiempo.

“¿Qué jugada hacemos?, ¿Qué te ha dicho el mister?”. No responde, hay tiempo muerto, quizá no se fían de él.

Queda partido, una jugada, 1 abajo.

Los cuentos deberían acabar con una jugada maestra del protagonista, pero esto, en su mayoría son historias de las que se aprende, y la victoria perfecta, con final feliz, nada te dice.
Día 144: ¿No querías café?, pues ale, tómate dos tazas.  (28-Marrzo-2012)

Sería muy cierto decir que hoy ha costado  mucho levantarse, demasiado incluso, cosa poco habitual para un miércoles. No es hablar de falta de motivación o falta de ganas. Simplemente, los ojos querían seguir cerrados.

Una vez llegas, te planteas que hoy le toca al ingeniero, algo se olía. La intención era aumentar el número de trails por hora, para en 3 días dejarlo todo casi finiquitado. Buena intención, sólo falta el detalle de que es no se ha tocado para nada.

El correo te indica que otra de las canceladas, adelante. Mejor darse prisa para no perder ningún recurso, desayuno y a ponerse.

Suene el teléfono, es para esto, la cuestión de que las matrices se llenan y hay que cambiarlo, al ritmo de para antes de antes de ayer.

Y eso ha sido la mañana, mucho y bueno, demasiado mucho, no se cuanto bueno.

No es para agradecer, para eso está el ingeniero. Hace su trabajo rápido, brusco y sin clase, pero lo hace bien.

Ha vuelto a ganar el desgraciado, ya lo de las ganas y la motivación lo dejamos para luego.

martes, 27 de marzo de 2012

Días sin importancia


Os voy a contar un cuento

Suena el despertador, otra vez, Domingo a la mañana. Como la semana anterior, y la anterior y la que precede, y el resto de las pasadas. Ya no sabe cuantas van, estuvo tanto tiempo esperando a que volviera a sonar y ahora que suena no encuentra esa ilusión. Mantiene el resto de sus costumbres, ropa perfecta, pero de lo demás, nada.

El resto de días, en la tarde, es importante, en esos días de entrenamiento, de carreras hasta la extenuación, charlas, importante y necesario en los días que no  son importantes y necesarios. Día a día, esfuerzo, dolor y sacrificio para el domingo tener la misma sensación.

Llega con las botas atadas, sus colores no le ven ni se pegan a su piel, no los siente, los deja guardados en la mochila, ya ni se quita el chándal.

Suena el pitido de tres minutos y ya busca su sitio en el fondo del banquillo, el lugar donde olvidan los olvidados.

¿Cómo va el partido?. Sigue sin saberlo y ya hace un tiempo que le da igual.

¿Su equipo?. Sonríe, gana o pierde, pero él sólo forma parte de Lunes a Viernes, cuando el resto no tienen nada que demostrar.

Tiempo muerto, se levanta, oye pero su cabeza escucha música, en ella están tocando las viejas.

Su equipo gana, coge su mochila y se va.

Mañana volverá a entrenar.
Día 143: 2; 2 y 3. Me parece justo. Entretenido. (27-Marzo-2012)

Vuelvo a escribir temprano, antes de entrar, para no perder la inspiración y hacer un comentario.

Hoy debo de ir algo más tarde, en el desierto que provoca las tempranas horas en mi barrio, había coches en movimiento, hasta el punto de no poder cruzar sin esperar.

La llega al metro está algo más concurrida y  no son los dos habituales y dentro del vagón hay más ruido de lo que acostumbre, hay que subir el volumen de la música, no sólo porque la canción sea buena.

Pero hoy tengo excusa, o por lo menos excusa que poner, no se si será buena o mala, pero es mía y  a mí me vale.

Metro perdido, pantallas apagadas, espera para volver indeterminada.

La mañana ha empezado suave, de lectura y demás cosas hasta que llega una hora prudencial en la que hay que ir a desayunar, investigar nueva máquina y vuelve a haber emanens (o como cojones se escriba).

Terminar de documentar y cancelar.

Revisar y está todo correcto.

Proceder a desayunar con mucho hambre y algo que estaba cancelado se descancela y se puede empezar con ello de nuevo.

Un invento el cacharro de los píes, muy rico; y a seguir haciendo cosejas, así suave, tranquilo, con mucha clase.

