domingo, 19 de noviembre de 2017

Hola Abuela

Hola Abuela

¿Qué tal estas?. ¿Cómo va la cosa?. Esto es lo que hubiera dicho al llamar.

Te escribo porque hace mucho tiempo, así como seis años, que no hablamos. Lo siento. Se que estoy muy liado, pero debería haber sacado un rato para contarte como van las cosas, como me está tratando la vida, para preguntarte que tal por allí y para decirte cuando voy a verte. Lo siento mucho de verdad.

Seguir recordando y copiando lo que escribí hace seis años  y repetí en los siguientes no sería justo, te mereces mejores palabras, mejores recuerdos, aunque no se si los tengo. Lo siento.

Es un poco tarde, lo sé y lo siento. Se me ha ido un poco de las manos el día, llevo un par de días durmiendo poco, muy poco, pero por voluntad propia. Es muy diferente a las últimas semanas.

Y como cambia, que diferente hubiera sido haber escrito hace un par de días, hubiera empezado muy diferente, te habría contado quizás lo mismo, pero con una actitud bastante diferente…

Lo diré alto y claro, han sido un par de días bastantes buenos, desde el Jueves las buenas noticias se viene unas con otras. Buena gente se lo merecen, es muy divertido y todo lo que nos vamos a divertir.

Y esa es la actitud, no sé cuando va a durar, tiene que ser así. Pero bueno, luego volveré o no a esto, esta vez no lo tengo planeado, no sé lo que voy a escribir. He vuelto a hacerlo, algunas letras han quedado bonitas, muchas duelen y duelen mucho, pero son así. Nadie dijo que tenía que ser bonito.

Muy poco después de la última vez que hablamos, un mal susto. Un día, como otro cualquiera, en esa aventura que tanto transporte había. Calor, mareo, suelo, despertar.

Sin encontrar los motivos, estaba tan fuerte, me sentía tan fuerte. Había recuperado todo. Igual el cuerpo forzaba demasiado. No lo sé y no lo entendí. Hospital, urgencias, una mala posición. Entras por un golpe y te dicen que el corazón no rula, que esa noche te quedas allí y mañana ya veremos.

No fue nada pero empezaron muchas cosas, o igual no entendía nada, señales que no quería entender.

Fastidié planes de esos que me gustaría haber hecho, empezó la época del miedo.

Siempre he forzado, siempre he ido al limite, siempre el cuerpo ha respondido, este año me ha demostrado que no soy irrompible, que soy muy frágil, demasiado y eso duele. He estado mucho tiempo sin poder disfrutar porque no sabía hacerlo. Me he equivocado, no lo he hecho bien. He tenido mucho miedo, no he sido yo, he preferido un no a un jugar. Eso me ha dolido y además, me he llevado más sustos.

Vino diciembre y fue muy raro, alguna buena noche o día completo si que hubo, pero ese tiempo familiar fue complicado, no el primero sin los dos, pero si el primero calmado, tan pronto a dormir. Muy malos días acordamos, tan diferentes, lo decía de verdad. Aunque luego, también más tarde tampoco sirvió para nada.

Empecé a dejarlo pasar, no me acuerdo casi de Enero.

Esa gran sorpresa, que además hace poco hemos recordado de Febrero. Y quizás ahí fue el primer aviso, se disfruta, pero no del todo, pero yo no me enfado.

Volvimos a ganar la copa.

Seguían los viajes en tren, pero casi nada de entrenamiento. No me atrevía, no veía el momento de empezar.

Abril siempre con sus excesos. Volver a donde no debía, hacer lo que no debía, recuperar lo que el olvido ya se había encargado de negar, el comienzo de ese gran error que ya había resuelto.

Nuevo susto en Mayo. Ese momento en que el cuerpo, de por sí, revienta. Puedo echarle la culpa a que después de una despedida no debería haberme pasado dos noches de buena juerga, al verde, al desayuno, al intentar liarla un poco más de la cuenta, a seguir portándome bien, manchas en el cuerpo. No tengo permiso, no merezco pasarlo bien. Tanto aguantado.

El Junio de las bodas, Córdoba y Mallorca. Grandes eventos, días en los que solo vale disfrutar. Les veo tan poco, nos juntamos tan poquito. Se me hace tan difícil en algunos momentos, luchar y luchar, cuadrar tantas agendas, desesperarse porque no casa, no ver el mismo interés que igual es solo mi punto de vista, pero todo tiene un motivo, ese motivo son esos días, estos ejemplos, se nos da tan bien… no lo sé, es una difícil reflexión que aún tengo entre manos y no se como llevar.

Como ves, estoy bastante hecho un lío. Junio fue tan divertido, me arrepiento de esa noche en concreto, es un error portarse bien en algunos momentos, no me parecía justo. Pero me quiero considerar algo diferente, aunque eso signifique perderme tanto, total da igual, al final soy otro cualquiera. Un problema que se resuelve y que me olvida.

Ya me conoces abuela, siempre me dejo todo y no me gusta el conflicto, y si lo hay, al menos poder intentar resolverlo.

