Día 232: Mitad y mitad.
Vuelvo a escribir de buena mañana. He perdido el metro, que
estoy sano pero no es plan de forzar corriendo a estas horas. La estación está
bastante desierta y es un adjetivo totalmente acertado. No hay nadie, hace
calor, falta la arena, los oasis y las
visiones.
Suena el metro, poca espera, mucha frecuencia. Es el del
otro andén; sigo con mis palabras pues.
Es Martes (que esto de poner el día me viene después bien
para cuadrar calendario). Anoche la luz se apagó realmente temprano para mis
costumbres pero ni por esas, a estas horas, pega el sueño a rabiar; pero es lo
que hay. Ya con Coca-Cola en el cuerpo, no se si eficiente, pero si
refrescante.
Ya si viene el mío, a vi hoy tiene puesto el aire.
No parece, tampoco hace el calor de fuera pero parece que el
modo ahorro está imperando. De todas maneras no descarto que a la vuelta,
cuando retome estas líneas, me queje amargamente del frio.
Hoy el metro va más suave, otro público, pocas caras de
sueño; por el número de usuarios. Habitantes de metro de tempraneo, ansiosos de
horas de sueño pero no con dirección a la cama. Voy a jugar un rato, en unas
ocho horas os cuento como ha salido el día.
Sin calor, buufff.
Tampoco puedo contar mucho de la mañana. Hasta el desayuno
se hacen cosas, van saliendo, van cuadrando. Después día de Agosto, a la espera
de acontecimientos.
No ha hecho frío.
Viene el metro, a jugar un poco.
Releyendo y
comparando:
Tengo frase para este día: “de libro”, seguro que la he
repetido mucho. También han salido fórmulas y sigo madrugando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario