sábado, 10 de septiembre de 2011

Dicen que hay fiestas en Móstoles

El año pasado por estas fechas, empece a establecer muchas tradiciones que he tratado de mantener a lo largo de todo el año, han cambiado muchas cosas, mi futuro era ir a la playa a ser artista y ahora estoy en Fuenla de ingeniero, pero trato de mantener las costumbres, y una de ellas fue, en cada noche que salía, comentar y describirla con una de las canciones del grupo que tocaba en las fiestas de Móstoles.

Y vamos a ello.



Pues sí, la primera canción elegida para hoy, es estar enamorado de Raphael. Y el motivo es sencillo, sí estoy enamorado. Ahora, para todo aquel que ahora espere un nombre de mujer, se puede ir a cotillear a otro lado. Estoy enamorado de esta ciudad en la que vivo, realmente no tiene así nada relevante, pero es mi ciudad, mi sitio, el barrio donde vivo.

Y en está ciudad en la que vivo, hay dos fechas claves, fiestas de Mayo y Septiembre. Y yo, que soy un clásico, tengo por costumbre disfrutar estas fechas, no se si puedo dar alguna razón, no se sí se entiende o no. Quizás es porque he estado un año fuera, quizá sea la ilusión.

Anoche iba a empezar a escribir, y era una cosa como "empiezo a escribir entre el cabreo, la ilusión, la desilusión, el enfado, la incomprensión, la depresión, la alegría, todos los sentimientos son válidos, porque en estas noches, en las noches de fiesta, todo vale". Aunque ahora creo que escribo desde la sensación de haber asumido que no toca, que no es el año, que no voy a aparecer mucho más por esa parte de esta ciudad, ni por el resto, que esta vez no va a haber noches que recordar.

Porque una noche de fiestas en Móstoles da para mucho. En tiempos era por medio del pueblo (porque entonces era pueblo) ibas visitando una peña y luego otra. Después ya pasamos a Liana, todas empiezan fuera, en un parque, con cantidades ingentes de alcohol que ingerir, pero ese no es el principal motivo. Una vez estas en el parque, no sabes que puede pasar, a lo mejor entras, o te quedas jugando a las cartas y acabas en unos aspersores, fundas empresas, te hacen fotos, ofreces botellas enteras de Ron, recibes visitas y las haces. Son como yo las llamo, noches en el parque. La excusa es el Liana, lo importante es el parque. Si el concierto te motiva, pues entras a verlo, y luego cierras la orquesta, como es habitual, acabas en la era un poco avergonzado de no pagar ni una copa. Cuando se acaba el Liana y te echa amablemente la policia, puedes volverte a casa, a lo mejor te incitan para que te vayas a Leganes. Puesdes irte a desayunar o dejar sin desayuno, acabar en la plaza viendo el encierro, si te ves fuerte desayunas huevos con bacón en pradillo, y se ha dado el caso de ir a algún examen antes de pasar a casa (negaré haber dicho esto). La polvora tiene forma algo importante, anuncia el día grande y desata muchos sentimientos, que luego se acaban, incluso cuando los ves desde una ventana, apoyado en una muleta. Pero es que son fiestas.

Pero son fiestas, y en noche de fiesta puede pasar cualquier cosa, como se ejemplifica, y todo ello es bueno, al día siguiente tienes ganas de más, y cuando no sales, te arrepientes y mucho, has perdido una noche inolvidable.

Se que nadie me va a comprender, ni que se entiende mi enfado, ni mi cabreo, ni siquiera que me moleste. "Por no salir unas fiestas no pasa nada". Llamadme clásico, pero a mí si me pasa.

Estar enamorado de Móstoles es lo que tiene.




Pues eso, que aquí el Mótoleño enamorado deja esta breve reflexión. Nunca escribo para que me lean, escribo porque necesito escribir y escribo porque quiero.

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