Martes día 27, no voy a aspirar a ganar, aunque por el momento te estas portando muy bien. A ver que dice el pro y el Madrid.

lunes, 26 de marzo de 2012

Costumbres, que sin jugar, ni pierden ni ganan


Os voy a contar un cuento

Suena el despertador.

Temprano, muy pero que muy pronto. Pero hoy a nuestro niño no le importa, tiene fuerzas para levantarse. Rápido hacia la ducha para desprenderse de los restos de sueño que le puedan quedar, se mira en el espejo y ve una ligera sonrisa.

Ya son muchos los días en los que ese despertador significaba esfuerzo, sacrificio, lágrimas, impotencia y un camino que no se veía terminar, rehabilitación y gimnasio. Pero eso es otro cuento.

Toca ponerse una ropa que estaba cogiendo mucho polvo en el armario y un sano ritual que otros muchos pueden llamar manía o tontería. No recuerda cuando empezó a hacerlo, pero no se le olvida ningún paso, con todo detalle:

"Camiseta interior blanca, impoluta, perfectamente metida dentro del pantalón corto, ese que llega un poco más abajo de las rodillas. Ahora vienen los calcetines, primero el izquierdo, subir fuerte, que quede bien estirado, el primer doblez al tobillo, la goma lo sujeta perfectamente, las líneas de colores quedan dadas la vuelta; lo mismo con el derecho. Viene la camiseta buena, con la que se juega, para cubrirla con otra, preferentemente negra.
El chándal se pone encima, pantalón de corchetes, sudadera ancha. Las zapatillas se meten, pero aún no se abrochan." 
Da igual el frío o el calor, no hay ni más ni menos ropa.

Ahora viene un viaje. Por medio puede estar el coche, el autobús o simplemente el parque, pero tampoco es el cuento, siempre con alguna canción motivante.

Llegar antes, tomar asiento, apretar fuerte los cordones. Un par de saltos y a reconocer el ambiente.

Antes de empezar la carrera, hay unos pantalones que sobran, se van los corchetes. Llega el momento de afinar la puntería, a lo mejor la chaqueta ya no es necesaria.

Pitido. Queda sólo un minuto, se dejan ver los colores. Cuando todo va a empezar, sobra la camiseta interior, su piel tiene que sentir lo que defiende.

Ese ha sido siempre su ritual, lo ha hecho con cuidado, con esmero, lo mejor que ha sabido, como recordaba que se hacía. Pero esta vez hay un pequeño fallo. Tras estar vestido con sus colores, con sus zapatillas bien apretadas dispuestas para la batalla o para la guerra, una frase:

-       “No, de momento no, espera”.

Chaqueta encima, piernas calientes, corazón frío. Así ve el partido.

Se acaba. Por una vez no ha dicho nada. Los partidos eran su vida y en el banquillo era el que más animaba.

Ni una sola palabra.

Después le podrán preguntar si ganaron el partido o no. Realmente no lo va a recordar. Siempre se alegró por su equipo, pero hoy el egoísmo le ha ganado la partida. Le daba igual ganar o perder, sólo quería jugar.

Ha hecho todo bien, como él recordaba. Entra en la convocatoria pero el partido no requiere sus servicios, él no entra en la cancha.

Las canastas se suceden y él no se lleva ningún golpe, a lo mejor su cuerpo no está magullado pero si se siente muy herido. Éste si era su partido.

No necesitaba ni ganar ni perder, sólo jugar.

Se pone el chándal, desata las zapatillas, hay gritos de alegría. Se da la vuelta, vuelve a casa.

Con el tiempo, la derrota le amargará la boca, la victoria endulzará sus labios, pero no hará caso ni a una ni a otra. Hoy ha aprendido que esas dos diosas no sirven de nada, él sólo quería tener la oportunidad de jugar, esa es su victoria más ansiada.

Día 142: Entre la música y el entretenimiento.

A ver si me acuerdo.

Empieza la mañana con las actividades habituales que supone un cambio de turno así, a trasmano.

Mucho sueño, cansancio, mapeo de direcciones, correo y demás cosas con ordenador que va a su ritmo, es decir, lento.

El entretenimiento de ir creando cosas, documentando lo mejor que se puede, rehaciendo mucho.

Se pasa entretenido, y menos mal, que sino los párpados ganan seguro. Viene el desayuno, sigue el entretenimiento, así, lento, suave, tratando de hacerlo con mucha clase, aunque sea con mala cara, seria dicen.

