viernes, 4 de noviembre de 2011

Mi manera de dar las gracias


Cumpliendo 25 años.

Ya me ha dado tiempo a reflexionar un poco, a pensar, y tengo ganas de escribir algo, se que tengo unos cuentos pendientes, los temas ya los tengo, las metáforas pensadas, pero creo que puede herir muchas sensibilidades, pero claro, los heridos no tienen sensibilidad. Uno va a tratar de un muro de firmas de la fiesta del parque, otro tratará de cosas que se deberían hacer y el otro, es un poco más cabrón, que tengo pendiente desde la playa, que tratara de la gente, sus costumbres y la manera de aprovecharse de las mías. (Sí, parece que tengo la lengua, o los dedos sueltos).

Cómo estoy habituado a las crónicas, vamos a hacer la crónica de un cumpleaños. Es mi manera de dar las gracias.

Los días de cumpleaños suelen empezar a las 00 horas, ahí vienen los primeros mensajes, incluso llamadas, las felicitaciones en casa. Eso era lo normal, antes que las redes sociales llegaran a nuestras vidas, y se perdieran las buenas costumbres, aunque, como contaré, hay caballeros que las mantienen.

Todo empieza a esas horas, las dos primeras felicitaciones, redes distintas, da la casualidad que son de dos profesores, uno lo fue del ingeniero  y otro del “artista”, y lo más curioso, es que con los dos he estado de cañas, con eso lo dice todo.

Como anécdota, y siguiendo con la cronológica. Que sepáis que las bolsas de empleos y páginas de búsqueda te felicitan. Cuanto menos, inesperado.

Después aparecen en escena dos rubias, permitidme que os lo ponga así. Personas con las que estoy más activo en las redes sociales desde hace un año, que me han acompañado física y virtualmente. Y las que se lo tengo que agradecer, han sido muchas noches, aunque sólo sea un saludo, un descansa y sueña lindo, o un que sea buena noche. GRACIAS.

Suena el móvil, y es cierto, ya no brindo tanto, y lo otro sigo haciéndolo, pero ya no sale tanto. Sigo viendo redes sociales, unos se equivocan de red, aunque luego llaman y lo solucionan porque siempre es un placer. La mañana pasa por Pamplona, tierras valencianas, el CEV que tanta fuerza me dio (donde estará?), Leganés, una dama de Mallorca y también Praga. Compañeros que nunca fallan, porque son sus costumbres y hay que respetarlas.

Una llamada del pesao de turno que encima no quiere que le invite a desayunar.

SIEMPRE llega el momento de decir GRACIAS.

Llega la tarde, y marcho al trabajo, las redes sociales siguen funcionando pero no las veo. Comienza el turno del móvil, mensajes que trato de contestar puntualmente.

Turno de pasteles, buen ambiente (debo de decir que aparente, porque el día acaba entre susurros), pero está bien, no se si hecho bien o no, pero a mi si me hace ilusión. Y si hay algunas personas que lo disfrutan, porque se lo tienen merecido, porque si aportan, con eso, a mi, me vale. Llamadme clásico.

Llega la llamada puntual de las 6, como debe ser, y un buen ratito se agradece. Sigue sonando el móvil y se puede mirar, y hay que detenerse, hacer caso y mirar la red social, y después de leer, levantarse e ir a por agua, respirar profundo, aguantar las lágrimas (Que caerán por la noche).

Otro caballero puntual a su cita,  aunque le resulte raro que aún se siga trabajando porque el ya lleva muchas horas..

El confuso de las redes sociales aparece en escena. El otro confuso por naturaleza se acuerda justo en el momento que estoy recogiendo, pero siempre es un placer.

La llamada que queda feo que te llame para que me llames, porque tu me llamas para no llamarte, vamos que me lio, pero que es como un soplo de aire fresco que te rejuvenece.

Llegas a casa, llamas aunque se estén acostando.  Y toca aparecer otra vez por las redes sociales, Leganés, la universidad está mas presente, Albacete tiene su parte, llegan buenos olores desde Alemania, el sur presente, y por supuesto, Soria que también existe.

Ahora si que caen las lágrimas al repetir, se contestan a las cumplimendas, y se tiene un buen recuerdo.

Y la noche termina con una foto, que sólo hace recalcar lo que soy. Todo un equilibrista :p

No se si me he dejado algo por decir, a alguien por agradecer. Han venido felicitaciones hoy, que agradezco de verdad y que no hay que preocuparse, pienso, en estos casos, que mejor no acordarse el día que te lo recuerde una máquina.

Son mis cosas, tenía que acabar con una bordería, fiel al día. Ese en que el que empezó raro, llovió, salió el sol, volvió a llover, me calenté, lloré, reí y sobre todo, agradecí a quien se merece el agradecimiento.

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