domingo, 31 de julio de 2011

Ganar o perder

Ganar o perder.


No lo importante es participar, dar todo lo que tengas y nunca abandonar.


Pero perder es dejar abandona a la victoria.




Esta es la reflexion, o mas que reflexion, creencias que no hace mucho tenia nuestro niño. Le encanta competir, no por el hecho de enfrentarse a alguien, no por el hecho de esforzarse por encontrar donde estan sus limites (si es que existen), no por participar y divertirse. Le encanta competir, porque en una competición siempre hay un vencedor, y ese ganador mira por encima del resto a los demas, con tono altivo, humillandoles. Le encanta competir, porque le gusta ser ese ganador.


Da igual enfrentarse a un recien nacido que al mejor del mundo, el placer no es a quien, el places es ganarle.

Esta filosofia, siempre sera mal vista por el mundo, pero por una sencilla razon, las verdades absolutas, esas en las que cree todo el mundo, son difíciles de asumir, sobre todo si estan mal vistas, sobre todo si estan emparejadas con terminos como humillar, quedar por encima de, derrotar a….

Mal visto pero real.



Estas eran sus creencias.







Nuestro niño ya hace tiempo que no tiene la sensación de vencedor, o no en el sitio que le gustaba tenerla, siempre habra donde competir, pero hay formar y modos en los que competir. Y esta tirando a la basuras todos los principios por los que un dia creyo luchar. Muchos dicen que a eso se llama madurar, pero si madurar lleva implicito renunciar a los placeres, para que madurar.


Ya no tiene el sentimiento de victoria, ahora solo participa. Quiza ha asumido que no alcanzara ya mas el rango de ganador, pero eso es algo que no quiere pensar, no puede vivir con la idea de que no volvera a ser el primero.


Pero hay otra manera de verlo, quiza realmente esta venciendo, quiza aunque el resultado sea una derrota, realmente el participar sea su victoria. Tan solo hay que analizar la situación desde otro punto de vista. Hace un tiempo le obligaron a asumir que ni siquiera tendria la opcion de participar, y el tenerla es la primera victoria.



Por eso, ha estado un tiempo tirado en el suelo, pensando porque, saboreando la derrota, se ha levantado, y al ponerse en pie, ha reconocido el sabor. Y esa derrota tiene uno muy parecido al que hace ya mucho tiempo recorria su paladar. Ese sabor le resulta familiar. No puede decir a ciencia cierta que es el mismo, porque no le gusta a engañarse, pero si es el maximo que podra lograr (para bien o para mal).

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