Se viene el final del día, salir mejora, sin duda, ahora, descansar sería un detalle por mi parte, que no se si cumpliré.

viernes, 23 de marzo de 2012

Un diferente trabajo


No sé si es el mejor día para escribir este cuento, pero a lo mejor descargar un poco el rencor sienta bien (el día de la publicación esto no aplicará). Dicen que cuando quemas y explotas cosas, descargas muchas tensiones. Prendamos el boli, quememos el papel.

Os voy a contar un cuento
Vamos a ir a clase, la señorita va a poner un trabajo para clase. Lo pueden hacer por parejas o cada uno sólo. Se supone que es mucho trabajo para un solo niño, pero no le importa, exige el trabajo completo, sea quien sea quien lo haga.

El trabajo es sencillo, elegir unas figuras, recortarlas y pensar una historia. Cumplido ese punto, pedir supervisión y, si la señorita da vía libre, hacer la historia para finalmente representarla a toda la clase el día final.


  -       “¿Lo hacemos juntos?”

  -       “¿Por qué no?”.  Piensa y contesta nuestro niño. Se llevan bien. Saben (o mejor dicho, creen) como trabaja, y sus ideas no tienen por qué chocar, y en ese caso, hablando se entiende la gente.

A lo mejor empiezan los problemas en el momento en que uno prefiere pensar algo original y el otro piensa que lo mejor es ver una idea que funciona y hacer algo parecido. Diferentes puntos de vista, son niños, aún no han decidido quién quiere ser ingeniero y quién artista.

Pero bueno, se ponen a pensar, quizá pierden demasiado tiempo, alguna que otra tarde, en vez de estar en el parque disfrutando con el resto de los niños.

Salen ideas, dispares por supuesto, pero por el momento, hablando se entiende la gente.
Elegidas las piezas y parece que ya hay historia, y también parece que puede llegar a buen puerto, por lo menos ha pasado la criba. Ahora sólo queda poder juntarse a juntarlo.

Un día cualquiera (por poner un día), a una de la pareja se le olvida recoger las figuras, es lo que tienen las prisas y querer participar en todo aunque sea sólo para estar, y el otro (creo que sería nuestro niño) recoge todo (las dos copias de todo lo que tenían hasta ese día) como hace con todos los trabajos.

Hay que seguir trabajando, a ver si puede ser mañana. Mañana de espera, también hay otras ocupaciones, pues a ver si al día siguiente, el cansancio hace mella, probemos con otro, es que tengo que hacer… (bueno da igual, quizás otro día).
-       “¿Quedamos mañana?”

-       No puedo, tengo que ir a recoger unas cosas al parque
-       “Ah, ¿y no puedes ir otro día? Me parece una tontería que por ir al parque no cumplas tu palabra de quedar para hacer esto”

-       No es cuestión de que sea una tontería lo que tengo que hacer, es que es algo que yo tengo que hacer

-       “Pues me parece fatal, menudo compañero”
-       “¿Y el resto de días en que sí podía?

Esos días no suelen importar y se olvidan, puesto que mientras uno espera otra sigue con sus cosas importantes. Cuestión de diferentes puntos de vista.

-       “Oye, que como es imposible que quedemos, mejor hacerlo por separado”
-       Vale, no pasa nada”. Es un niño, aún no le importan esas cosas, mejor no discutir por cosas que no tienen discusión.

-       “Y he perdido (nuestro niño diría que se te ha olvidado cogerlo) las figuras, ¿me las puedes pasar?”

-       “Claro, aquí están”

-       Quizás aquí iba un Gracias, pero nuestro niño no alcanzó a escucharlo, tendría la música muy alta.

Cada cual con su camino, sin diferentes puntos de vista, sin discusiones, con tiempo para hacer todo.

Mal ambiente.

Pasa el tiempo, se acerca la fecha de la entrega. Nuestro niño ha perdido la poca ilusión que le quedaba por el trabajo, pero como le han enseñado: si hay algo que hacer, hazlo lo mejor que sepas aunque no te guste, unas veces disfrutarás y otras, simplemente, cubrirás el expediente pero, puestos a cubrirlo, que sea con nota.

