lunes, 12 de junio de 2017

Por qué sólo una cara del folio

Hay que poner un límite a todo y tratar de ser muy concreto. Y como no me gusta a penas darle vueltas a las cosas y empiezo con una historia, las ideas salen y fluyen y luego te plantas y el título es sólo una idea que aparece al final. Y sí, hay días que eso es así, sobre todo si no es a las horas adecuadas.

Y es mejor así, si parece que sale sólo se le llama talento, aunque detrás tenga un trabajo de maduración de la idea, del paso de la mente al boli, el establecer un contexto para esa idea y adornarlo con letras. Veis, ya me estoy yendo por las ramas.

Es un folio y lo es de un cuaderno escrito a mano. Ese es el límite. Este cuaderno naranja tiene bastantes títulos de ideas que aún no están maduras pero que algún día saldrán. Tengo demasiadas horas de transporte e insomnio.

Uno de los mejores consejos que me dieron cuando se formaba el ingeniero fue tener a mano un boli y un papel siempre para plasmar las ideas, porque nunca saber cuando van a llegar y lo volátiles que son. Y, además, mi memoria no da para más, existen las tecnologías para ayudar a eso, pero los que me conocéis, sabéis que siempre he sido un clásico y la piedra, martillo y cincel pesan mucho (que también soy vago).

Luego estar letras pasan a un ordenador y esa es mi segunda lectura. Sólo algunas se llevan una tercera lectura después de una revisión ortográfica que consigue que estas palabras estén bien escritas. Así, pasado un tiempo, siempre puedo volver una noche a retomarlo y tampoco es tan extenso.

Es curioso el cuaderno, porque empieza con letras separadas casi sin atención en ellas para al final volverse más firmes, más duras y más apiñadas. Acordaros de lo de irme por las ramas para plasmar la idea al final. Puede ser eso, o que me quedo sin espacio.

También, en el mundo que vivimos, no hay tiempo para leer folios y folios, las series triunfan por eso, mucho argumento en pequeños trozos. Pudiendo dejar muchas líneas abiertas que retomar después, y ese es un buen ejemplo.

Además, aunque parezca poco, también es un reto el llegar al final de una cara en blanco con la idea cerrada y llenarlo de palabras.

Os invito a intentarlo.


Bueno, que se me acaba el folio, hoy os pongo foto



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