lunes, 5 de junio de 2017

Levanta con fuerzas aunque duermas muerto

Si esta no es la actitud inicial del día, ni te molestes en levantarte. Si cualquier considerado simple hecho no se hace con la motivación suficiente, con las ganas de hacerlo bien, con la ilusión de que sea divertido, ¿dónde está el motivo para hacerlo?

Bajar a por el pan, madrugar en pos de un nuevo día, el día más señalado, ir a mear, la mayor de todas las fiestas. Son todo acontecimientos que pasan y que llevan su tiempo. Tiempo que no va a volver a ocurrir.

No es fácil y menos en determinados mundos. No se consigue, yo lo digo, pero tampoco lo consigo siempre. Son rachas seguro, unas tremendamente difíciles en las que te jode no ser capaz de conseguirlo y por ello te hundes más. Cualquier situación que otro día no sería un problema, se junta con las demás y se hace una montaña imposible de mover ni de escalar. Y es frustrante.

Las noches se hacen muy cortas, los días demasiado largos y no se sabe a que parte de tu ser le corresponde cada momento, el uno se mete en el sitio del otro y viceversa y, al final el uno por el otro, la casa sin barrer, el trabajo sin hacer, la fiesta sin bailar, la desconocida sin conocer.

Y creo que esto me está quedando demasiado negativo y no es el rollo que estoy buscando, no es la idea que quiero transmitir, el título no se vería reflejado en estas palabras.

Y empiezo por el final de dormir muerto. El mundo es muy hijo de puta y por ello tratará por todos sus medios de intentar que no lo consigas, de intentar que lo dejes de intentar. Y esa es la batalla, ahí está la gracia de la pelea. Te acostarás reventado, posiblemente con menos logros y más pérdidas que la noche anterior. Pero si esa es la actitud y al día siguiente, aunque no existan las horas de descanso, no hay ninguna motivación, entonces habrás perdido y te reprochará a cada instante la derrota.

Así que lucha, vive, haz todo lo que tengas que hacer porque ese es tu objetivo. Asume como he asumido que ganar no es una opción, así que haz que jugar sea divertido. Un día nuevo, una aventura nueva para vivir. Y haz todo lo que esté en tu mano, ilusiónate con el volar de una mosca. Busca sonreír y sobro todo esa sonrisa. Acuéstate destrozado pero satisfecho y si no lo consigues, en unas horas tiene un nuevo día para volverlo a hacer.


Esto nunca lo firmaría el ingeniero, pero el sabe cuando descansar, por algo siempre ha creído que es y será el mejor, así que mejor que siga durmiendo mientras el chaval vive.

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