Un día, sin esperarlo, recibe la siguiente sorpresa.
-       “¿Así es como te portas? Escondiéndome información para quedar por encima mía, para que no pueda hacer el trabajo, porque, claro, ahora no me da tiempo sin tenerlo todo”

-       “¿Cómo?”

-       “No te hagas el tonto, lo sabes perfectamente, no me has dado todo lo que había, yo recuerdo que había mucho más”
-       “¿Cómo?"

-       “Pero, claro, vas muy de buenas y luego mira”
-       Te estás equivocando, toma mi trabajo entero, y mira si hay algo que hacer. Es más, quédate con él, que ya hago yo otro

-       “No me equivoco, aquí faltan cosas, pero da igual, ya veremos en la presentación cómo lo haces y si tengo que decir algo”

Viene el silencio, nuestro niño prefiere marcharse, no hay que dar tanto espectáculo, el público no se lo merece.
Llega el día, nuestro niño sale, tiene una bonita historia que contar, así se lo han dicho. Va, la cuenta, se vuelve a su sitio, la gente aplaude.
Él si se queda, mientras llegan a presentar otras cosas, justo tarde, lo ve, no aplaude, pero no por rencor, no aplaude como tampoco lo hace el resto de la clase.

No recuerda ni la nota de ese trabajo, no recuerda ni siquiera el trabajo, sólo recuerda que se arrepiente de muchas cosas que dijo, no por decirlas, sino por haber perdido el tiempo que le llevo a decirlas.
Dia 141: Cuando el tiempo va en avance lento... Buen día. (23-Marzo-2012)

Normalmente esto se escribe después, en el bontito paseo a casa en metro, con tiempo para publicar. Pero dejemos que hoy es día especial, de esos que merecen la pena saltarse las costumbres.

La mañana, pues como esas mañanas de pocas horas de sueño y despertador sonando puntual a su cita.

Desayuno, parece que las cosas empiezan a funcionar justo el día que las ganas no se han pasado por aquí, cosas de Viernes.

Pero bueno, poco a poco se va sacando algo. Se viene viniendo el hambre, desayuno de libro, aunque un poco tarde.

Otras creaciones por allí, y los correos van echando el resto de la mañana.

Los cambios de turno van a ser divertidos.

Gracias a quien corresponda

jueves, 22 de marzo de 2012

Días de lluvia


Os voy a contar un cuento

¿Puede haber algo peor que un día de lluvia para los niños del parque?

Sí, que ese día, justo ese día y no otro, sea el del torneo de chapas. Con el circuito nuevo, ese que es tan bueno y tan bonito.

En tiempo, los días de lluvia eran malos, ya que no sólo implicaba no jugar, sino tener que pasar todas las tardes mirando por la ventana, sin más sonido que una gota tras otra.

Las tormentas son divertidas desde el sofá, pero no en días importantes, en esos en que hay algo que hacer. Son un buen entretenimiento, pero sólo en el caso de que no haya otra cosa que hacer.

Y suponían no sólo echar a perder la tarde, sino también el torneo, los circuitos, todo. Cuando dejaba de llover tocaba volver a empezar. Hay cosas que son irrepetibles y que, por mucho que se hagan, nunca salen como la vez que tenían que salir.

Pero eso ya no es un problema. En su parque un día alguien pensó en poner una especie de caseta, más bien un tejadillo. Ahí es donde se hacen los circuitos, las buenas ideas hay que aprovecharlas. No se puede jugar porque no entra todo el mundo, sólo cubren los circuitos, pero se mantienen.

Para evitar problemas, también se tapa con una lona, lo bueno y lo bonito hay que tratar de cuidarlo con los mejores medios.

Los niños no están preocupados, pasan la tarde tranquilos sin miedo a perderlo todo. Son niños, esa incertidumbre no es buena para su corta edad.

Está nuestro niño en casa pues, y le da por mirar por la ventana, curiosidades que pasan.

Se queda helado, no puede creer lo que está pasando. Un perro, ese perro que debería estar en el otro lado del parque en esa jaula que se hizo hace tiempo y que tanto molestaba pero que iba a solucionar tantos problemas, está rompiendo la lona, el circuito y todo lo que significa.

No se lo puede creer, no entiende. Rabia, impotencia. ¿Qué hacer? Salir corriendo, el daño ya está hecho e implicaría castigo.

Ve a la dueña acercarse al maldito perro, espera reprimenda, por lo menos que diga algo. Mientras, el perro está utilizando lo que antes era un circuito como baño.

