Metro perdido,
bien, muy rico.
Y mira que
entrando pintaba decente, con buenas y finales noticias y esas cosas.
Sentarse, recoger
las cosas del sitio y a mirar historias.
Pocas palabras,
milagros los justos y esa sensación de mucho para nada.
Mejor que suene
la música que hay que detectar errores y tirar de trabajo farragoso (no lo he
dicho yo).
Merendar en el sitio,
casi mear también en él pero me parecería feo
marcar así el territorio.
El ingeniero se
encarga del resto.
El siempre ha
sido el mejor
Ya viene el
metro.
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