El problema de alguna guerra no es perderla, es que te llegue una orden directa de que te vayas a casa y no te dejen ni pedir explicaciones. Y no sé lo que hubiera pasado, pero al menos estaría explicado.

Otro susto que no entendí, como tantas cosas en ese mes de Julio. Me echaré las culpas, aunque no sepa que hice mal, ese mareo. Borrado ajeno. Tenía que ser así. Venía un mar por delante que lo iba a dejar todo claro.

Como te estoy comentando, ha habido mucho miedo, poco disfrute, ningún cien por cien, pero llego esa semana de Agosto. Agotadora, solidaria, en alta mar, tripulante del Tainais, un mediterráneo por limpiar.

Sé que te hubiera asustado y no lo habrías entendido, pero algún día te hubiera llamado, al pillar algo de cobertura, para decirte lo bien que se estaba, la adaptación, hasta el mar de tierra. Igual te hubieras asustado, pero al verme te habrías alegrado tanto.

Ya en estas épocas por Getafe, vuelvo a ser conductor, el ingeniero está contento. Vive en task force permanente, le ha tocado alguna noche. De las veces que he ido al medico, que muchas son para mi este año, me hablan de evitar el estrés, es imposible, mi forma de relajarme es ir a ese bendito palacio. Tranquilidad no casa con el ingeniero.

Y estoy bien, me siento valorado, se cual es mi sitio, que la verdad es que está un poco apartado de lo que debería y no es importante, pero hay que seguir, por eso estoy allí, por ese futuro que viene.

Al fin y al cabo, por algo nos han fichado, y ha habido días que se ha demostrado, solo necesitamos una fecha, así es el ingeniero, que te voy a contar que no veas, siempre el mejor, en cada cosa que se intenta hacer.

Te he dicho lo del conductor, gracias a quien aún no está por donde el también cree, la edad hace mella y es mejor olvidar y tratar de disfrutar, que ya son muchos años y les quedan muy pocos.



Yo lo agradezco, además, viene bien para ser sano. Soy medio nobel, no me gusta en exceso, pero lo uso y en ocasiones viene muy bien.

Me he atrevido con algunos sitios, esa rampa se me sigue resistiendo, pero seguiremos intentándolo.

Llega septiembre, otra ronda de fiestas. Han salido conmigo más de lo habitual, y yo que me alegro. Dejar una semifinal de un europeo de baloncesto por un concierto que ni conozco, ahí lo dejo.

Terminar donde se deben terminar las noches, bien sea escuchando o paseando. Empezando.

Noticias que tanto gustan, es un orgullo que Pegaso fuera el sitio, joder me alegro tanto.

El final del verano es playa y es siempre bueno. Me estaba quedando tan bien en mi cabeza, que hasta parecía tan cierto, pero no, no tiene buena pinta, no sé como hacerlo, estoy bastante perdido. Pero bueno, fácil nunca ha sido.

Y como bien sabes, esta última racha ha sido de miedo, mucho miedo. Dormir muy poco, estar demasiado apagado. No tengo por costumbre ser frágil, no se serlo, es una situación tan desconocida para mi.

No he disfrutado los partidos, he salido a hacer bulto, al ingeniero le han dado igual cosas. He dicho y dicho para nada de nada. Será que me hago mayor, que los 30 han sentado mal.

No se como decirlo, durante mucho tiempo he estado irreconocible. Debo pedir perdón a mucha gente, porque no he sido sincero, llevo mucho, bueno, llevaba mucho tiempo sin careta. Me he quedado en el sofá de casa en vez de intentarlo, lo he intentado sin ganas, he ido sabiendo que me quería volver. He empezado sabiendo que ya estaba terminado.

Así que lo siento abuela, no era el mejor momento, he pasado mucho miedo. Y ese miedo que no depende de ti, que sabes que algo no va bien, lo notas, lo sientes y haces por tanto, que todo va mal, y esa es mi culpa y solo mía.





Siempre te hablo del palacio y sus beneficios, he ido incluso a historias que no eran partidos, si puedes mover algún hilo dile a Luka que se quede algún año más por aquí, que nos siga haciendo disfrutar.

Y se está acabando el año, ha tenido sus picos buenos, pero no ha sido bueno. En estos tres días mucho ha cambiado, han sido tan divertidos. Igual que lo malo llamo a lo malo, lo bueno también llama a lo bueno, y todas estas noticias que os sacan la sonrisa, hacen que se siga peleando, por eso el final va a tener un tono bastante diferente a todas las letras.

Tengo muchas ganas al año que viene, va a ser tan divertido, con el calendario de Septiembre y Octubre tan señalado.

Sabes que cuando la encuentre la llevaré a verte. Lo estoy intentando aunque no sé como. Es tan complicado, aún ni yo lo tengo claro.

Hace tiempo que no voy, ya sabes los motivos, no se cuando podré.


Lo siento.


Sabes que estas letras son solo para ti abuela, por eso de que solo hablamos una vez al año. Nunca escribo para que me lean, solo por lo que necesito, a veces he explicado alguna de ellas, ni lo releo. Pero estas son solo para ti, me da igual el resto, tu me conoces abuela, y te sigo echando de menos. Dale recuerdos al señor Martín, allí donde el creía que estaríais.




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