Llega al lado, mira hacia los lados, saca una bolsa de la mano, vuelve a mirar, coge la correa, ata a su perro y se va.

No ha pasado nada, nadie ha visto nada.
No lo entiende.

La tarde siguiente no habrá torneo y no será capaz de volver a hacer el mismo circuito, no porque no sea capaz, sino porque no va a encontrar el motivo.

Luchas contra todo para que luego se rompa por no acatar las normas, y él desde la ventana.

No le parece justo.
Día 140: Cuando la tarde se va de las manos. Grandes visitas. (22-Marzo-2012)

La tarde empieza con el cambio de cuadrante que parece que al principio no modifica nada pero que poco a poco se va descubriendo que todo cambia y cambiará.

Después se va viendo como entrar por las tierras manchegas para conectar con la playa (curioso cuanto menos, me cabo de dar cuenta de que esto es gracioso)

Se vienen las visitas y está muy bonito. Risas como las de antes, gente pasándolo bien sin ordenador delante.

A partir de ahí, redecoración y animaladas.

Ordenador nos vemos en un rato

Cuarta tarea


Os voy a contar un cuento.

“Los lápices que se han quedado apartados son responsabilidad de otro niño, quien los saca punta y se los vuelve a dar al encargado de guardarlos.”

Es la parte del proceso que no se puede planificar, hay algunos supuestos que hacen que esta sea la tarea improvisada:

1)     Habrá días que todos los lápices estén correctos, no sea necesario hacer nada y una vez estando todos comprobados, se podrá marchar con el trabajo bien hecho y sin haber tenido que hacer nada.
2)     En cambio, otros días se le acumulara el trabajo, y tendrá que repetir la misma operación muchas veces. Coger lápiz - sacar punta - dejar lápiz. Así, tan monótono como sea necesario.

En este caso, no hay ni serie ni paralelo, dos manos un sacapuntas. Conviene no ir muy rápido, no se vaya a afilar demasiado la punta y se rompa y haya que perder el doble de tiempo con el lápiz. Haciendo las cosas con su debida velocidad, todos los lápices quedaran bien.

Si se acumulan muchos lápices, existen más sacapuntas, pero eso ya es labor de los demás niños el querer participar o no. A los que no les incumba la tarea para realizar la suya, a lo mejor, egoístamente, se marchan. A los que si está tarea se acaba rápido ellos terminarán antes, a lo mejor, egoístamente, les conviene intervenir.

En su mano está elegir cómo entrega los lápices, si de golpe o uno a uno, dependiendo de su malicia o compañerismo, esa decisión la debe tomar. A lo mejor se ve influenciado por cómo los está recibiendo él, por la cantidad, las manos amigas o enemigas, pero eso ya queda en la conciencia de cada niño.

Una vez termina su trabajo, se puede marchar. Tanto si no ha tenido ni que empezar, como si ha tenido que afilar todos y cada uno de los lápices.

Otra cosa es que pensemos que el niño que termina de afilar los lápices, se quede a ayudar en alguna de las tareas (ayudar, no que el resto se aprovechen de su buena voluntad para no hacerlas ellos, así no aprenderían, aunque algunos consideren en esa actitud una virtud y un mérito).

Nuestro niño lo haría lo mejor que pueda o que le dejen. Seguro que cometería fallos, pero los guardaría en el rincón de las enseñanzas para no volver a hacerlo, y pondría atención en cómo lo hacen los otros, no para criticarlos, sino para aprender de ellos.

Y hasta aquí la descripción de las tareas, volveré a este cuento asiduamente para plantear situaciones y enseñanzas, cosas que le pasan a nuestro niño, pero lleva demasiados días hablando de escuela, y donde un niño se divierte de verdad (para bien o para mal) es en el parque. 
Día 139: Reposando la tranquilidad con sueño y meriendas. (21-Marzo-2012)

Hoy tengo poco sitio, tampoco importa, no me hace falta mucho más, estoy hasta ocupando líneas con estas palabras.

Cancelando unas cosas y se viene uno de esos trabajos suaves, bien estudiados, que se agradecen. Con tranquilidad y buena letra se va a ir sacando.

