martes, 13 de septiembre de 2011

Dura reflexión, a esto le llaman hacerse mayor

Bufffff, y a ver como lo escribo yo.

Hoy ha tocado día duro, no ya en el plano físico, por las muchas horas fuera haciendo cosas y por las pocas horas de sueño de anoche gracias a la música que sonaba y las ganas de estar donde esta música sonaba.

Despertador temprano, desayuno, atasco leyendo refranes de los que no soy capaz de acordarme....

Y suena el telefono, y como has hecho algunas veces, al escuchar "hola llamaba de ...  repecto a una solicitud de trabajo ...". Tu primera respuesta es, gracias, ye he encontrado trabajo. Y por alguna extraña razón preguntas, ¿de que oferta?. Y la contestación te deja pensando.... y aquí es mejor volver atrás un tiempo.

Hace un año, concretamente, estas fechas, también complicadas por otros motivos. Surge la oportunidad de un sueño, y decides que adelante, aunque cumplir ese sueño suponga el 60 % de las ganas, y el otro 40 % se huir de las pesadillas. En ese sueño aprendes, que cumplir los sueños lleva perder muchas horas de sueños, muchas decepciones, muchas desilusiones, perder la magia (estoy poniendo lo negativo, porque si tengo que hablar de lo positivo, sólo podría citar nombres, noches y lugares). Y ves que quizá ese mundo no es tan bueno, que el ingeniero es mejor.

Vuelves a casa, no haces más que confirmar, que la magia obligada no es nada, se ve el truco y no gusta. A pesar de que tratas de coger fuerzas donde todo empezó, pues no te sale mucho.

El ingeniero entra en escena, llega a un lugar que le gusta, se lo pasa bien, son muchas horas, hay buen ambiente y poco a poco va aprendiendo, hay días duros, días mejores, pero al día siguiente vuelve a haber ganas. Y sabes, decides, que el ingeniero dará de comer y que en este caso, deja tiempo libre para esos proyectos que hacen ilusión.


Y volvemos a la respuesta. "Te llamamos de una productora, para el puesto de editor senior".

Esto es lo que viene siendo un zas en toda la boca de libro.

Y te paras a pensar, no es arrepentimiento, es más bien una pregunta ¿ahora?.

Ahora que he decidido, que he tomado la decisión, que se por donde voy a ir. ¿Ahora?, no podía haber sido hace un mes, no podría ser en los momentos que el ingeniero no sirva. Tiene que ser ¿ahora?, que el ingeniero está demostrando que efectivamente es el mejor.

No puedo hablar de arrepentimiento, no lo estoy, las decisiones que tengo son con todas sus consecuencias, pero esto, le da a uno que pensar.

Estos días he escuchado que ya vendrán tiempos mejores (esta no es la idea de un día mejor, y eso que en el curro se ha dado muy bien), y en otros aspectos, esperar a que vuelva de Gandía y replantearme muchas cosas, no dejarme influir por una tesina que me ha robado muchas cosas por culpa (no sigo por aquí).

Y volveré de Gandía, y tengo un par de proyectos, uno que me hace especial ilusión porque es de los que sacan sonrisas y otro porque siempre me ha hecho ilusión, soy un niño de parque. Y tendré tiempo libre para dedicarle el tiempo que quiera, y me gustará, no ganaré dinero con ello, pero ganaré muchas sonrisas (que es la mejor recompensa).


Pero ahora mismo me queda una duda, una reflexión y una pregunta.

¿AHORA?


Porque ha sido una llamada que ha ido directa a donde duele, a todos los cimientos, esos que yo creía reforzados, a esos que no se resquebrajan, a esos que no fallan, a los terrenos donde el ingeniero creía haber ganado.

La casa sigue en pié, pero hoy necesita reformas.

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