Hola Abuela
¿Qué tal estas?. ¿Cómo va la cosa?. Esto es lo que hubiera
dicho al llamar.
Te escribo porque hace mucho tiempo, así como dos años, que
no hablamos. Lo siento. Se que estoy muy liado, pero debería haber sacado un
rato para contarte como van las cosas, como me está tratando la vida, para
preguntarte que tal por allí y para decirte cuando voy a verte. Lo siento mucho
de verdad.
Seguir recordando y copiando lo que escribí hace dos
años y repetí al siguiente no sería
justo, te mereces mejores palabras, mejores recuerdos, aunque no se si los
tengo. Lo siento.
Si te digo la verdad, no tengo muy claro por donde empezar a
contarte. En este año que ha pasado sin decirte nada han pasado alguna que otra
cosa digna de mención. Unas cuantas ya se han consumado y en otras estoy
trabajando con toda la ilusión que puedo o que me dejan.
Como siempre te digo, de creer en las cosas que nunca hemos
creído estarías viéndolo y seguro que en muchas de ellas te alegrarías y en las
otras, pues casi es mejor que no las veas, porque n son las mejores
circunstancias en las que he estado.
Suelo empezar por el tema laboral, y ahí residen muchas de
las novedades que contarte. Desde Enero madrugo mucho más o llego más tarde. He
dejado la periferia de la zona sur, los 15 (apurando) o 30 (con tranquilidad)
minutos de puerta a puerta y ahora estoy metido en blasas, metros y algún que
otro paseo.
Ahora estoy por el centro de Madrid, buena zona sin duda, de
esas que miras y admiras, sobre todo en los paseos de vuelta por la noche.
Madrid y su noche es algo para disfrutar, aunque ya no lo hago como antaño,
ahora paseo para coger la blasa, unas veces tranquilo, otras más rápido.
Al principio hacía lo mismo, de forma mecánica, viendo como
entraba nueva gente y poco a poco se iba yendo. Esto también lo he visto de
forma mecánica, en eso me han convertido. Cada vez éramos menos y menos hasta
el punto de dejar de ser yo uno de esos. No te preocupes, que eso suena raro,
el cambio ha sido al otro lado de la pared, sigo en la misma empresa.
Durante el Verano he trabajado mucho, muchísimo. Con esa
sensación de estar cumpliendo pero sin más apoyo que quien tira contigo, sin
importarle a los que supuestamente te pagan y coordinan.
Ha llegado Septiembre, y yo quiero pensar que ese esfuerzo
ha servido y tiene como consecuencia que ahora estamos muchos más haciendo lo
mismo, aunque sea en las mismas malas condiciones.
No te lo voy a negar, no estoy contento. La gente merece la
pena, quizás lo único, pero las circunstancias y la valoración no tanto.
Discuto mucho y sigo sacando el trabajo.
Podría discutir mucho más y haber sacado más palabras y de
otra forma, de la que realmente me apetece. Incluso gente que me conoce me dice
que llevo tiempo (desde Septiembre), que estoy más cabreado. Y no lo niego. Lo
siento.
Pero tengo un motivo, y ese motivo es sencillo. El año que
viene cuando te escriba, lo haré desde mi casa, la mía propia. Está cerca de
esta, la verdad es que tiene muy buena pinta, seguro que te iba a gustar. Ya te
contaré las aventuras que me acontecen en mi nueva vida independiente.
Realmente tengo ganas, se que no va a ser nada fácil, que habrá mucho días muy
complicados, pero tengo muchas ganas de vivir esos días. Te reservaré un hueco
para que tu foto vea lo que pasa por allí.
Esa es la gran noticia, la que me sigue motivando, por la
que sigo levantándome. Los días van a ser mejores, aunque ahora esté
arriesgando los días actuales, dejémoslo en que invierto en el futuro.
Sigo con mis dolores, la rodilla siempre está ahí, sobre
todo con los cambios de tiempo. El costado ya no molesta tanto ni todos los
días, también he de confesar que me estoy cuidando, mi agenda y mi vida social
lo atestigua. Ya no me acuerdo de la última vez que no me acuerdo de una larga
noche al día siguiente. Últimamente me duele mucho el tobillo, y es
curioso, sólo cuando me tumbo… a ver
como avanza.
Siempre te hablo de las mujeres, han pasado alguna que otra
en este año, he conocido a muchas, aunque sigo esperando a esa desconocida. Me
ilusiono demasiado pronto, antes incluso de conocerlas, de saber sus circunstancias,
y eso lo hace bastante complicado, pero seguro que llegará el momento. Cuando encuentre a la adecuada, la llevaré
allí, y la hablaré de ti. Aunque no la puedas ver. Lo siento.
He dejado el gimnasio, este cuerpo y sus circunstancias
pueden con las dos horas, o incluso más de esfuerzo, pero no con los cambios de
horarios, con el frío y con el resto de componentes químicos. He salido a
correr, y he conocido partes del barrio por las que seguro que volveré a ir.
Después de hablar contigo el año pasado me aboné al Real
Madrid de Baloncesto. Me lo paso muy bien en el palacio, he disfrutado mucho.
Son esas dos horas semanales en las que todo da igual. He notado mucho en
verano que no había Baloncesto, ya es mi droga. Mi elemento necesario.
Con toda la gente importante que he hablado y hablo hemos
llegado a una conclusión. Y aunque yo soy de los que quieren pensar que cada día puede ser especial y merece la
pena no desaprovecharlo, quizás todas las desilusiones me han llevado a acordar
con esas personas que estamos deseando que se acabe este año, no porque haya
sido malo (que podríamos pensar que muy bueno no ha sido) sino más bien porque
el que viene va a ser muy bueno. Lo que seguro que va a ser es muy diferente.
Este año, hace unos poco días, como bien sabes, he cumplido
27 años…
Como anécdota, el otro día salió Cabanillas en la tele, pero
yo ya hace mucho que ni voy ni la veo.
Ayer no fui a tu misa, estaba de guardia.
Lo siento
No hay comentarios:
Publicar un comentario