Merienda de tintos y montaditos y comienza la espera deportiva, que es mejor no comentar.

miércoles, 21 de marzo de 2012

En el día de la poesía



Pídeme que te diga algo bonito
Te quiero
Pídeme que te diga algo feo
Te quiero
Pídeme que te diga algo sincero
Te quiero
Pídeme que te diga algo falso
Te quiero
Pídeme que te diga algo cariñoso
Te quiero
Pídeme que te diga algo cruel
Te quiero
Pídeme lo que quieras
Que yo es a ti a quien quiero




pum pum
comienza el ruido
que maravilla
pum pum
empiezan las luces
todo se ilumina
pum pum
y yo aqui sentado
tras la ventana
pum pum
pum pum
puuuuum
todo se acaba





¿sabe de qué se le acusa?,
de creer en mi,
¿sabe quien le acusa?,
el mundo,
¿conoce por qué se le acusa?,
porque el mundo no cree en el
¿como se declara?,
CULPABLE,
¿conoce cual es su pena?,
defraudarme.


Si mi arte fuera la escritura,
escritor sería.
Si las rimas me acompañaran,
poeta sería.
Si el pincel fuese mi amigo,
pintor sería.
Si la voz fuera mi don,
cantante sería.
Pero yo solo sé amarte,
entonces,
¿qué sería?

Una de obras buenas


Os voy a contar un cuento

Ruido, máquinas, obreros, gente desconocida y que molesta.

Son aceptados en el parque, porque no queda otra y, además, se supone que van a mejorar ese lugar.

Con lo que están haciendo van a permitir que los niños jueguen tranquilos, dejen sus cosas tranquilas y que ningún perro se interponga en sus tardes salvo que ellos quieran.

Un cartel: Próximamente parque canino.

Idea molesta en su ejecución, beneficiosa al final.

Tocan unos días, quizás demasiados, en los que el ruido va a molestar mucho, las máquinas van a impedir los partidos y el balón se tiene que quedar en casa.

Mucho niños, el nuestro incluído, no entienden nada, aún son jóvenes. No ven la ventaja que tiene a veces no poder hacer lo que a uno le divierte, no comprenden que para mejorar, a veces, deben esperar y dejar de jugar.

Son niños, qué le vamos a hacer, quieren jugar hoy sin esperar a mañana, de hecho, desconocen el mañana, les importa este momento y disfrutarlo. A lo mejor ellos no han olvidado que cada momento es necesario y que si no se disfruta no merece la pena.

Aún no han crecido y la vida no les ha dicho nada.

Y siguen los obreros haciendo ruido, algunos niños ya se han acostumbrado, otros han dejado de venir por miedo (no el suyo), otros se entretienen viendo las máquinas y sueñan con usar algún día una de esas.

En los próximos días, habrá muchos juguetes de obras emulando a sus nuevos héroes.

Otros, como nuestro niño, simplemente esperan.

Va a ser para mejor, ya no va a haber lágrimas ni desesperación cuando un perro se acerque, ya no van a destrozar su diversión, no la van a impedir.

Los dueños llevarán a los suyos al parque para ellos, bien atados. Ahí los perros podrán disfrutar de las risas de los niños, sin impedirlas.

Si es para bien, bien merece la pena aguantar un poco de las obras, dejar de jugar, para después jugar más.

Le parece justo.
Día 138: La primera en minúscula y las siguientes en grande.  (20-Marzo-2012)

La tarde ha empezado un poco pronto, el café o derivados ya estaba tomado a la hora que se suele plantear tomarlo.

Canarias espera.

Preparar una presentación divertida con cosas “Asín de grandes”, y luego retocarla y seguir retocando mientras los puñales vuelan, pero yo, punto en boca. Ver, oir y callar (esto ha quedado serio y feo y la verdad es que ha sido de buen rollo y divertido).

No llega la hora de merendar y hay mucha, no, más hambre.

Por fin bajar y estar el tiempo que sea necesario entre llamadas y patatas.

Último repaso al estudio y tratar de acentuar las palabras (esto es curioso y gracioso a la par).

Siqueira mete dos goles , se comprueban las últimas comprobaciones y se reportan las horas bien reportadas.

Para conjugar la tarde, las sensaciones de lunes y las realidades de Martes, hoy ha sido buen día.

Enhorabuena ingeniero, lo has vuelto a hacer, como siempre, eres mejor que el otro.

martes, 20 de marzo de 2012

Luces en el cielo


Noche.

