sábado, 10 de marzo de 2012

Esta semana se acaba hoy


Si, está semana se acaba aquí, se tiene que acabar. No hace falta decir que ha sido una semana dura, tremendamente complicada y no puede existir un día más, mañana ya es otra semana.

El Lunes un buen amigo que se debate entre Extremadura y Corea, en uno de esos mensajes que nos cruzamos, me pregunto qué como me trataba la vida. Ciertamente pensé en contestarle en ese mismo momento, para decirle que todo iba bien, que en el trabajo seguía disfrutando, que estaba recuperando el nivel social y poniéndolo en niveles que él conoce y que incluso había vuelto a escribir alguna cosa bonita, vamos, que estaba con ganas de afrontar y disfrutar una nueva semana.

Pero se me paso contestarle ese día, y lo hice un poco más adelante, y no, no pudieron ser los mismos términos.

Ahora estoy delante del ordenador, es Sábado, hay fútbol en la tele y me he dormido la primera hora de tiempo de juego, y he decidido que esta semana no puede tener un día más.

Esta semana ha sido un claro ejemplo de pelear contra todo para nada, de intentar ver los buenos motivos de algo, de buscar un resquicio por donde salir de la grieta y tirar para arriba, de que cuando subes y estas por salir, más problemas (nuevos o recordados) se encargan de evitar dar con tus huesos en la superficie, para que golpeen nuevamente contra el suelo.

Realmente ha sido un ejemplo de superación, el simple hecho de levantarse todos los días o buscar (o que alguien te haga ver) un momento de sonrisa, ha sido todo un logro, algo digno de alabar, motivos para creer.

Pero golpe tras golpe tras golpe y podría seguir así, dejan sin fuerzas y muy magullado un cuerpo que le ha vuelto tocar crecer sin que nadie se lo preguntara.

El Lunes llegue con mucha ilusión al trabajo, con el sueño de las mañanas pero con fuerzas. Este Lunes voy a llamar al ingeniero, ese que curra y no tiene sentimientos, una máquina perfecta.

Cuando llegue, voy a echar de menos las risas de fondo, las conversaciones por cualquier cosa, “pelear” por el sitio bueno, tener prisa para coger el metro, un comentario que corresponda. En definitiva, voy a echar de menos a 7 compañeros, se dice pronto, 7.

No se si esta semana había que pasar alguna prueba, pero sin duda, yo la he perdido, ya hoy no hay más que añadir, que se acabe esta semana. Aunque no pueda evitar pensar en estos momentos (a lo mejor debería dejar de hacer eso de pensar, pero bueno, para eso viene el ingeniero) que ha sido una semana muy complicada, y se avecina otra que va a ser muy larga, hilo musical conocido.

Llego al último párrafo sin saber muy bien lo que está puesto, es de esos momentos que toca escribir sin más, necesidades del cuerpo, me salió el otro día una frase que decía,: “No saber si triste o feliz, ilusionado o desaminado, días que te hacen más máquina y más humano”.

Pues eso, voy pidiendo perdón, que llega el momento de que venga el ingeniero, con sus borderías, su falta de tacto, sus pocas palabras, vamos, sin sentimientos.

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