Hoy en el parque han puesto un artilugio nuevo, consiste en un palo que termina en una tabla de madera, y en ella, sujetado un aro, lo que todo el mundo conoce como una canasta, pero para el es un nuevo elemento, extraño, en su parque.
Los niños se acercan a ella, pensando que para que será eso. Entonces uno de los mayores, se acerca y les pide la pelota, ellos, entre su estado de emoción o incluso el miedo por llevarle la contraria a un mayor, se la dejan sin pensar mas.
El joven coge la pelota y la lanza hacia la canasta, con tanta puntería, que la pelota entra por medio del aro.
“CANASTA”, dice el
mientras el resto de los niños aplauden. Desde ese momento, el resto de niños del parque intentan imitar al niño mayor.
Nuestro niño es uno de ellos, pero tiene un gran problema, como alguien tan pequeño como el va a llegar a encestar en algo tan alto como eso, aun así no desfallece y no cesa en su empeño.
Con el paso de los días y con la practica aprenderá numerosas maneras de meter la pelotita.
El no lo sabe, pero acaba de descubrir una nueva manera de entender su vida, con el paso del tiempo, olvidara su primera canasta, pero nunca será capaz de olvidar la última, pero para eso aun queda mucho tiempo, o eso es lo que el espera.
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