No se puede decir que cerrada, no sería cierto, no hay ninguna nube, o sí. Pero está muy oscuro, la Luna hoy ha decidido quedarse en casa y las estrellas, esas que no fallan, no se presentan en el cielo. Será la intensa luz de la ciudad, el humo, el polvo, serán los ojos de nuestro pequeño.

Noche oscura, de esas que deberían dar miedo.

Unos ruidos comienzan a escucharse. "¿Estoy dormido?" sería la primera pregunta a hacerse. Sabe perfectamente la respuesta. No, no estás dormido, es otra noche de esas que el sueño no aparece por la puerta y, por alguna razón, ha decidido salirse al parque.

Esos ruidos a lo lejos, le traen recuerdos. En su corta vida no ha tenido la oportunidad de almacenar muchos pero, los pocos que tiene, los disfruta. Los revive, vuelve a ese lugar. Suele hacerlo así.

Quizás no debería.

Aún es joven y utiliza sus recuerdos de forma desordenada e indiscriminada. Cualquier momento es bueno, cualquiera vale, sólo es cuestión de cerrar los ojos.

Los cierra, quiere comenzar el viaje.

En este momento se asusta, no le viene nada a la cabeza. Cierra y abre los ojos, aprieta con fuerza, insistente, más y más fuerte. Ni siquiera aparecen esas lucecitas de esfuerzo. Nada.

Absolutamente nada.

Su cabeza está vacía, no entiende nada.

Si lo está escuchando de fondo, ¿cómo no es capaz de ir a ese lugar, de volver a recordarlo, de llegar?. Simplemente su cabeza no quiere, ya empieza la lucha.

O está intentando avisar de que no debe, no es lo mejor.

Nervioso, muy nervioso, seguro que prefería despertarse, este pánico no lo reconoce. ¿Por qué no quiere?, ¿por qué no puede?, ¿por qué no debe? ¿Por qué esta noche no debe?

Preguntas que no son con respuesta. No, aún no.

Se levanta del banco, se coloca la capucha, vuelve a su casa.

Hoy no hace calor, no hay tanta gente, ni siquiera con la que no quiere encontrarse. No hay llamas, no hay ruido, nada, simplemente nada.

No, hoy no hay luces en el cielo.


Se mete en la cama.

Sus sueños o pesadillas harán el resto.

Es el momento de que su cabeza le recuerde que por recordar pierde si se queda en el recuerdo, por muy bueno que sea.

Curioso, curioso cuanto menos, todo el esfuerzo hecho para quemarlo en un momento.

Buen ejemplo.

Hace frío, pero no más que el que pueden dejar las llamas.

lunes, 19 de marzo de 2012

Rafa, Alonso, Madrid, Deporte, Pro, bar y sigue el partido


Se puede situar el comienzo del día hace más de 24 horas, pongamos que las 21 horas de la tarde/noche del sábado. Hora en la que se supone que va a empezar el Nadal – Federer. (Mejor habría que decir, Don Rafael Nadal Parera contra el Caballero suizo Roger Federer).

Viene la lluvia y se retrasa el partido. Acaba la exhibición del Rayo y sigue lloviendo.  La espera se hace entretenida y hay buen juego.

A eso de la 1:30 largas, comienza el partido. 3-0 para el suizo sin casi empezar, remontada a 3-3 de manacorí en el siguiente suspiro.

Duelo en todo lo alto, puro espectáculo, pero ganar a Roger en estado puro, contra el viento, ayer, estaba incluso fuera del alcance de Nadal.

Aún así, gran partido. Tenis puro, sin caretas ni jugarretas, dos raquetas a palo limpio.

Como comenté, caer así, contra ese caballero en ese nivel, no me puede parecer una derrota.

Se acaba el tenis, a lo mejor conviene dormir un rato, son las 3:30.

6:30 de la mañana, un despertador que suena, se empieza a escuchar el rugir de los motores, el madrugón no duele. Las apuestas en contra, sale en el puesto 12.

Es obligatorio el soltar el primer Grande Nano de la temporada. Salida perfecta, conducción por encima de un coche que no tira, y una gran carrera. Muy igualada, con emoción, entretenida.

Pensabas que iba a ser un coñazo, muchos esperan decirte, y para esto madrugas, me la pela, he disfrutado y eso no se compensa con ninguna hora de sueño. Cuando viene la magia, bien vale ese maldito sonido.

