martes, 15 de mayo de 2012

Cuestión de cabeza


Os voy a contar un cuento.

Escaleras para arriba.

Se le ha olvidado coger la mochila, elemento indispensable y necesario para irse al cole.

Baja las escaleras.

Tiene que coger el bocata y el zumo para el recreo.

Última revisión, que ya ha aprendido a no fiarse de su memoria para recordar las cosas importantes que debe llevar.

Abre la mochila y, efectivamente, la mochila está, con todos sus objetos inservibles:

-         Ese paraguas muy útil que siempre le acompaña pero nunca abre. No por vagancia, sino por el hecho en sí de que llevarlo o no llevarlo no evita que se moje.


-         El típico trozo de papel que algún día tuvo alguna función pero que ahora simplemente está y nunca se tira.


-         La tapa de ese boli que algún día perdió su sombrero y nunca se volvieron a encontrar.


No nos vamos a meter en el bolsillo pequeño, baúl de los recuerdos que no entraría en este folio ni en muchos otros, y no es plan de cansar.

Lo importante es que, del cuaderno y el estuche con los bolis, ni rastro.

Coge el bocata y el zumo, sube las escaleras en busca de sus objetos perdidos.

Efectivamente están encima de la mesa, no tiene pérdida, guardar y cerrar la mochila, bajar escaleras, ya se puede ir.

-       “¿Has cogido el bocata?”

El cree que sí, pero mejor mirarlo. Abre la mochila, observa todos los objetos, están los inservibles y los importantes, pero lo que es el zumo y el bocata para el recreo, pues no están.

Flashazo en su cabeza, lo ha dejado arriba, encima de la mesa. Ha pensado "Ahora lo guardo" y, evidentemente, no lo ha guardado.

Subir las escaleras.

Coger el bocata y el zumo guardarlo. Ya seguro que lo lleva todo. Baja las escaleras. Se va a clase.

-       “¿Me has traído el libro que te pedí?”. Pregunta un compañero al verle.

Mierda, se le ha olvidado. Aún le queda tiempo, corre a casa, sube las escaleras, coge el libro, baja las escaleras, corre al colegio, llega a tiempo.

La mochila la había dejado ya en clase, no vayamos a dar opciones a más olvidos.

Hoy la conclusión es sencilla, suave, fuera de los grandes y complicados temas que últimamente salen. Simple y llanamente, lo que ha aprendido nuestro niño es que:

Quien no tiene cabeza, tiene piernas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario