martes, 27 de marzo de 2012

Días sin importancia


Os voy a contar un cuento

Suena el despertador, otra vez, Domingo a la mañana. Como la semana anterior, y la anterior y la que precede, y el resto de las pasadas. Ya no sabe cuantas van, estuvo tanto tiempo esperando a que volviera a sonar y ahora que suena no encuentra esa ilusión. Mantiene el resto de sus costumbres, ropa perfecta, pero de lo demás, nada.

El resto de días, en la tarde, es importante, en esos días de entrenamiento, de carreras hasta la extenuación, charlas, importante y necesario en los días que no  son importantes y necesarios. Día a día, esfuerzo, dolor y sacrificio para el domingo tener la misma sensación.

Llega con las botas atadas, sus colores no le ven ni se pegan a su piel, no los siente, los deja guardados en la mochila, ya ni se quita el chándal.

Suena el pitido de tres minutos y ya busca su sitio en el fondo del banquillo, el lugar donde olvidan los olvidados.

¿Cómo va el partido?. Sigue sin saberlo y ya hace un tiempo que le da igual.

¿Su equipo?. Sonríe, gana o pierde, pero él sólo forma parte de Lunes a Viernes, cuando el resto no tienen nada que demostrar.

Tiempo muerto, se levanta, oye pero su cabeza escucha música, en ella están tocando las viejas.

Su equipo gana, coge su mochila y se va.

Mañana volverá a entrenar.

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