Os voy a contar un cuento.
Hora de jugar en clase.
Ese momento en que todos los niños se disponen a
disfrutar de los juguetes.
Hay todo tipo de juguetes, quedan fuera los balones, las
pelotas, los rastrillos y las palas. Todo aquello que implica calle y parque no
está contemplado, ahora toca jugar bajo el techo.
Los niños y las niñas salen corriendo desaforadamente, no
hay ley, no hay reglas. Dan igual las indicaciones de la profesora, no existe
el sentido común.
Y más aún en esos días en los que se han renovado los juguetes,
esos en los que hay alguno nuevo que todos desean. ¿Se van a divertir con
ellos?, ¿realmente les apetece ese juguete?. Qué más da, lo importante es que
no lo tenga otro, lo importante es decir al resto de sus compañeros de clase
(que no tiene por qué considerarse como amigos) que son ellos, y no otros,
ellos, los que tienen ese juguete.
Aunque, hasta ese momento, ni se hayan planteado el
querer jugar, aunque sus frases previas sean de negación, de otras intenciones
en el juego, ¿qué más da una palabra dada si es sólo propia y no coincide con
la ajena?.
Y ahí va la manada desbocada, arrasa con los juguetes,
dicen que disfrutan, ponen buena cara. ¿Era lo que querían?, no, pero ¿desde
cuándo eso es lo importante?.
Y ahora estaréis preguntándoos, vosotros, lectores:
¿En estos cuentos no se contaban las andanzas de un niño?.
Pues sí, ese niño que no ha salido en desbandada hacia
los juguetes, que nunca le ha importado el ¿con qué?, sino el ¿con quién?. Que
juega por el mero hecho de jugar, como ha hecho siempre, como siempre hará.
Se acaba la hora de los juegos. El resto de niños se van
a sus cosas, nuestro niño recoge sus juguetes, ve como los del resto, esos tan
bonitos y tan apetecibles, muestran las represalias del mal uso.
Recoge sus juguetes, recoge el resto, arregla todo
aquello que haya que arreglar, los deja en su sitio.
Mañana el resto de los niños los encontrará en su sitio,
en perfecto estado, volverán a jugar con lo que quieran y no se harán más
preguntas.
Cierra la puerta, apaga las luces, se hacen las sombras,
su mejor sitio.
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