domingo, 31 de julio de 2011

Silencio...portazo

Cruza el parque, tiene una mala sensación, no sabe por que pero algo no marcha, no funciona, coge la llave pero no sabe si quiere entrar, le cuesta mas de lo normal introducir la llave, mira al parque, no queda nadie, como siempre el es el ultimo, ¿nadie le espera?, o no quiere lo que le espera.

Entra en casa, la misma situación que los últimos meses, SILENCIO.

No es la mejor situación, pero piensa que tampoco es la peor, las ha conocido mucho peores, aunque prefiere no recordarlas. Piensa en los niños que ve en el parque, ya es tarde, el simpre se queda el último, no quiere salir de aquel mundo. No es que el parque sea lo mejor del mundo, pero si mucho mejor que lo que le espera. A ningún niño le importa cuando llega la hora abandonar el parque, todos ellos vuelven a casa, cenan en familia, hablan en familia, en fin, se divierten en familia. Nuestro niño no conoce ese significado, no sabe lo que es familia.

De repente, un sonido que no desconoce rompe el silencio, PUM, portazo. No ha pasado nada y al niño ya se la ha quitado el brillo en los ojos, ya ha olvidado los motivos por los que venia contento, ya dan igual, ha habido portazo, despues aparaceran el resto de sonidos que tanto sabe, cuanto tiempo ha aguantado esta vez, han sido dos meses han sido tres, que mas da, todo se ha vuelto a romper, y llegados a esta situación, el niño, al abrir la puerta no puede evitar pensar que ojala esa puerta le devolviera a la habitación del hospital. No andaria, no hablaría, pero seguro que sería más feliz.


Siento este cuento.

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