La cama vuelve a esperar, son casi las 9.

Los vecinos se ponen de  acuerdo para aspirar y chillar a partes iguales, mejor no llevarles la contraria, no llegan a dar las 12.

Compaginar Castilla y canasta. Dos partidos controlados que rompen de manera diferente, uno se complica y empata, en el otro, Carroll hace el resto.

La cabra tira al monte.

Comienza el pro, y vienen recuerdos de cuando Rooney las ponía en la escuadra, pero se pierde. Pato se pone muy bruto, pero no acierta con la jugada que si mete Ballotelli. Un Villarreal con Rossi con la flecha morada no va a llegar a buen puerto, saliditas sigue haciendo de las suyas a pesar de la magia del 8. Y parece que el único que está fino es uno que va de blanco. Henry no es el que se recordaba.

Se viene el Madrid, vuelta al bar con previo agradecido y entretenido.

El Madrid creo que ha hecho buen partido, no voy a hablar del tío del pito, porque en directo a mi no me ha parecido lo que ahora los oportunistas de turno quieren sacar.

Cristiano, con toda su chulería y sus cosas ha hecho buen partido y gran jugada para que el “sin sangre” marcara.

Por momentos he visto al Kaká que recordaba, ero Willy se ha empeñado en que el partido muriera, y al final, pues Cazoleta te la clava y no le puedes decir nada.

No me sale encabronarme con el resultado contra el Málaga, me gusta su entrenador, su extremo, su media punta y su delantero.

No ha podido ser,  el miércoles hay otro partido.

Ahora leo comentarios que dicen que la culpa la tiene el 11, y me entran ganas de reventar cabezas.

Mañana no va a sonar el despertador, ya está apagado. No voy a ver el partido desterrado, no se si lo televisan.

Despertaré cuando pida el cuerpo, con ganas de alegrar y arreglar el mundo, porque simplemente; aunque no se entienda ni comprenda; me parece justo.

Dormiré más horas de las que estaré despierto, comienza el ahorro de energía, se viene buen objetivo.

sábado, 17 de marzo de 2012

Aunque tu me necesites, yo ya no te quiero


24 de May de 2010, a las 23:47
Voy a intentar no mentarte, así quizás te tiente lo suficiente (y eso que muchos dicen que no es bueno tentarte).
Hay una cosa que tengo bien clara, y que no me importa decirte a la cara. Tienes demasiada buena fama, la gente confía demasiado en ti, se quita sus méritos para dártelos a ti, sin ningún esfuerzo eres alabada.
Y eso que no saben, que lo poco que nos has podido dar en algún momento, te lo cobras con creces, sin pedírtelo dices aparecer, y cuando se te pide evidentemente te escondes. Haces muy mal al mundo, haces creerles que su esfuerzo sin ti, no vale la pena. Que por mucho que hagan, si tú no apareces no se conseguirá nada.
Pues yo te digo una cosa, desde el punto de vista de alguien que sabe que en momentos quizá si que pudiste ayudarme, pero que sin duda, aun muchas me debes. Cuando alguien te nombra, yo me mostrare disconforme, cuando alguien confía en ti, yo les diré que se olviden y que confíen en ellos, cuando alguien me pida que te desee, prefiero abstenerme.
Prefiero confiar en mí, prefiero luchar y pelear por mí, prefiero no conseguirlo a debértelo, prefiero quedarme en la orilla que “disfrutar” de tu compañía.
Y aunque he empezado con la intención de no mentarte, no voy a ser capaz, y tampoco te pido perdón por ello.
SUERTE TE DESEO SUERTE, siempre te deseo a mis enemigos.

Otra madrugada


6 de May de 2010, a la 01:13


Miro el reloj

Madrugada

Que hago despierto

La bombilla 

En penumbra 

Me acompaña

Me pongo a pensar

El arte viene a mi
Arte que por no tener papel

Desaprovecho

Arte que me hará pasar
Del dicho al hecho

Cuantas veces me repito
Cuantas me suplico

Espabila y anda
Mi cabeza calma

Vuelvo a dormir

Pero ya mi alma

No puede salir

De este laberinto

En el que se ha metido

Que aun no ha asumido

Su esperanza ha corrompido

Y ya nunca dormiré tranquilo
Bueno ya termino

Otro sueño queda en el olvido

Maldito pitido

Despierto

La pesadilla comienza