martes, 6 de junio de 2017

El columpio V

Os voy a contar un cuento

Día tal, a la hora cual, del mes tal de ese año en el que estamos.

Todos los días se levanta nuestro niño, mira el calendario. No es el día que tanto lleva esperando. En ocasiones, hechos insignificantes se convierten en muy crueles. No echa en cara nada, tampoco es tan egoísta, no desea ningún mal ajeno. Pero por muy niño que sea, piensa que por qué él no puede recibir esas mismas noticias.

“Debido al buen tiempo, el ayuntamiento y la comunidad ha decidido adelantar la apertura de las piscinas municipales para el ocio y disfrute de todos los ciudadanos”. La piscina, esa diversión asegurada, no le motiva.

“Tras el cierre parcial de la línea de metro debido a las obras de mejora en las instalaciones, se adelanta la apertura de dicha línea al haber terminado los trabajos de mantenimiento en fecha anterior a la prevista”. No tiene muy claro lo que es el metro, ya lo conocerá, sólo se queda con "adelanta".

“Con motivo del período de exámenes, esta biblioteca amplía su horario, comenzando a las 07:00 de la mañana, dos horas antes del horario habitual establecido”. Ya le llegará el tiempo de que estudiar y aprender vayan de la mano, pero de momento no entiende la enseñanza.

“Para celebrar el vigesimoséptimo aniversario del Parque de Atracciones, adelantamos la fecha de apertura con grandes ofertas y descuentos”. Abren antes el parque de atracciones, para qué, si no iba a ir.

“Hoy salgo un rato antes que tengo que hacer no se qué”.

Antes, adelantado, antes.

Todo va más rápido, todo lo que todo el mundo está esperando, todo se adelanta.

¿Por qué él mira el calendario y el día tal, a la hora cual, del mes tal de ese año en el que estamos sigue inamovible en el cartel donde no hace mucho tiempo estaba su columpio?


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