No lo voy a
negar, ayer se me paso escribirlo, lo iba a hacer antes de salir, pero se me
olvidó, como tantas cosas, es lo que tiene una tarde tan entretenida.
Empecemos por el
principio, empecemos por lo bueno, aunque sea una despedida, todo un placer, un
lujo y un honor, y con un poco de chocolate. Buenos detalles que se agradecen
en tiempos oscuros.
El resto de la
tarde se basa en paseos y conversaciones. Y diréis, lo de currar, para cuándo.
Pues hubiera estado
bien, pero primero estas más de tres horas sin red, ni internet ni nada, sólo
paseos.
Después se apaga
el aire acondicionado, y hasta respirar se hace complicado.
Buen ejemplo… no
sabes de donde se sacan las fuerzas para intentarlo, y las circunstancias dicen
lo contrario.
Se acaba otra
semana, que es mejor dejar atrás sin pensarlo mucho más.
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