Un pacto

El niño vuelve al parque, hace ya tanto tiempo, realmente en días es mucho menos del número que el tiene la sensación que han pasado.

Sale con su balon y sus zapatillas nuevas, algo habitual, ya iba tocando cambiar y pos suerte o por desgracia puede cambiarlas y elegir por que cambiarlas.

En esas estamos sale al parque, se reencuentra con los niños, a estas edades la reconciliación es mucho mas sencillo:

- Hola, jugamos

Son totalmente suficientes esas palabras para olvidar todo el tiempo que ha pasado, si se acordo de ese dia especial, si contesto a esa llamada, todo eso no importa, simplemente juegan con el balon nuevo.

La tarde de juego se acaba y vuelve a casa, no sin que antes pase algo que le dara mucho que pensar.

- jo tio que suerte, como molan tus zapatillas y ese balon nuevo, ojala yo las pudiera tener
Asi parecen simples palabras de admiración, o incluso de sana envidia entre dos niños, uno con mas suerte que otro, o más que suerte con algo mas de recursos.

Pero eso no es así, no se puede hablar de suerte asi, que es esa suerte, el tener unas zapatillas y un balon nuevo cuando necesite cambiarlo, mientras que otros niños tienen que apurar lo viejo.

Por desgracia, hoy en dia, asi lo ven los niños, pero no el nuestro. Los niños creen que quien mas cosas tienen es mejor, que su vida es mas sencilla, y que por tener mas cosas materiales uno es mejor que otro y asi se llega a la felicidad.


Ahora vuelve la frase a su cabeza, cuando se la han dicho ni lo ha tenido en cuenta, pero todo cambia, y todo por un simple gesto, sencillamente ha abierto la puerta de su casa...


Al día siguiente vuelve a escuchar la misma frase, y al oir suerte se le remueven las entrañas.

Suerte, esto es suerte, toma te regalo toda mi suerte, ahí tienesmis zapatilla y mi balon y dime todo lo que quieres que yo tenga que te lo doy, si quieres mi suerte te la regalo toda, te la pongo un lazo si quieres, y te la llevo a tu casa.

A cambio, solo una cosa, te pido tu tranquilidad ¿es un buen trato?