25 de Ago de 2010, a las 15:50
Cuando llevas un tiempo al otro lado de la cal, de la línea, de la raya, o para que nos entendamos, en el ultimo asiento de la ultima fila del banquillo, tienes demasiado tiempo para pensar.
Piensas porque estas allí, porque no cuentas, porque eres el ultimo y como has llegado hasta allí.
La cabeza tiene sus cosas malas, te auto culpas, te vienes abajo, culpas al resto del mundo, te separas te vas fuera de el, piensas que quizás no eras tan bueno, que solo fue un momento de gloria, o simplemente estas ahí por no esforzarte lo suficiente y alguien que ha seguido luchando te ha quitado el sitio.
Da igual el motivo por el que hayas llegado, es totalmente indiferente. En ese momento, la cabeza la debes desconectar y centrarte en una sola cosa, VOLVER. Sabes como hacerlo, lo has hecho mas veces, el cuerpo quieras que no va a responder, es solo cuestión de esfuerzo entrega sacrificio y soledad, esos momentos de diván propio, en los que encuentras la respuesta.
Y esa respuesta no es otra que la que siempre has tenido delante, da igual ganar o no hacerlo, lo importante es estar jugando, y cuando no juegas esa es tu derrota.
No hay culpables, no hay victimas, no hay bueno ni malos, solo hay jugadores jugando, y la memoria te ha de alcanzar para recordar, que en lo de jugar, no eras nada malo, te divertías y era un buen motivo para seguir adelante.
Como el soldado, el jugador no pierde en el campo, pierde cuando no quiere volver a el. Y su naturaleza le obliga a seguir jugando. Es lo único y lo mejor que sabe hacer, y eso, no se le daba tan mal.
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