Hoy sólo han sido
4 minutos. Ir y volver hasta el final del andén.
No iba a escribir
pero me he sentado y no me fio de mis párpados. Así que mejor buscar un
entretenimiento y en eso de entretener bienvenida sea la escritura.
Voy a echarle la
culpa al descoloque de la semana: Lunes que son viernes; Martes que son
sábados; Miércoles indefinidos entre ligas y domingos; Jueves que parecen tan
lunes aunque den sensación y apariencia de martes; y este Viernes que amanece
tan pegado al jueves que no sabe uno si se ha acabado o no.
Será por ese lío
por el que he visto despierto demasiadas horas de la madrugada.
Vamos llegando a
Fuenlabrada…. Y si tienes que llover; se valiente, y llueve con ganas; yo voy a
seguir con mi camino.
Pues se ha
terminado la mañana y ya se puede decir que es Viernes.
Ha sido una
mañana entretenidamente larga. De esas de muchos desayunos, empezando con cafeína
en el primero. Cosas del sueño y de la falta de ganas. Estudiando el Norte.
Mañana de pensar
poco, que tampoco es plan, y para que vamos a engañar, la neurona tampoco está.
Es de acostumbrarse fácil a las costumbres distintas a madrugar.
El lunes lo
seguimos viendo; pero aún queda por delante un fin de semana: Con su Viernes,
su Sábado y su Domingo.
A ver que sale.
Improvisemos
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