jueves, 8 de marzo de 2012

Mujeres y malos días


Sin duda hoy habría que empezar escribiendo de las mujeres; de una o de muchas; tiraría de frase que llevo escuchando mucho esta semana “toda mujer merece un buen poeta” (viejos sabios dixit).

Pero, como ya he puesto, me parece feo (bastante o muy) dedicar un solo día a lo mejor que existe en esto que llamamos mundo.

Ten un mal día, que con una palabra o con una sonrisa se te habrá olvidado.

Habría que seguir tratando de explicar los vuelos de las moscas. No, no van buenos días, seguro que podría hablar incluso de malos días. Esos en que te sorprendes, te decepcionas, estas intranquilo e incluso llegas a decir desanimado, eso es así, lo quiera entender o no quien sea que opine.

Pero, estos días te demuestran una cosa, no siempre, ni siquiera la mayor parte de ellos son  buenos, divertidos o cualquier adjetivo positivo que pueda pasarse por la cabeza de alguien que domine este lenguaje.

NO.

Y así debe ser, lo fácil parece divertido pero no tiene mérito, una carrera sin obstáculos, un partido sin rival, se gana fácil pero no se compite, ni se esfuerza o sufre por ello.

Deja un sabor de boca, pero ¿Cómo asegurar que es bueno?

Aunque días como estos no son deseables, son necesarios.

Si ayer no hubiera estado jodido hoy no estaría orgullos de estar pelando por salir.

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