Son sólo unos metros, unos pocos más y ya está. Le da miedo. Está oscuro, no hay luz, muchos ruidos. Los niños tienen miedos nobles y sinceros, aun no le han hecho daño para tener otros, aun no han aprendido a tenerlos.
Le vienen siempre unas palabras. "En tu vida, no tengas miedo a nadie, el mundo lo construyen los valientes".
No las comprende esas palabras. Tiene miedo, esa oscura senda le impide pensar en otra cosa, está completamente inmovil. No puede, quizás no quiere avanzar, el miedo le atenaza.
Vuelve a pensar. ¿Soy un cobarde por tener miedo?.
Da el primer paso, y después el otro pie. No quiere parar, sólo avanzar y seguir avanzado, su corazón se precipita, esa caja de ritmos suena con más fuerza, una melodía que no conocía. ¿La canción del miedo o de la valentía?.
Ha cruzado, está en zona conocida, su corazón vuelve a su ser, baja la tensión, buena sintonía.
Da la vuelta, mira a la senda. ¿Ha superado su miedo?.
NO, sigue teniendo miedo, pero está ya al otro lado. ¿Ha sido valiente?.
"Valiente no es que no tiene miedo, eso es mentira. Valiente es quien se atreve a reconocer su miedo y luchar contra él cada día".
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