jueves, 15 de septiembre de 2011

Día 22: Podría decirse que es el primer día de trabajo propiamente dicho con todas sus consecuencias y sus cosas buenas. (14-Septiembre-2011)

Es también el primer día que no escribo en papel esto y que no lo escribo la noche (o tarde), vamos el mismo día mientras vuelvo en el metro, creo que ya dije que se precisa una intimidad, pero vamos, que no me importa que sea así (bueno, quizás si fuese un poco más tarde sería mejor).

A ver si soy capaz de explicar el título. Los imposibles que tienen que “estar para ayer” por causas ajenas a la organización, parece que se van a terminar, pero aparecen muchas complicaciones, aplicaciones que no tiran, números que no cuadran, desorganización, en definitiva, cosas de las prisas. Y no tienen pinta de acabarse,  y te quedas con la sensación de que tenias mucho que hacer, no has hecho nada, pero dentro de ese nada se incluye que no has podido hacer caso al baloncesto, que has merendado en 10 minutos, que tampoco has visto el partido del Madrid y que sería complicado el recordar si te has levantado de la silla en toda la tarde. Has estado delante del ordenador, pegándote con el mundo y te ha dado una paliza del quince, y además se ha llevado a la chica sin que te dieras cuenta.

Vamos que ha sido una tarde, que si conociera el estrés, diría que ha sido estresante, y pinta por ahí que a partir de ahora habrá muchas más así, no importa, hemos venido a jugar.

Y después, siempre te puedes ir a tomar un algo, aunque la renfe dictamine que tenga que ser un poquejo más rápido.

Como me han dicho, has tenido el primer día de curro de verdad, y para que lo vamos a engañar, así de sopetón cuesta, pero, llamarme loco y masoca, tengo ganas de ir a por más esta tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario