domingo, 31 de julio de 2011

Arreglar el mundo

Hoy nuestro niño ha tenido que volver a su antiguo parque.

Suena a obligación, y en un principio lo ha sido, para mantener la posición actual, hay temas que hay que solucionar, y las soluciones se encuentran volviendo a los lugares del pasado.

Ha vuelto a recoger una de sus canicas, habia una tradición de dejar una canica guardada, para si alguna vez se pasaba, poder jugar. Pero por motivos que el niño desconoe, tiene que ir a recogerla. Mala organización o simple ineptitud, quien sabe.

Total, que ha ido, con prisas, que los horarios aprietan y los segundos no sobran.

El camino, cierto es, ha sido corto, o eso le ha parecido, quizas las prisas…, pero aun así lo reconocia, el cuerpo recordaba esa costumbre.

Paseo por un lado paseo por otro, canica recogida.

Pero ya puestos ahí, porque no echar la penultima partida (la ultima queda feo). Se ha vuelto a reunir con los antiguos niños, y sin darse cuenta, ya estaba en la misma situación de antaño, el mundo no mejora, pero ellos lo arreglan.

Lo que empezaba como una tarde, en el cual solucionar un marron, se convierte en un buen recuerdo, una buena tarde.

Quiza en la actualidad, se cambien las canicas por los tintos, y el parque por la terraza del bar de siempre, pero antes y ahora, se sigue arreglando el mundo, antes, ahora y siempre, estas horas, mereceran la pena.

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