domingo, 31 de julio de 2011

Canicas o parque

Tanto tiempo en el parque disfrutando de sus circunstancias, que este niño se pone a pensar que la última vez que contó un cuento y realmente no era un cuento.

Tiempo en el que empezaba a creer en la justicia, en el que las sonrisas siempre ganaban a las lagrimas, nuevos juegos, ilusionantes, y siempre una frase en su cabeza, fuera cual fuera la circunstancia, llueva, nieve, graniza o inmiscuido en la mayor de las tormentas. SIGUE NADANDO, que empiezas a ver la orilla.

Ahora piensa, que sigue con los ojos bien abiertos, pero alguien le ha cambiado la orilla de sitio ¿Dónde …….. está?

Pero aun así, vuelve y vuelve al parque, que cabezón nos ha salido el niño. Le gusta volver al parque, sigue disfrutando en el. Le sigue gustando jugar, y en el propio juego ve el premio, sin darle la más mínima importancia al resultado.

Además, llegan buenas épocas en el parque, los torneos de los diferentes juegos llegan a su mejor momento, a los momentos finales. El siempre ha sido de jugar a las canicas, precisión, mucho pensar, actuar en el momento adecuado y no tener opción a fallo (un buen símil sin duda). Pero últimamente, ha encontrado un juego que poco a poco le ha ido gustando más y más, ha empezado a disfrutar de otra manera, a encontrarle otro sentido al parque. Y además, recordado los viejos tiempos gracias a ese juego.

Pero he aquí el problema. Las finales de su juego de toda la vida, para el que siempre se ha preparado, por el que siempre ha soñado, ya no es en su parque, tiene que irse a otro a jugar. Mientras que el otro juego, se queda en el mismo sitio, ese por el que se había vuelto a ilusionar, puede ser itinerante en ciertos momentos, pero en los momentos buenos, en los que surge la partida improvisada, el no va a estar.

Canicas o parque? Nunca creyó que se haría esa pregunta, siempre lo tuvo claro, canicas, y es su decisión. Pero el simple hecho de planteárselo… Para un niño es complicado llegar a poder pensar en arrepentirse de cumplir un sueño.

No entiende como puede vivir numerosas pesadillas a la vez, varias al día, pero en caso de los sueños, los buenos, no es posible que sucedan a la vez. Pero bueno, sigue siendo un niño, cuando se haga mayor, seguirá sin entenderlo, pero ya se habrá acostumbrado.


Aprenderá, que luchar por las ilusiones, tiene siempre sus consecuencias. 

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