Si esta no es la actitud inicial del día, ni te molestes en
levantarte. Si cualquier considerado simple hecho no se hace con la motivación
suficiente, con las ganas de hacerlo bien, con la ilusión de que sea divertido,
¿dónde está el motivo para hacerlo?
Bajar a por el pan, madrugar en pos de un nuevo día, el día
más señalado, ir a mear, la mayor de todas las fiestas. Son todo
acontecimientos que pasan y que llevan su tiempo. Tiempo que no va a volver a
ocurrir.
No es fácil y menos en determinados mundos. No se consigue,
yo lo digo, pero tampoco lo consigo siempre. Son rachas seguro, unas
tremendamente difíciles en las que te jode no ser capaz de conseguirlo y por
ello te hundes más. Cualquier situación que otro día no sería un problema, se
junta con las demás y se hace una montaña imposible de mover ni de escalar. Y
es frustrante.
Las noches se hacen muy cortas, los días demasiado largos y
no se sabe a que parte de tu ser le corresponde cada momento, el uno se mete en
el sitio del otro y viceversa y, al final el uno por el otro, la casa sin
barrer, el trabajo sin hacer, la fiesta sin bailar, la desconocida sin conocer.
Y creo que esto me está quedando demasiado negativo y no es
el rollo que estoy buscando, no es la idea que quiero transmitir, el título no
se vería reflejado en estas palabras.
Y empiezo por el final de dormir muerto. El mundo es muy
hijo de puta y por ello tratará por todos sus medios de intentar que no lo
consigas, de intentar que lo dejes de intentar. Y esa es la batalla, ahí está
la gracia de la pelea. Te acostarás reventado, posiblemente con menos logros y
más pérdidas que la noche anterior. Pero si esa es la actitud y al día siguiente,
aunque no existan las horas de descanso, no hay ninguna motivación, entonces
habrás perdido y te reprochará a cada instante la derrota.
Así que lucha, vive, haz todo lo que tengas que hacer porque
ese es tu objetivo. Asume como he asumido que ganar no es una opción, así que
haz que jugar sea divertido. Un día nuevo, una aventura nueva para vivir. Y haz
todo lo que esté en tu mano, ilusiónate con el volar de una mosca. Busca sonreír
y sobro todo esa sonrisa. Acuéstate destrozado pero satisfecho y si no lo
consigues, en unas horas tiene un nuevo día para volverlo a hacer.
Esto nunca lo firmaría el ingeniero, pero el sabe cuando
descansar, por algo siempre ha creído que es y será el mejor, así que mejor que
siga durmiendo mientras el chaval vive.
No hay comentarios:
Publicar un comentario