domingo, 31 de julio de 2011

Una chapa diferente

¿Cuánto tiempo lleva con ella?

A nuestro niño le seria imposible contestar a esa pregunta, su cabeza no alcanzaría a recordarlo, quiza se ha acostumbrado tanto, que incluso le da igual, se lo toma como que siempre la tendra.

¿Qué han conseguido juntos?

A esto si que es capaz de responder, ha conseguido sacar muchas sonrisas, ha conseguido callar muchas bocas, ha conseguido en numerosas ocasiones ser feliz.


¿Qué les depara el futuro?

Ni lo sabe ni le importa, hace ya tiempo que no piensa mas que en el ahora.


Situemos la accion, estamos en el parque, hay torneo de chapas, nuestro niño aun no la he tenido que utilizar, no es una cuestion de prepotencia, sino que hay que saber jugar las bazas, y hay ocasiones que utilizarla seria una aberración, seria un gesto prepotente, no hace falta utilizar todo el arsenal, nunca hay que abusar.


Llegamos a la semifinal, la partida es bastante complicada, pero confia en sus posibilidades, ha llegado el momento, se hecha mano al bolsillo y ahí esta, su chapa, su maravillosa chapa, su chapa de siempre, esa con la que no se acuerda de cuanto tiempo lleva juntos, esa con la que ha conseguido callar tantas bocas, esa con la que no sabe que pasara, pero siempre la tendra.

Se dispone, golpea, y gana.

Al soltar el dedo una mala sensación le recorre el cuerpo, no le da tiempo a celebrar la victoria, no le da tiempo ni siquiera a esbozar un leve grito, cuando la chapa toca el suelo, una horda de niños que jugaban al futbol pasa por encima. Nuestro niño se teme lo peor, se acerca a por ella, y se la encuentra, por desgracia, como esperaba. Su chapa esta destrozada, inutilizada, se la mete en el bolsillo y se marcha.



Esta jugando la final, otro momento critico, de esos en los que se hecha la mano al bolsillo, sin acordarse de lo que habia pasado la tarde anterior, procede con su ritual, flexiona un poco el brazo y dirige su mano al bolsillo, ahí esta su chapa, pero ya pasa a ser su malograda chapa, su destrozada chapa.


Debe golpear con otra, prepara el dedo, lo suleta, y…..

Gana

Nuestro niño se levanta, recoge la chapa y se marcha. Ha ganado pero no ha sido con ella.

Llegara a comprender, dentro de un tio, que da igual el como, que lo que le debe importar es ganar, pero ahora, ha ganado pero no con su chapa, a ella, la ha perdido para siempre.

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