domingo, 31 de julio de 2011

Heridas

Hoy ha sido de esas tardes, esas tardes de las que se conocen de sofa y mando, esas que cuando te quieres dar cuenta, se han terminado, han pasado 6 horas, y no te has dado cuenta, simplemente has disfrutado con algo que te gusta.

Para nuestro niño ha sido asi, a las 3 estaba frente al televisor, comido y con una pequeña manta que en esta epoca el calor escasea bastante, ha gritado, ha saltado, ha disfrutado, se ha enfadado, y ha llegado incluso a emocionarse.


Es difícil de comprender los motivos, son solo 4 españolitos pegando a pelota amarilla con unas cuerdas de plastico sujetas con un trozo de madera. Y si cualquier frio analisis, lo harian ver como una absoluta perdida de tiempo, ellos nunca conoceran ni haran nada por el niño, incluso ha llegado a escuchar en cuantiosas ocasiones.


Al escuchar esto, a nuestro niño solo se le puede venir una cosa a la cabeza, cierto es que ninguno de los que ve por la tele, va a venir mañana a solucionarle la vida, cierto es que ninguno va a conseguir que mañana no tenga sueño, en ocasiones al contrario, pero hoy por ejemplo, ante una tarde difícil, le han hecho olvidarse de su vida, se sus problemas, de todo lo que debiera haber hecho, de todo lo que no debio haber hecho, de todo lo que nunca podra hacer, es la magia que tiene un sofa, una manta, un mando y una televisión.


Al final, “YO SOY ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL”, gritos de “ARGENTINA, ARGENTINA”, y numerosos aplausos, e incluso lagrimas.


Todo ha terminado, el niño mira el reloj y efectivamente es tarde, muy tarde, ya no hay tiempo para nada mas, da al boton rojo del mando a distancia y esa pantalla vuelve al color negro, buena metafora, un boton (un movimiento) y todas las emociones vividas se extinguen(se apagan). Vuelve la cabeza a funcionar, ya casi no queda mas y sigue con el mismo pensamiento, hoy lo ha vuelto a corroborar, por la tele es muy divertido y se disfruta, pero volveria a pasar todo el calvario, volveria a sufrir, volveria a buscar un ojo que le guie por el camino, no cambiara ninguna de las lagrimas, porque todo terminaria con esa sensación, esa que la tele nunca le podra dar.




Por que las heridas sirven para recordar que aun sigues vivo, y las peores no son las mas dolorosas sino las que duran para siempre.

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