Os voy a contar
un cuento
Vamos a situarnos
en el patio del colegio, por establecer un momento temporal, digamos que
estamos en el recreo.
Ese momento en
que unos niños corren, otros saltan, algunos gritan, quizá alguien llora, puede
que uno o dos estén castigados y no disfruten.
Nuestro niño
simplemente ha salido de clase, está andando hacia algún lugar, desenvolviendo
su bocadillo.
Expectante ante
su sorpresa diaria. Esa que le pondrá entre algo rico o algo bueno, y la gran
diferencia que existe entre esos dos términos, pero eso es otro cuento.
-“CUIDADOOOO”.
Se oye desde
lejos. Reacción instantánea, levanta la cabeza y ve como la pelota se dirige
violentamente hacia el grupo que tiene al lado.
¿Quiénes son?. Da
igual, incluso a lo mejor se merecen llevarse ese balonazo… Pero su instinto
hace que su brazo se olvide del bocata, del papel albal y de la posible grata
sorpresa, y que sea en su muñeca en la que rebote ese balón.
¿Héroe?
No.
La muñeca le
duele, quizá no lo debería importar, pero le duele. Y esa pelota, no ha dado a
quien tenía detrás pero ha ido a parar a uno de esos cristales, que de débiles,
estallan cuando les dan un golpe.
Como diría la ley
de la calle, “el último que la toca es el responsable”.
No sabe a quién
ha salvado… pero si sabe que es culpable.
Que vengan a por
él, no va a oponer ningún tipo de resistencia.
Muy bueno!!!
ResponderEliminarRubén