Día 302: Volver
Volver a las mañanas siempre causa la misma sensación. No
tiene nada que ver que vengas de una semana de vacaciones como es el caso. Ha
habido lo que podemos denominar “madrugones obligados pero placenteros”. Es un
concepto raro que aquí no se va a explicar. Pero basta con decir que para que
sonara el despertador aún quedaría más de una hora y ahora ya estoy esperando
al metro.
Volviendo a esa sensación, que se me queda en el tintero, la
vuelta a las mañanas significa noches cortas pero largas. Cortas porque son
pocas horas e sueño que a lo largo del día se harán más escasas e irán pesando.
Largas por el incontable número de veces que te despiertas y miras el reloj.
Que hoy yo recuerde: 01:36, 02:08,
03:48, 4:15 y finalmente la que tienes que mirar para la quitar la alarma.
En todas menos en esta última ocurre lo mismo: es el cuerpo
el que se despierta con esa sensación de descanso que hace pensar que ya has
dormido lo suficiente, por eso se mira el reloj. Volver a dormir.
Para finalmente, la que el cuerpo no lo considera es la que
si suena y hay que hacer caso y levantarse.
Luego os cuento como se ha dado.
No ha dado mucho tiempo para pensar en el cansancio aunque
lo hay y mucho.
Esas nuevas noticias que cuando se lleven a cabo van a ser tan ricas.
Un poco de formación mientras se siguen cambiando oras
cosas, porque no hay tiempo para parar.
Un día en la semana, un trabajo que está bien estudiado y
miles de correos y llamadas hasta última hora.
Pues eso es el Lunes que se ha terminado. Ahora un par de
gestiones, ligero sueño y demás historias.
Releyendo y
comparando:
La relajación es bastante diferente, así como inexistente.
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